Sociedad japonesa tras la guerra: cambios y desigualdades sociales

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El fin de la Segunda Guerra Mundial y la implantación de la Constitución de 1947 supuso para Japón un cambio radical en su sistema político, comercial y económico, pero también implicó unos cambios sociales relevantes que determinaron aspectos de la sociedad importantes para la sociedad japonesa actual. Estos cambios sociales abarcan aspectos como el mercado de trabajo y la inserción de la mujer en el mismo, o la estructura familiar.

Cambios impuestos a raíz de la Constitución de la Posguerra

Cuando los estadounidenses ocuparon Japón, pese a que este hecho fue un duro golpe, Japón colaboró con la administración americana y se adaptó a los cambios impuestos por los Estados Unidos y se abrió paso de esta manera a un Japón más pacífico[1]. Los cambios generados a raíz de la nueva Constitución fueron sobretodo políticos y económicos, pero estos también desencadenaron cambios sociales.

Cambios políticos y económicos impuestos y derivados de la Constitución de 1947

Tras la implantación de la constitución de 1947 y la ocupación estadounidense (1945-1952), la política japonesa se caracterizó por el el conservadurismo y una actitud estricta respecto a los asuntos exteriores; y su economía se caracterizó por su impresionante auge que alcanzó en los sesenta una tasa de crecimiento sin precedentes[2].

Pero también esta Constitución terminó con el régimen anterior y llevó a que Japón se convirtiera en una democracia, no obstante, la figura del emperador se mantuvo, pero como monarca constitucional.

Sobre los asuntos económicos, al terminar la guerra, los Zaibatsu, que formaban el núcleo de la élite empresarial antes de la guerra, fueron sustituidos “por una compleja combinación de líderes industriales, el gobierno parlamentario y los trabajadores”[3] , pues se les despojaron de sus acciones.

Respecto a su comercio exterior, ya en 1955 Japón formaba parte del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.

Y respecto al mercado de trabajo, la población que trabajaba en el sector agrícola cayó más de un 50% en los años 60, y fue en este periodo cuando destacaba más el empleo en el sector servicios o industrial[4].

Hay que señalar que el Plan económico y social de 1967 se centraba en el desarrollo tanto social como económico, pero finalmente se acentuó la parte económica del plan en lugar de la social, lo cual explicará que frente a los grandes cambios económicos que experimentó Japón, no hubiera tantos, ni tan rápidos, cambios sociales.

Cambios sociales y posteriores a la Constitución de 1947

La constitución de 1947 se caracteriza por establecer una serie de derechos tales como la libertad (tanto de culto como de asociación) la igualdad ante la ley, derechos laborales, derecho a un juicio justo, etc. Estas libertades, junto con la nueva situación económica, dieron lugar a una serie de cambios en la sociedad, de los cuales algunos son los siguientes:

Uno de estos cambios, que podría ser considerado tanto un cambio social como económico es la conversión de la sociedad japonesa en una sociedad de consumo. Después de la recuperación de la guerra, en la década de los sesenta la sociedad diversificó y aumentó la adquisición de bienes, dando lugar a un notable consumismo.

La rápida expansión de los medios de comunicación dió lugar a que la publicidad y la influencia estadounidense llevaran a la sociedad japonesa a llevar una vida más americanizada, en la que utilizaban productos como lavadoras, televisores, y demás productos que hacían la vida más fácil.

Las empresas a través de estos medios de comunicación introducían nuevos productos y cambiaban las modas y los hábitos de consumo de la población[5].

Sin embargo, esta adquisición de bienes materiales no está directamente relacionada con la calidad de vida de la población, pues normalmente ésta vivía en espacios muy reducidos[6].

Principalmente, esta situación se debe a varias causas: el reducido espacio del territorio japonés (377,835 km²), su gran número de habitantes (7.4 millones de habitantes a principios de la Segunda Guerra Mundial, 6.9 millones en 1950, y 16.5 millones en 1970), un gran éxodo rural, y por lo tanto una gran necesidad y demanda de vivienda (ya que, entre otras cosas, debido a la guerra muchas personas de las zonas urbanas se quedaron si hogar y vivían en barcazas, chozas o bajo las vías elevadas de los ferrocarriles) frente a una oferta muy pequeña que llevó a que en la década de los 60 la escasez de vivienda representara un gran problema.

Todo esto llevó a la construcción de viviendas entre los años 60 y 80 que no siempre se ajustaba a las necesidades de la población ya que la mayor parte de ella terminaba viviendo en unas viviendas muy pequeñas en relación al número de personas que habitaban en ellas, siendo el promedio en Tokio de 63 m², y promedio en general de 40 m² para una familia de 5 personas, y además tenían un alto coste[7].

