Manuel María Escobar

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Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Manuel María Escobar y Rivera o Manuel María Escobar Llamas y Rivera (n. 1 de enero de 1807, Quetzaltenango, Guatemala, Nueva España - 3 de mayo de 1891, San Francisco de Campeche) Fue un militar que aunque nació en Guatemala cuando esta formaba parte de la colonia española llamada Nueva España, hizo su carrera militar y política en México, llegando a ocupar cargos militares como General de Brigada. En lo civil, por unos años se desempeñó como Gobernador del estado mexicano de Tabasco.

Biografía

Manuel María Escobar.— Nació en la ciudad de Quetzaltenango (Guatemala), el 1* de Enero de 1807.

EL GENERAL Manuel María Escobar y Rivera, que “consagró sus mejores años, su existencia mda al servicio de la patria",1 nacido en Quetzaltenango (capitanía general de Guatemala) el 19 de enero dc 1807. Fueron sus padres don Francisco Narciso de Escobar y Muñoz y doña lnés de Rivera, hacendados dc aquella localidad.

Al cumplir catorce años fue enviado a Puebla de 10$ An- geles a vivir al lado de su do don Luis dc Escobar y Llamas, sobrino del obispo D. Diego Osorio de Escobar y Llamas, vigésimo cuarto virrey que había sido de la Nueva Espafia. Sentado en la plaza como “soldado distinguido" (que en la época del virreinato correspondía a la oondicién de “noble pero que no tenia asistencias para subsistir como Cadete, gozaba dc ciertas dislinciones en su cuerpo, cuales son cl uso dc la espada, excu- cién meczinica dc cuartel, ctc.") 1‘ en el Regimiento dc Dragones dc Atlixco, cl 20 dc abril (le 1821, ‘y juré la Independencia y el Plan dc Iguala, entramlo en la ciudad de México con cl Ejémito de las T1-cs Garantlas el 27 dc sepdembre dc 1821. Como solclado distinguido asistió a la expedicién de Gua- temala y el Salvador a las órdenes dc don Vicente Filisola, lo qua motivo que su padre lo desheredara por no haber querido scr sfibdito de Guatemala.

A1 prodamarse los planes de jalapa y la Acordada, se en. contraba con las fuerzas de don Antonio Lopez de Santa-Anna. Siguio a este general a Oaxaca, donde estuvo en todas Las acciones de armas que se libran, lo que le valio cl ascenso dc alférez. El propio sanza-Anna lo cita en sus memorias y con cstc mismo grado se encontré en cl :2‘? regimiemo contra la expedicién dc Barradas en 1829, csmando en las dos acciones que se libraron contra las fuerzas españolas invasoras el 21 dc agosto y cl n de septiembre.

Bravo en ce escuadren permanente dc jalapa desde que fue retirado de Tampico hasta el 17 de abril de 1853. Pasó luego como teniente a la comandancia de Puebla, donde su distinguido comportamiento en seis acciones de guerra le va. lió el empleo de capitán. Con este grado sirvió en el regi- miento de Cuautla hasta agosto de 1836, en que fue promovido al ministerio de Guerra; después fue enviado por la primera vez a Tabasco, de donde más tarde seria gobernador.

Al regresar de aquel lugar al centro de la República, ocu- pó el puesto de ayudante de don Guadalupe Victoria hasta mediados de mano de 1839; pasó después con el mismo grado a la plana mayor del ejército, y asistió a la campaña contra los franceses en noviembre de 1839 (Guerra de los Pasteles). Volvió de nueva cuenta a Tabasco el año de 1840 para la campaña de pacificación de ese Estado. Se halló en la defensa y sitio de San juan Bautista (la actual Villahermosa), donde fue herido en dos ocasiones, dando motivo a que fuera recomendado al gobierno general.

En esta ocasión contrajo matrimonio con doña María Manuela Escoíiió de la Barba de Reggio, de las familias más conocidas de la entonces provincia de Yucatán. Las bodas se celebraron en San Juan Bautista el 3o de mayo de 184o. De este matrimonio nacieron los siguientes hijos: María, Euge- nio, Armando, Manuel, Clementina y Adelina.

