Benito Santos Zenea

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Benito Santos-Zenea Luz González de Castilla Quiróz (1840-15 de septiembre de 1875). — Coronel de Infantería, — Siendo Gobernador de Querétaro, murió repentinamente en la ciudad de ese nombre el 15 de Septiembre. El malogrado gobernante que asumió el poder en 1873, a los 32 años, y entre sus obras se recuerda el trazo del céntrico jardín que en su honor lleva su nombre, y murió repentinamente de un paro cardíaco la noche del 15 de septiembre de 1875.

Familia y datos

  • Nacido en 1840 en Veracruz, Veracruz, México
  • Fallecido el 15 de septiembre 1875 en Querétaro, Querétaro, México

Padres

Casamiento

Casado el 14 de diciembre 1871, Querétaro, Querétaro, México, con Victoria Llaca Michaus 1852-1929 (Padres : Juan Nepomuceno Llaca Romero 1820-1895 & Dolores Michaus Velasco de la Torre 1825-1886)

Biografía

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JARDÍN ZENEA

Templo de San Francisco, Vista desde el Jardín Zenea

El que hoy conocemos como Jardín Zenea originalmente fue parte del atrio del Templo de San Francisco. En el siglo XVIII se le conoció como Plaza del Recreo o Plaza de Abajo, pero fue a partir de 1874 que el gobernador del estado, Benito Santos Zenea, le dio la forma, trazo y tamaño que ahora luce. La fuente que existe en su centro, substituyó a una que originalmente fue dedicada al dios Neptuno y que se dice, fue utilizada en 1867 para fabricar cañones durante el sitio de a ciudad. En 1871 don Carlos María Rubio en su propia fábrica, El Hércules, fundió la estatua de la diosa Hebes que hoy luce al centro de la fuente. El kiosko corresponde a la época porfiriana, razón por la cual no se pudo construir al centro de la plaza. Esta plaza llevó el nombre del General Alvaro Obregón después de la Revolución, pero fue en épocas recientes que se le dio su nombre actual, Jardín Zenea, en honor al gobernador que la construyó en 1871. Se encuentra flanqueada por las avenidas Juárez, Corregidora, 16 de Septiembre y Madero.


El patrimonio histórico está formado por los bienes, muebles o inmuebles creados a partir del establecimiento del Virreinato desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX. Incluye edificaciones religiosas, de gobierno y arquitectura civil, asimismo, caminos antiguos, reales de minas, misiones, cajas de agua, presidios o cárceles, cascos de haciendas y edificaciones de arquitectura tradicional, al igual que obras de arte producidas en ese periodo histórico.

Dentro del área considerada Zona de Monumentos Históricos de la ciudad de Querétaro se conservan y protegen muebles e inmuebles, incluyendo edificios de carácter popular y contemporáneo, calles, plazas, mobiliario urbano y paisaje natural o casas habitación, todos estos elementos conforman la zona histórica y la imagen urbana de un centro de población.

El Jardín Zenea antiguamente era un sitio formado por dos solares: al norte por la antigua Plaza del Recreo y al sur por los terrenos en que se ubica el templo de San Benito y el centro del convento de San Francisco, los cuales fueron demolidos por la aplicación de las leyes de Reforma. El nombre del Recreo se le dio en la primera década del siglo XIX a lo que fuera la plaza de San Francisco.

Como nos señala Celestino Díaz en su texto queretano Guía del Viajero:

