Pedro Rioseco
Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Pedro M. Rioseco (Guadalajara, Jalisco, 1827 — †Jiquilpan, Michoacán, 21 de noviembre de 1865) Nació en Guadalajara en 1827. Militar, siendo coronel del batallón de Guadalajara se distinguió al sofocar en esta ciudad un lanzamiento del 4° batallón, el 24 de julio de 1857. Liberal. Militar, combatió a los franceses durante la intervención. Murió en Jiquilpan en 1864[1].
Biografía
Militar. Siendo coronel del batallón de Guadalajara tinguió al sofocar en esa ciudad un alzamie batallón el 24 de julio de 1857. Durante el segundo imperio comandó la 1a. brigada de la 2a. división con Negrete, sosteniendo una encarnizada defensa de la Plaza de Toros, sin contar con auxilios ni refuerzo la ciudad (17 de mayo de 1863) cayó prisionero al ser
Nació en Guadalajara en 1827. Militar, siendo coronel del batallón de Guadalajara se distinguió al sofocar en esta ciudad un lanzamiento del 4. ... trataron de internarse en Michoacán, se acantonaron el 21 de noviembre en Jiquil- pan, Mich., donde fueron atacados por sorpresa por el coronel Clin- chant, al frente ... Murió en Jiquilpan en 1 865.
Ficha
Pedro Rioseco
Casamiento(s) e hijo(s)
- Casado con Genoveva Aldrete con
- F Luisa Rioseco Aldrete casada con José María Gutiérrez Romo
- M Pedro Rioseco Aldrete (1855-
- F Juana Francisca de la Soledad Rioseco Aldrete (1858-
Biografía
Nació en Guadalajara en 1827. Militar, siendo coronel del batallón de Guadalajara se distinguió al sofocar en esta ciudad un lanzamiento del 4° batallón, el 24 de julio de 1857. Liberal. Murió en Jiquilpan en 1864.[2]
C. Pedro Rioseco. La información procede de un viejo cartel fechado el domingo 12 de julio de 1857 perteneciente a la colección particular del señor Manuel Barbosa de la Torre, propietario del Primer Museo Taurino de Guadalajara.
Militar
Coroneles:
- Pedro Rioseco (guadalajarense).
- Zeferino Macías.
24 DE JULIO DE 1857. El coronel Pedro Rioseco, coronel del Batallón de Guadalajara, sofoca en esta ciudad un alzamiento del Cuarto Batallón, que comandaba el coronel Sóstenes Garabito, a quien no gustó la Constitución de febrero.
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El Glorioso Ejército de Oriente al mando del General Jesús González Ortega tuvo a su cargo la defensa de la ciudad de Puebla, durante 62 días, del 16 de marzo al 18 de mayo de 1863.
El General Miguel Auza se inmortalizó al lado de otros distinguidos zacatecanos, como: Felipe Berriozábal, Francisco Alatorre, Francisco de Lamadrid, Manuel G. Cosío y Jesús Loera por la honrosa defensa en el fuerte de Santa Inés, que nunca lograron penetrar los franceses, lo que le valió que el General González Ortega lo llamara, “valiente entre los valientes”.
Al hacerse imposible seguir defendiendo Puebla, el General González Ortega disuelve su ejército y ordena la destrucción de todo el armamento y envía al mando francés el siguiente comunicado:
“Sr. Gral: No siéndome ya posible seguir defendiendo esta plaza por la falta de municiones y víveres, he disuelto el Ejército que estaba a mis órdenes y roto su armamento; incluso toda la artillería. Queda, pues, la plaza a las órdenes de V. E., y puede mandarla ocupar, tomando, si lo estima por conveniente, las medidas que dicta la prudencia para evitar los males que traería consigo una ocupación violenta, cuando ya no hay motivo para ello. El cuadro de generales, jefes y oficiales de que se compone este Ejército, se halla en el Palacio de Gobierno; y los individuos que lo forman se entregan como prisioneros de guerra. No puedo, señor General, seguir defendiéndome por más tiempo; si pudiera, no dude V. E. que lo haría”.