Dejando a un lado este asunto, la sociedad japonesa desarrolló una nueva identidad nacional e inició un proceso de individualización, dando más importancia al individuo que a la familia o a la nación, pese a que tradicionalmente en Japón “siempre se ha antepuesto la comunidad por encima del individuo”[8].

Esta nueva identidad nacional de posguerra estaba caracterizada por los avances tecnológicos y la ciencia[9].

Además cabe señalar que fue unos años después de la guerra cuando Japón comenzaba a romper con los valores más tradicionales y confucianos.

Más cambios sociales

Familia

La nueva estructuración económica, política y social afectó a la estructura familiar. Para empezar, el nuevo desarrollo económico y el éxodo rural provocó la separación y/o división de las familias grandes en familias nucleares, ya que en ocasiones uno de los hijos (usualmente el pequeño) viajaba a la ciudad para trabajar allí mientras que otro de los hijos (el mayor) se quedaba en la zona rural con los padres para así heredar y ocuparse de tierras o negocios[10]. Estas familiar nucleares ya existían antes de la guerra, pero aumentó su número considerablemente tras la misma.

De esta manera "el número de miembros por familia había comenzado a disminuir a partir de la segunda mitad de los años cincuenta”[11].

Por lo tanto este nuevo tipo de familia podía ser considerada la familia moderna. En esta familia moderna los roles cambiaron pues la mujer adquirió un mayor protagonismo en el mercado laboral, y el trabajo en la familia y el hogar estaba más dividido. Además tras la guerra los matrimonios dejaron de ser principalmente concertados y predominaban los matrimonios llevados a cabo por amor y familias con un menor número de hijos.

Todo esto supuso cambio con respecto a la estructura familiar anterior a la Segunda Guerra Mundial donde los roles de género eran más estrictos y las familias más numerosas.

Situación de la mujer

La situación de la mujer en Japón dará un cambio bastante grande durante la posguerra, pues desde 1946 la mujer es capaz de votar y de presentarse a cargos políticos.

Pero su situación también cambiará dentro del hogar. La mujer ya no tiene la exclusiva función de dedicarse a su marido y al cuidado de los hijos y del hogar; la mujer alcanza una mayor independencia y autonomía, y además, el gran crecimiento de la economía en los años 60 y 70 provocará una mayor demanda de mujeres trabajadoras y por lo tanto un mayor grado de empleo femenino; por lo que la fuerza de trabajo femenina aumentará conforme mejore la economía del país.

Pero su inserción en el mercado laboral se debe, sobretodo, a la intención de las mujeres de apoyar económicamente al hogar para así disfrutar de una situación económica más favorable.

Respecto al mercado de trabajo, a finales de los 60 las mujeres ejercían tanto trabajos a tiempo parcial cómo de tiempo completo. Y entre las décadas de los 60 y los 70 donde más aumentó la participación de las mujeres fue en profesiones como farmacéutica, profesora, o en trabajos relacionados con el comercio y la música. Pero por ejemplo no destacaban el número de mujeres en profesiones como la de científica.

No obstante, todo este aumento de las mujeres en el mercado de trabajo no quiere decir que sus responsabilidades en el hogar hayan sido reducidas. De hecho, según el censo demográfico de 1985, a pesar de que las mujeres representan el 40% de la fuerza de trabajo de Japón, más del 60% de ellas se encargaban de todo lo que tenía que ver con el hogar para que sus maridos se dedicaran por completo al trabajo fuera del hogar[12].

Desigualdades sociales económicas y de oportunidades

En general las mejoras sociales que se esperarían de un país cómo Japón, que ha logrado semejante crecimiento económico, no se correspondieron con la situación real de la sociedad japonesa. De hecho hay una amplia desigualdad debido a que “los trabajadores japoneses están divididos por sexo y educación[13].

Desigualdades por educación

Tras la Segunda Guerra Mundial, el Estado ha favorecido de manera diferente a unos sectores de la población u otros. Los favorecidos eran los sectores de la población que fortalecen la actividad económica, es decir, trabajadores fijos; y los desfavorecidos eran aquellos grupos sociales minoritarios formados por personas con trabajos temporales o de medio tiempo.

En la sociedad japonesa se volvió muy importante el hecho de la educación, en el sentido de que la escuela en la que te graduaras, según su nivel y prestigio, determinaría a qué universidades podrías ingresar, y por lo tanto, en qué empresas, más prestigiosas o menos prestigiosas podrías trabajar.