Este bellísimo sitio del recreo, lleva el nombre del malogrado Sr. Coronel Benito S. Zenea, que falleció repentinamente el 15 de septiembre de 1875 siendo el gobernador de Querétaro, y a cuyos esfuerzos se debe en gran parte la construcción del jardín; parte igual tuvo en la plantación el Sr. Trinidad Rivera, que siendo prefecto del centro, cedió sus sueldos para la obra. Hermosísimos fresnos, árboles frutales, arbustos y rosales permiten a los vecinos aspirar un aura embalsamada en las poéticas noches de primavera y en las calurosas tardes del estío. El perímetro que tiene la forma de un paralelogramo y círculo central, están adornados con bonitos asientos de hierro para los que se fundieron muchas campanas de los ex conventos. En el centro del jardín se eleva una gallarda fuente de hierro dulce, obsequio de los Sres. Rubio, en cuyo remate se ostenta una bien fundida Hebe. La dirección del jardín Zenea, sus planos y cañerías fueron obra del ingeniero Sr. Adolfo Kasperovitz, algunos años catedrático del Colegio Civil. Las bancas de hierro fueron también construidas en esta ciudad en el año de 1868.

El Jardín Zenea nació en 1861, al estallido de horrendos cañonazos, con que triunfantes fuerzas liberales pretendieron borrar de la mente de los queretanos la conventualidad que por más de trescientos años dominó para bien o mal su vida, destruyendo las coloniales capillas y convirtiéndose en la Plaza de los Escombros o en tianguis, sus antiguos espacios iban desde la calle del Serafín, hoy Independencia, hasta la actual 16 de septiembre, a los costados las antiguas calles de Los Cinco Señores, hoy avenida Juárez y la de Vergara, hoy avenida Corregidora, permaneciendo así por varios años.

Después de las batallas de 1867, el primer gobernador liberal, don Julio M. Cervantes a quien le tocó lidiar con la tarea de reconstruir la ciudad, dividió la plaza en tres partes, la más al sur fue para crear el antiguo Mercado Escobedo, la central fue vendida al empresario español don Miguel Bueno, que con gran visión, empezó a levantar lo que hasta hoy se conoce como Gran Hotel, y la parte norte se convirtió en bellísimo jardín, cuya pulcra hermosura final la dio el gobernador don Benito Santos Zenea cuyo nombre le cedió. Para el año de 1928 se cambio el nombre al Jardín Zenea por el de Álvaro Obregón, a manera de homenaje por su recién asesinato. En 1990 se remodeló y se le regreso su nombre original. Ha sido el escenario de importantes actos políticos y lugar favorito para la recreación de los queretanos.

El cine Goya acompañó al Jardín desde 1929 y hasta el 28 de marzo de 1948, más tarde, al abrir la calle del 16 de septiembre, en 1948, desapareció el y a partir de noviembre de 1947, una real joya arquitectónica de gran belleza el cine Teatro Plaza suplió al antiguo.

La Mariposa abrió sus puertas en un nuevo local, la esquina de Juárez y 16 de septiembre, siendo ampliamente concurrida, con largas colas para ocupar una mesa, en 1981, Rafael Camcho permitió que derrumbaran el cine Plaza y volara La Mariposa a su actual reducto, los desfiles de todas las fechas patrias cambiaron sus rutas y ya nadie pasaba por el Jardín, por un tiempo se volvió una nueva Plaza de los Escombros y ni el levantamiento de una tienda departamental logró restaurar el antiguo esplendor, sólo quedó el templo de San Francisco, cerraron varias de las calles aledañas convirtiéndolas en andadores y se multiplicaron negocios de comidas y artesanías.

El Jardín Zenea como espacio público ha tenido varios significados a través del tiempo, cuando vemos la edificación nos vienen recuerdos gratos, aquel día en que tu mamá te compró ese globo que tanto querías y te dejó mojarte en la fuente con el agua que brota de aquella diosa Hebe, el día en que encontraste el amor o tal vez lo perdiste, hubo momentos en los que reíste otros en los que lloraste pero aún así el espacio tiene un significado importante para cada quien.

Es un sello de identidad de los queretanos, en el cual no sólo vemos un espacio sin vida, sino que identificamos el lugar donde vemos a los señores de la tercera edad bailando danzón, donde pasamos algunas horas escuchando a los grupos musicales, alberga a la Feria del Libro, en las fiestas navideñas admiramos el nacimiento ya tradicional y las pastorelas.