Volvió al centro con el grado de coronel y como primer ayudante de la plana mayor del ejército, llamada más tarde cuerpo especial de estado mayor. Fue ascendido a ayudante general de dicha plana mayor el 3o de agosto de 1842. Vivió en algunas ocasiones en Veracruz, donde nació su primera hija, Maria de la Concepción Antonia, y como ya lo ligaba buena amistad con el general López de Santa-Auna, este señor, junto con su primera esposa, apadrinó el bautizo de la pe- queña, sellándose desde entonces la amistad entre ambos, y por consiguiente los vaivenes políticos para Escobar, con las altas y bajas de Santa-Auna en la política nacional.

En 1844 “Escobar, que reputó siempre una segunda reli- gión el ser leal a quien servía, al surgir la revolución del gane. ¡’al don José Joaquín de Herrera estuvo en el acusatívo, por no haber querido firmar el acta de pronunciamiento que en Vemcruz hizo la guarnición de la plaza que entonces regía. Ia nacion. A la sazon era el segundo cabo en la comandancia general dc aquclla plaza, y prefirié, oomo siempre, su nulifi. cacifm y la miseria, que {altar a sus compromisos dc soldado y caballcro".4

Vino entonces a la ciudad de México, y a causa de m san- zanismo, el general Herrera ordené fuera destenado al ejército del Norte, a las órdenes de Paredes y Arrillaga, autism- zanista recalcitrante, y mils lodavla porque el coronel Escobar, bajo el pseudonimo dc “Sargentos y Cabos", habia alacado rudamenze la vida puiblica de Paredes. Escobar pidié emonces su licencia absoluta, pero mienu-as se tramitaba, fue a cumplir con su deber de solclaclo a las 6r- denes dc Paredes, de quien no poclia esperar nada bueno. Estando Parades en México, Escobar se presenlé ante él y recibio 61-denes dc trasladarse a San Luis Potosl, donde estaba su cuarlel general.

Al llegar Parades y Arrillaga a San Luis, el coronel Escobar se sorprendio dc la acogida que le dispensé. Sé cuanto ha escriw usted contra mi -le dijo-: aqui tcngo la coleccion de El Omnibus, que he leido oompleta. Véala ustcd. Pero no me importa nada de esco. Viene usted a mi lado a haccr lo que fue al lado de Santa-Anna, esto es, buen scrvidor de la patria. Sign ustecl sicndo su amigo, y séalo mlo a Ia vez.

Escobar, en virtud de esa cordial acogida, se siente obligado a ayudar a Paredes con la honradez y lealtad de que era capaz, siguiéndolo en lodos los desaciertos que him en 1846, y aun durante el pronunciamiemo del general José María Yáñez y el de la Ciudadela de 4 de agosto.

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Escobar, en aquellos momento en que todos: sus correligionarios

estaban pronunciados, se hallaba en su puesto, es lo es. al lado de Paredes. al que acompaño al calabozo y al destierro jumo con los sefimes don Bonifacio Gutién-ex y don Domingo Pam, el pri- mcno minisno de Hacienda de la administración que acababa de tier. y cl aeguudo. oolnisario dc Guerra. M5: urde Santa-Anna, que ccnla la virmd de eslimar a Ion leales. y cuando los proscritos regresaron a la: planes mexicana, volvió a dispcmlt al general Esoobar an confianza: sin dejar la buena ammacl y carlfio que lo llgaban 001: Paredes. siguió a Santa-

Anna en la política: y en la guerra

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En 1846 fue nombrado diputado al Congreso general para representar a la clase militar; Volvemos a encontrarlo, ya en el estado mayor del general Santa-Anna, en la Batalla de Cerro Gordo contra los norteamericanos y en las acciones trabadas en el Valle de México en 1847.‘ Al terminar la guerra entre h-íéxico y los Estados Unidos fue designado como comandante general de Tabasco en 1848.

En virtud del Plan del Hospicio de Guadalajara, destinado a llamar a Santa-Anna desde Colombia para que ocupara la presidencia de la República, se compuso una’ comision que partiera a Turbaco a llamarlo como hombre necesario para el país, y la formaron los señores coronel Manuel Alaría" Es- colíar, doctor Alfonso Hegewich y don Salvador Batres; e] primero de ellos era el portador de la carta en que don Lucas Alamán, en representación de los intereses nacionales, lla- maba al general don Antonio López de Santa-Anna.