Los franceses que ya estaban sorprendidos por la dignidad y férrea resistencia de los defensores, ofrecieron una serie de concesiones, las que rechazaron de inmediato los mexicanos. Por último se les envió a nuestros compatriotas un documento redactado por el mando francés, para que lo firmaran, con el siguiente contenido:
“Corps expeditionaire du mexique. Etat major General. Los que abajo
firmamos, oficiales mexicanos hechos prisioneros, nos comprometemos bajo nuestra PALABRA DE HONOR, a no salir de los límites de la residencia que nos estará asignada, a no mezclarnos en nada por escrito o por actos, en los hechos de guerra o de política, por todo el tiempo que permaneceremos prisioneros de guerra, y a no corresponder con nuestras familias y amigos sin previo consentimiento de la autoridad francesa.
Cerro de San Juan, a 18 de mayo de 1863”
Más elocuente y digna no podía ser la respuesta que los jefes mexicanos dieron al General Forey, jefe del ejército francés. Esta respuesta que enseguida se transcribe, puede leerse actualmente en un monumento que se encuentra en la plaza del centro de la ciudad de Puebla:
“Zaragoza, 18 de mayo de 1863. Cuerpo de Ejército de Oriente.
Los generales prisioneros que suscriben, pertenecientes al ejercito mexicano de Oriente, no firman el documento que se les ha remitido la mañana de hoy del Cuartel General del Ejercito Francés, tanto porque las leyes de su país les prohíben contraer compromiso alguno que menoscabe la dignidad del hombre militar, como porque se los prohíben también sus convicciones y opiniones particulares. Firmado: Jesús G. Ortega.- Francisco Paz.- Felipe Berriozábal.- Lorenzo Antillón.- Francisco Alatorre.- Ignacio de la Llave.- Alejandro García.- Epitacio Huerta.- Ignacio Mejía.- José María Mora.- Pedro Hinojosa.- José María Patoni.- Joaquín Colombres.- Domingo Gayosso.- Antonio Osorio.- Eutimio Pinzón.- Francisco de Lamadrid.- Porfirio Díaz.- Luciano Prieto.- J. B. Camacho.- Mariano Escobedo.- Manuel Sánchez.- Pedro Rioseco.- Manuel G. Cosío.- Miguel Auza.- Jesús Loera.”
Gobernandor de Querétaro
Se hizo cargo del gobierno de Querétaro durante una ausencia del gobernador constitucional, José María Arteaga.
En tanto se organizaban las tropas que lucharían contra los franceses, Pedro Rioseco permaneció al lado de Arteaga y después marchó con él rumbo a Puebla, escenario de la primera batalla. Durante el sitio de esa ciudad, Rioseco comandó la primera brigada de la segunda división del general Negrete, y se distinguió por su encarnizada defensa de la Plaza de Toros, que llevó a cabo sin contar con ningún auxilio.
Arteaga organizaba las fuerzas disponibles en Jalisco, y fue ahí donde él y Rioseco volvieron a encontrarse a principios de 1864. Ya con el grado de general y siendo contramaestre del Ejército del Centro, Rioseco derrotó a una columna francesa. Más tarde, siguió a Arteaga en su marcha hada Michoacán. Las fuerzas comandadas por Rioseco se acantonaron en Jiquilpan el 21 de noviembre de 1865 y fueron y fueron sorprendidas por las tropas del coronel Clinchant.
El ofensor contó con ayuda inesperada, pues los prisioneros que Rioseco traía lograron escapar y se apoderaron de la artilleria. Atrapados entre dos fuegos, los republicanos fueron completamente derrotados por los imperialistas. Pedro M. Rioseco murió durante ese combate.
Muerte
- Pedro M. Rioseco murió durante ese combate.
- Murió en Jiquilpan en 1864.[3]