Hemos presenciado eventos importantes como la visita del subcomandante Marcos, los mítines de los candidatos a ocupar un puesto en el gobierno, y muchos otros eventos que seguro recordaras.

El Jardín Zenea se plantea como una plaza del centro de la ciudad que sigue funcionando como eje de acciones sociales urbanas fundamentales, como celebrar, protestar, ligar, trabajar, circular, mirar, reposar, estar, pasear animales, jugar, leer y reunirse; además de que actúa como espacio de centralidad económica, social, cultural y política de la ciudad a pesar del surgimiento de otros centros, como los innumerables complejos comerciales y otros espacios de la globalización que no cuentan con la historia, prácticas sociales y peso simbólico de las plazas públicas como la que aquí presentamos.

También se pueden permitir otras prácticas como eventos artísticos como obras de teatro o performances, actos delictivos, mítines, fiestas religiosas, comercio, y ser casa o albergue para vagabundos.

Ana María Portal en su libro Espacios Públicos y Plazas Metropolitanas nos dice: Las plazas son áreas habitualmente, rectangulares, planas, con árboles y fronterizas por los edificios de poder religioso y político. Muchas de ellas nacieron cuando se fundaron las ciudades y otras se edificaron junto con templos católicos para instituir barrios. De esta manera se constituyeron como los centros vitales de la vida social de los habitantes de las ciudades. Desde sus inicios y hasta el momento actual, las plazas mayores y algunas barriales han sido los espacios públicos en las cuales se funda y se expresa la vida social de grupos y comunidades urbanas.

A manera de conclusión, la importancia de este patrimonio queretano es sumamente grande porque vemos que los espacios públicos históricos se están perdiendo, los jóvenes prefieren ir a las nuevas plazas a convivir. El avasallamiento de la televisión y el uso de la computadora está haciendo que se pierda la experiencia cívica y pública, ahora el recorrido por la plaza y el encuentro con otros ya no es tan necesario porque todo se puede tener, oír, contemplar y disfrutar sin salir de casa. Otros factores que se dicen han hechos que los habitantes pierdan en interés por visitar los espacios públicos es la delincuencia y la falta de seguridad.

Es necesario que este espacio siga manteniendo su identidad por medio de la gente que lo visita, lo admira, lo vive, porque los jardines o plazas siguen siendo un punto de referencia importante para la sociedad queretana.

Para los habitantes, el Jardín permanece como un lugar simbólico, identitario y que los representa como ciudadanos

Gobernador

17/04/1873 Benito Santos Zenea es nombrado gobernador interino y el 17 de mayo siguiente, tras haberse llevado a cabo elecciones, se convertiría en gobernador constitucional del estado. Entre sus obras destaca la Plaza de Armas o Plaza de la Independencia. También trabajó para convertir lo que se conocía como la plaza de los escombros, llamada así desde el sitio de Querétaro. Zenea hizo un proyecto que incluía la construcción de un nuevo palacio de gobierno y abrió un gran jardín que el pueblo comenzó a llamar jardín Zenea. El palacio de gobierno no llegó a terminarse y el sucesor de Zenea lo vendió a un español que lo convirtió en el Gran Hotel.

Muerte y remodelación del Jardín Zenea

En la misma casa vivió y murió repentinamente la noche del 1 5 de septiembre de 1 875 el gobernador don Benito Santos Zenea, poco antes de salir para el teatro a conmemorar el "Grito de Dolores." En la misma calle y en el número 29.