Se puede palpar claramente el ascendiente que el general Escobar tenía sobre el general Santa-Anna por la carta que aquél dirigía .a don Lucas Alamán, fechada en Veracruz en marzo 2g de 1853, antes de llegar el paquete que traía de Cartagena a don Antonio. Dice así:

Me estoy preparando para hablarle, y no dude V. que me es-

cuchen con atención, no obstante la presunción que tienen Basadre y Mosso de ser los primeros que le saluden, y el empeño del Lic. D. Tomás González para entregarle un ¡alíego cerrado que le ha remitido de Jalapa el’ señor Tornel. El número de los afectos a los principios conservadores es superior en estos momentos aquí al del aluvión, y no dudo que nuestro triunfo sea seguro; y si a esto se agrega la próxima llegada de nuestro buen amigo el señor Haro, la cosa es hecha, pues no creo que el señor Santa-rïizna, por con- templar a cuatro alborotatlores sin prestigio y sin ley, desprecie en

circunstancias tan supremas la verdadera causa de la nación.

Lanza en la misma carta un ataque contra la administra- ción del general Lombardini. Con Basadre, Mosso y Tornel estaba representado el partido liberal puro, siendo 7.910550 un amigo bastante estimado por el desterrado’. Y continúa:

En mi humilde concepto sería indispensable que en los periódicos

de esa capital se hiciese una reseña escrita y verídica ¿le las aberraciones y despilfarros en que ha incurrido la administración del señor Lombardini, porque es regular que al hablar yo con el

señor Sauta-rluna le mcarezca la lectura de los últimos periódicos.

Durante la última administración del general Santa-Anna, pidió el general Escobar ser exwiado a Tabasco, para huir de la política palaciega de Su Alteza Serenísima, y en ese Estado permaneció como gobemador y comandante "general del 24 de junio de 1853 al 29 de agosto de 1855. Al saberse en San juan Bautista la noticia de que el dictador había huido de la capital de la República, se alzó la guarnición de la plaza por el Plan de Ayutla el 13 de agosto de 1855, y el 29 de agosto las tropas veteranas. Encabezaba dicho movimiento el coro- nel Benito Haro, que estaba sufriendo un destierro. Escobar le entregó el mando y se retiró pacíficamente con su familia a Campeche y a Ciudad del Carmenfi

Los talentos administrativos de Escobar dieron ser y progreso a

aquella entidad federativa. Hasta hoy Ia mayoría de losïabasque- ños guardan recuerdos gratos del gobernante que afanoso cuidó de su moralidad, de su adelanto intelectual, y qúe sc desveló por sus mejoras materiales, saliendo pobre, como "público es, hasta-el día. por ser tradicional su honradez, honradez que tuvo hasta morir, pues que salió siempre de los ¡Jilestos públicos con su conciencia

y sus manos limpias

Después de la proscrípción a que estuvo sujeto, don Igna. cio Comonfort, siendo presidente de la República, le clio un puesto en el ejército y'lo llamó “el regulador de Tabasco”. _ En 1858, alvenir el golpe de estado de Comonfort y entrar a gobernar el general Félii Zuloaga en México y el licenciado Benito juárez en Veracruz, fue nombrado el general Escobar jefe politico y comandante militar del distrito de Tlalnepan- tla, a las órdenes de Zuloaga, con el exclusivo objeto de que formara un cuerpo de lanceros, dados los conocimien-tos que tenía del arma de caballería; en ese mismo año fue nom- brado gobernador y comandante militar de Tamaulipas, Tlax- cala y Querétaro.

En el año de 1859 lo encontramos en el asedio a Veracruz, mandando una brigada de la división Casanova en los com. bates de la Soledad y las Cumbres de rlcultzingo.” En ese mismo año fue designado segundo jefe de la división del ge. neral Tomás Mejía, y por ia enfermedad de éste, tomó el mando de la división y a la vez volvió a ser gobernador y comandante militar de Querétaro. ’

A la terminación del gobierno conservador después de la batalla de Calpulalpan, con la consiguiente afirmación del gobierno liberal de juárez, el general Escobar se retiró a la vida privada y estuvo desterrado del pais, pero ya el g de ju. nio de 1863 lo encontramos integrando la Junta de Notables” que ofreció el trono de México a Maximiliano de Habsburgo.