  • Sr. Coronel Benito S. Zenea, que falleció repentinamente el 15 de septiembre de 1875 siendo el gobernador de Querétaro, y a cuyos esfuerzos se debe en gran parte la construcción del jardín; parte igual tuvo en la plantación el Sr. Trinidad Rivera, que siendo prefecto del centro, cedió sus sueldos para la obra. Hermosísimos fresnos, árboles frutales, arbustos y rosales permiten a los vecinos aspirar un aura embalsamada en las poéticas noches de primavera y en las calurosas tardes del estío. El perímetro que tiene la forma de un paralelogramo y círculo central, están adornados con bonitos asientos de hierro para los que se fundieron muchas campanas de los ex conventos. En el centro del jardín se eleva una gallarda fuente de hierro dulce, obsequio de los Sres. Rubio, en cuyo remate se ostenta una bien fundida Hebe. La dirección del jardín Zenea, sus planos y cañerías fueron obra del ingeniero Sr. Adolfo Kasperovitz, algunos años catedrático del Colegio Civil. Las bancas de hierro fueron también construidas en esta ciudad en el año de 1868.[1]
  • Y Juárez no la olvidaría ni la pondría en su mesa años después. Otra posible mentira de Verdeja es adjudicar la muerte del novio de Leonarda a Benito Zenea. No hay registro de ello. El veracruzano Benito Santos Zenea, no era gobernador de Querétaro en 1867 (cuando mueren Maximiliano y el supuesto amante de la “Carambada”); lo fue del 21 de marzo al 21 de abril de 1868. Y luego, del 17 de abril de 1873 al 15 de septiembre de 1875.

Verdeja dice que ella, a su vez, asesinó al ya gobernador Zenea de un golpe en la nuca y que lo mutiló en sus partes nobles. Él falleció de un ataque al corazón la noche del 15 de septiembre de 1875 y no hay ningún dato de la mutilación.

En otra parte del libro, cuando llega a Querétaro, ella se molesta, porque se le puso el nombre de su enemigo al famoso jardín queretano. Zenea murió cuando la obra aún no se concluía.[2]

Leonarda se enamoró de un militar imperialista, y al ser tomado prisionero su amado, acudió a todas las autoridades, incluidos Benito Zenea, en aquel entonces gobernador de Querétaro, y Don Benito Juárez, presidente de la República, para solicitar el perdón para su amado. Ante la negativa, juró venganza. Fue así como se hizo bandolera.

  • "La Carambada" se dice que tuvo contacto con una yerbera que le enseñó los efectos de la veintiunilla, una yerba cuyos efectos son la muerte de la persona que la toma justo 21 días después de ingerirla.

Nunca ha sido confirmado, pero lo cierto es que "La Carambada" tuvo un contacto con Don Benito Zenea veintiún días antes de su muerte. Asimismo, también Don Benito Juárez tuvo ese contacto con Leonarda, y murió a los 21 días de este encuentro. La causa de la muerte de ambos fue angina de pecho, pero se dice que fue así como "La Carambada" culminó su venganza.

Dentro de algunos de los actos vandálicos y formando parte de su venganza, dio muerte al entonces gobernador de Querétaro, lo que causó que las fuerzas del orden dieran implacable persecución a su persona.[3]

  • El Coronel Benito Santos Zenea (después gobernador de la ciudad), quien de su mando salio la orden de aplicar ley fuga a aquel soldado, el Presidente Benito Juárez quien por mas ruegos y suplicios no concedió el perdón de José Joaquín, amado de "La Carambada" y a todo aquel que se interpusiera en su camino correría con la misma suerte en su sed de venganza. Finalmente encontró su venganza al envenenar con la fuerza de la hierba venenosa la veintiunilla al Presidente Juárez en aquella cena en casa de Lerdo de Tejada siendo ella invitada de Guillermo Prieto, el efecto de la hierba le causo angina de pecho provocando su muerte.

"La Carambada" regresando a la ciudad de Querétaro disfrazada de francesa cautivo al gobernador Zenea, su principal victima, a quien decidió aniquilar el día del baile por las fiestas de septiembre, siendo invitada especial del Gobernador se introdujo al Palacio de Gobierno horas antes del baile, el gobernador al tratar de seducir a la “francesa” cayo en manos de la Carambada quien al brillo del puñal corto su miembro dejándolo desangrado.