Durante el Imperio, fue prefecto imperial en Tlalnepan- tla, y al retirarse el ejército francés, fue designado como mayor general de la división Castillo.“ A la vez fue prefecto impe- rial en Querétaro, en donde a la llegada del Emperador, le correspondió recibirlo a nombre de la ciudad

En" la organización del ejército sitiado le correspondió el mando de la primera brigada de la primera divisiónlde infan- tería, a las órdenes del general Miguel Miramón, pero fue separado de ese servicio a mediados de marzo,“ a pesar de la buena opinión y de la confianza que le tenia Maximiliano en las consultas que le hizo sobre los movimientos de las tro- pas.“ El general Leonardo Márquez indica que dicho movi- miento se debió a “una consecuencia natural yprecisa, porque teniéndoles el Emperador una grande estimación, no quiso dejarlos a las órdenes de [Ramón] Méndez, que era más mo- derno, y les separó de sus brigadas para colocarlos en otros puestos”.15 Además, los generales Miramón y Mejía tenían una magnífica opinión del general Escobar, y por consiguiente no es de dudarse que ése haya sido el motivo de su separación, ya que “el primero, en la campaña, lo llamó siempre «mi valiente viejo», y de esta manera lo saludaba el segundo: «mi compañero predilecto y bravofïï“

El día 15 de mayo de 1867, al caer la ciudad de Querétaro en poder de las fuerzas republicanas, fue el primer general que cayó prisionero, pues al comenzar el tiroteo se dirigió al Convento "de la Cruz, que era la habitación y el cuartel ge- neral del Emperador, y'en el patio se tropezó con el general republicano Francisco A. Vélez", que hasta poco tiempo antes

había sido imperialista, y le preguntó: “Hola, Panchito, ¿ya te viniste con nosotros o eres nuestro prisionero?" A lo que respondió el general Vélez: “No, general, quien es mi prisionero es usted.” Escobar, ya rodeado de soldados, entregó su espada, y pudo apreciar entonces cómo el coronel Miguel Ló- pez, del Regimiento de la Emperatriz, tenía ceñida la espada y amigablemente charlaba con jefes republicanos, lo que de. mostraba la traición que años más tarde se le inculpó.

Después de la prisión y fusilamiento de Maximiliano y de sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejia, iban a ser fu. silados juntamente el general Severo del Castillo y el general Escobar," pero se les conmutó la pena por diez años de Püsión en los mlabozos de la Fortaleza de Ulúa.

Tiempo antes el general Escobar había tenido un rasgo de generosidad con el general josé María Arteaga, que, perse- guido, se ocultaba en Querétaro, y fue delatado a Escobar, a la sazón gobernador. Escobar lo de_¡ó salir libre durante la noche. Ahora. este acto de nobleza le fue pagado nor el comandante Juan N. Servín, que cuando aquel suceso era ayu- dante de Arteaga. Servín custodió al general Escobar prisio- nero de guerra y le guardó todos los fueros que los hombres de corazón guardan al mérito y al ínfortunio.

En noviembre ig de 1867, llegaron a Veracruz. el general de división don Severo del Castillo, y el de brigada don Manuel ¡viaria Escobar, y el príncipe Salm y Salm. Los dos primeros. destinados al presidio del Castillo de San juan de Ulúa por diez años.

"Al llegar los señores Castillo y Escobar a 'Ulúa, les manifestó su gobernador, el coronel don Manuel Santibáñez, que iban des- tinados como tales presidíaríos, y que no tenía otra cosa que darles que cl rancho del firesidio. Escobar me avisó esto con sú hijo [el futuro general Eugenio Escobar Escoffié], que lo había acompa- ñado en el camino.[1]

Pasé al castillo y me cercioré de la verdad. Yo, por mi parte, no podía dar, porque apenas tenía para mi; pero al siguiente día promoví una subscripción en el comercio, que oolecté personal- mente y produjo trescientos cuarenta pesos, que los entregué, de lo cual tengo el correspondiente recibo, y estos cortos recursos le sirvieron para vivir los ‘primeros meses de su prísíón.[1]

Conviene hacer notar la enorme diferencia que hubo entre don Porfirio Díaz y don Mariano Escobedo por lo que toca a la conducta que observaron con sus prisioneros, respectiva- mente en México y en Querétaro. En Querétaro, se encargó de ellos el famoso general Manuel Santibáñez. “El tal Sanibáñez debe haber sido un troglodita, pues el 8 de agosto, sólo tres días después de su carta a Porfirio, ordenaba a sus cancer- beros en serï/icio: «Los expresados señores no tomarán ningu- nos alimentos, quedándose desde hoy sin comera.” 19 El general Díaz se preocupó, en cambio, aun entregando fondos de su propio peculioial general Ramón Tabefa, por que los pri- sioneros que iban a Perote tuvieran los alimentos necesarios, y observó una conducta de verdadero caballero.”[1]

El general Escobar pasó seis años en prisión. Nunca olvidó la acción caritativa de los veracruzanos, y encargó a sus descendientes: “Traten a las personas del puerto de Veracruz como a sus hermanos: tal vez sean descendientes de alguna de las personas que en aquella ocasión me ayudaron y ali- mentaron.”[1]

Terminada su prisión, pasó a vivir a la ciudad de México con su hijo Eugenio. AI llegar Santa-Anna de su destierro, volvió a llevar la amistad que lo unió siempre con él. Fue tes- tigo, juntamente con el coronel Mariano González Romaña y don Miguel Mosso, del testamento del general Santa-Anna, dictado el 2g de octubre del mismo año-ante el notario pú- blico don Francisco de A. Querejazu. El 22 de junio de 1876 lo acompañó hasta el Panteón del Tepeyac.[1]

Durante su permanencia en la ciudad de México, Escobar colaboró en varios periódicos, y escribió asimismo dos nove- las: Cerca: del tro-no, cuya acción se desarrolla en Guatemala, y que dedicó al hijo de su hermano, el licenciado Valentín de Escobar y Vázquez, y El hijo del crimen, que dedicó a su hijo Eugenio. Era, además, historiador. “Escribió mucho muy bueno que se conserva inédito”, sobre todo unos Apuntes que son “la historia del país desde 1821 hasta nuestros días, y abun- dan en pasajes interesantísímos; obra escrita con fría impar- cialidad, con recta conciencia y sin que en su relato aparezca la pasión de partido”? " “[1]

Por último" le fue reconocido su empleo de general de brigada por el presidente de la República, el cual le expid el despacho correspondiente con fecha 31 de diciembre - 1885, obedeciendo a la ley especial del Congreso de 26 de 1". viembre de 1881, que favoreció a los militares que perter cieron al Ejército Trigarante de 1821. Sírvió a la nación setenta y seis años y trece días, desde la fecha de su ingreso en el ejército hasta el 3 de mayo de 1891, fecha de su fallecimiento en la ciudad de Campeche.”[1]

Ostentaba las siguientes condecoraciones: Cruz de la primera época de la Independen. cia, la de Constancia con su placa, la de Tampico" por su gloriosa jornada en las márgenes del Pánuco contra Barradas, la de Veracruz contra los franceses de 1839, la de Cerro Gordo y la del Valle de México contra los norteamericanos, la de Caballero de la Orden de Guadalupe en la época de Santa-Anna y la de Comendador de la misma en el Imperio.“[1]

Carrera militar

Manuel María Escobar se enlistó en el ejército y en 1842 fue nombrado General de Caballería, el Presidente Antonio López de Santa Anna le otorgó el rango de General de División, y en 1858 el Presidente Felix Zuloaga lo nombró General de Brigada Efectivo.[1]

Gobernador de Tabasco

Gobernante número: Imagen Nombre Período de gobierno Cargo Principales acontecimientos
131 Manuel María Escobar y Rivera 4 de junio de 1853 - 29 de agosto de 1855 Gobernador y Comandante General del Departamento por designación Presidencial - Centralista. - Nombrado por el Presidente Antonio López de Santa Anna. - El 15 de julio de 1854 por decreto del presidente Santa Anna, se le arrebató a Tabasco casi todo el partido del Usumacinta que incluía Balancán y Tenosique y el territorio de El Carmen.