  • Benito Santos Zenea en conjunto con el nuevo manda más de la República Mexicana, atraparon, encarcelaron y posteriormente fusilaron, en 1867, a Maximiliano de Habsburgo, ejecución que perpetraron en el cerro de Las Campanas y desde ese instante prometieron que nadie se burlaría del nuevo mandato Juarista… que ilusos, pues más de 100 años después serían la burla del propio gobierno mexicano.

Los dos Benitos (Juárez y Zenea) emboscaron a “La Carambada” Doña Leonarda (mote puesto por la gente que al mirarla llegar al pueblo montada en su caballo gritaban “ay esta mujer es una Carambada”) a todos habrían de atrapar menos a ella. Y desde la copa de un árbol pudo observar como fusilaban a sus secuaces y al amor de su vida. “Una mujer herida no tiene nada más que perder”. Así que para tranquilizar su dolor, no se preocupo más, y se ocupo en conocer sobre “la Ventiunilla”, una hierbita que para mediados del siglo XVIII brotaba por la cierra gorda queretana como los soberbios políticos hoy en día. Tomo la hierbita bajo en el brazo y marcó su destino con rumbo a la capital mexicana donde comenzó a trabajar en la casa de la familia Juárez Maza, y durante una semana tés de Ventiunilla a Don Benito Juárez preparó. ¿Quién pensaría que el que luchó en contra del emperador de toda Francia Napoleón Tercero moriría en veintiún días?

Pero aún faltaba uno, Benito Santos Zenea, el ex gobernador de Querétaro. La Carambada cambió sus ropas, y aprovechando sus bellos rasgos se vistió de francesita y a Don Benito Santos Zenea engañó haciéndole creer que un agradable rato pasarían los dos solos en su despacho. “Los planes maquiavélicos se planean por horas, pero el instante solo unos segundos duraría” Cuando menos Santos Zenea pensó, estaba inconsciente por un golpe en la nuca, propiciado por una estatuilla de bronce impulsada por la Carambada.

Versión alternativa

Vesión alternativa: "La Carambada" regresa a Querétaro a matar a Benito Zenea y Zenea había puesto precio a la cabeza de “la Carimbada” y ella publica un bando clandestino en el que ofrece 100 pesos de oro a quién le entregue las partes nobles. La noche del 15 de Septiembre, hacia 1869-70 cuando el gobernador estaba preparándose para el grito de independencia y le dicen que en el hotel “Hidalgo” hay un empresario estadounidense que viene con mucho dinero a invertirlo en Querétaro y que le va a dar al gobernador, su sobrino. Llega y se encierra con la Carambada quién cuando dormía, le cortó sus partes nobles y salió a la plaza principal para enseñar a todos su triunfo. Muerto Zenéa, el siguiente gobierno se le ocurre infiltrar un agente de su confederación (de la Carimbada) y le dice al gobernador que la Carimbada va a asaltar en la hacienda, la capilla del dinero en Guadalajara y entonces el gobernador avisa “a los rurales” (guardia del policía del campo), a la policía del estado y a la guarnición del ejército y le preparan una emboscada porque le tenían miedo (ella era muy hábil) y consiguen capturarla. El gobernador dicta que se le aplique la ley “fuga” porque tiene miedo (de ella) pero también para que la gente del pueblo pueda amotinarse. Ella huye, la disparan, la dan por muerta y llegan a enterrarla a la ciudad (en San José de Gracia). Las monjas capuchinas le atendieron y cuando estaban amortajándola, descubren que estaba viva!. Allí las monjas la atienden y ella pide un sacerdote para la confesión. Las monjas llaman al obispo nada más y menos y la confiesa. Ella cuenta toda su historia y muere. Otra paciente [que estaba con las monjas] escucha toda la historia y la contó, era historiadora. La gente del pueblo [la consideraron] la santa Carambada y le hicieron un busto de piedra que más tarde se destroza.

Veáse también

Enlaces externos recomendados

Bibliografía

Referencias