En el aspecto civil, fue de los pocos conservadores que sirvieron por verdadera convicción ya que consideraba con ello hacer un bien al país.[1] Debido a su lealtad, fue nombrado por el Presidente Antonio López de Santa Anna Gobernador del entonces Departamento de Tabasco en 1853. Su período de gobierno coincidió con la segunda y última época centralista en México.

De ideas conservadoras y centralistas, persiguió a los liberales tabasqueños, encarcelando entre otros a Justo Santa Anna y a Victorio Victorino Dueñas.[1]

Durante su mandato, el 15 de julio de 1854 por decreto del presidente Santa Anna, se creó el Distrito de la Laguna, con lo que se le arrebató a Tabasco casi todo el partido del Usumacinta que incluía los municipios de Balancán, Montecristo y Tenosique y el territorio de El Carmen.

Ante la caída del Presidente Antonio López de Santa Anna, el Gobernador Manuel María Escobar fue acusado de abuso de autoridad, y ante su negativa de dejar el cargo, el Gobierno Central de México, envió al General Benito Haro quien invadió el estado, desatándose un nuevo conflicto armado entre Tabasco y el gobierno mexicano. Al final, el General Haro, logró imponerse a las fuerzas militares tabasqueñas y ocupó la capital del estado San Juan Bautista, derrocando del gobierno al general José M. Escobar el 29 de agosto de 1855, autonombrándose Benito Haro gobernador del estado.

Después de esto, el General Escobar, continuó con su carrera militar, y tres años después, en 1858 el Presidente Felix Zuloaga lo nombraría General de Brigada Efectivo.

Gobernador de Querétaro

Manuel María Escobar y Rivera (Quetzaltenango, Guatemala, 1 de enero de 1807 - Campeche, Campeche, 3 de mayo de 1891).Militar de carrera.Fue miembro del Ejército Santanista.Nacido en Quetzaltenango, Guatemala. Santa Anna lo ascendió a general el 25 de julio de 1853. Combatió contra los partidarios del Plan de Ayutla. Gobernador de Tabasco.Este nació en la ciudad de Quetzaltenango (Guatemala) el 1° de Enero de 1807, dato comunicado por su nieta, Manuel Maria Escobar y Rivera— murió en la ciudad de Campeche, a las nueve de la mañana del día cuatro de Mayo de 1891.

Manuel María Escobar llegó al gobierno de Querétaro en los días que parecían marcar la victoria de la causa conservadora.Los liberales acababan de ser derrotados en su fallido ataque a la Ciudad de México, y los conservadores habían consolidado sus posiciones. Tomás Mejía, recién ascendido a general de división, reunía en sus manos los gobiernos de Querétaro y Guanajuato.Sin embargo, sus dotes de general lo hacían necesario en el campo de batalla, por lo que abandonó ambas gubernaturas; Francisco A. Vélez quedó a cargo del gobierno del estado de Guanajuato y Manuel María Escobar se convirtió en se convirtió en gobernador de Querétaro. La renuncia de Tomás Mejía al gobierno de esta entidad está fechada el 6 de julio de 1859.</ref>[2]

Manuel María Escobar era guatemalteco, nacido en Quetzaltenango en 1807, Fue miembro del Ejército Santanista y recibió su grado de general de manos del propio Antonio López de Santa Anna en 1853.

Desafortunadamente no se conoce nada más sobre la vida de Escobar a partir de esa fecha, excepto que falleció en el puerta de Campeche. El General Manuel María Escobar falleció el 3 de mayo de 1891 en San Francisco de Campeche en donde radicaba.[1]

Véase también

Referencias

  1. 1,00 1,01 1,02 1,03 1,04 1,05 1,06 1,07 1,08 1,09 1,10 1,11 Piña G., 2014, p. 394
  2. Los Gobernantes de Querétaro: historia (1823-1987) - Página 87 James Robert Fortson Blanco - 1987 Manuel María Escobar Del 6 de julio de 1859 al 4 de septiembre de 1860 Mariano Reyes Del 17 de octubre al 3 de noviembre. Manuel María Escobar llegó al gobierno de Querétaro en los días que parecían marcar la victoria de la causa ...

Bibliografía

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