De hecho, en la segunda mitad del siglo XX surgió el término salary-man, para referirse al oficinista, lo cual refleja si importancia.

Así que, las desigualdades y discriminaciones se dan en aquellas personas que no lograron acceder a estas universidades de prestigio porque debido a esto tampoco accederían a unas empresas de primera. Hay que señalar que también afectaba el linaje a la hora de conseguir un puesto de trabajo.

"Sin embargo la discriminación ocupacional y salarial contra los trabajadores de segunda o de nivel más bajo no implica que no puedan tener estándares de vida comparables a los de los trabajadores de primera"[14].

Pese a todo, esta brecha salarial que afectó hasta tres décadas posteriores a la guerra se redujo y ahí fue donde se produjo el consumismo del que hablamos anteriormente.

Desigualdad por sexo

Las desigualdades económicas afectan en gran parte a las mujeres, pues son el grupo más discriminado.

La brecha salarial es notable entre hombres y mujeres de la misma posición en una empresa. Pero incluso también ocurre que el salario de las mujeres puede ser más bajo que el de hombres con una posición laboral inferior, y además las salarios de las trabajadoras aumentan menos que los de los trabajadores aunque todos ejerzan su oficio en la misma empresa.

Además, suelen dejar su trabajo cuando tienen hijos y, como señalamos antes, se ocupan de la mayor parte de la carga de trabajo del hogar, pues tradicionalmente, aunque la situación cambie poco a poco en la actualidad, los hombres japoneses no se encargan de limpiar, cocinar, llevar a los hijos al colegio, etc.

Actualidad

El mayor interés por el individualismo que se originó tras la guerra ha reaparecido en la actualidad, ya que “la sociedad vuelve a interesarse por un estilo de vida más individualista”[15].

Dejando esto a un lado, respecto a las desigualdades, hay que señalar que aunque en el año 1986 se promulgó la Ley de Iguales Oportunidades para el Empleo, y que de hecho la Constitución de 1947 aboga por la libertad e igualdad de toda la población de Japón; las oportunidades de la mujer siguen siendo inferiores a las de los hombres, pues ellas no pueden acceder a todas oportunidades tanto económicas como políticas que los hombres

Además las mujeres hoy en día reciben un salario que corresponde al 50% y el 80 % del salario de los hombres.

Por lo tanto “Japón es hoy el país industrializado con la mayor brecha salarial”[16], y si lo comparamos con otros países desarrollados, actualmente el nivel de desigualdad de Japón resulta alto.

Respecto al cambio en la estructura familiar, hemos visto cómo cambió tras la guerra ya que el número de miembros de la familia se vio reducido, pero también ha habido un cambio en la actualidad, ya que muchas mujeres hoy en día no se casan o retrasan más el momento de tener hijos de lo que se hacía anteriormente.

Esto me lleva a mencionar el envejecimiento de la sociedad japonesa ya que la tasa de natalidad no es alta y el número de hijos por mujer tampoco.

También cabe destacar que en la actualidad continúa la importancia de la educación a la hora de conseguir entrar a una universidad prestigiosa para trabajar en una buena empresa. Por ello, la competitividad en el mercado laboral y en los estudios es grande en la actualidad.

Por último es necesario mencionar la influencia de la globalización que ha ido aumentando su influencia e importancia desde finales del siglo XX hasta hoy y que crea una cultura globalizada que afecta e influencia a todo el mundo.

Bibliografía

  1. Rubio Pérez. D. (2007). Desarrollo y pérdida diferencias culturales y sociales desde el Japón de preguerra hasta la actualidad. La investigación sobre Asia Pacífico en España, cap. 16, p. 255-257.
  2. Novelo Urdanivia, S. (2016). CRECIMIENTO ECONÓMICO Y PROCESO SOCIAL DE JAPÓN DESPUÉS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO. UNA VISIÓN HISTÓRICA. Carta Económica Regional, p.48.
  3. Novelo Urdanivia, S., 2016, 50.
  4. Ikeda. S. (1996). La estructura de acumulación japonesa y el sistema mundial de la posguerra. Nueva Sociedad, 149, 7.
  5. Tsujikawa, Aki (2007). Discursos hegemónicos, vida cotidiana e identidades en Japón 1955 - 1973. Tesis de Maestría. FLACSO. Sede Académica Argentina, Buenos Aires. p. 17.
  6. Novelo Urdanivia, S. (2016). CRECIMIENTO ECONÓMICO Y PROCESO SOCIAL DE JAPÓN DESPUÉS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO. UNA VISIÓN HISTÓRICA. Carta Económica Regional, p.50
  7. Novelo Urdanivia, S. (2016). CRECIMIENTO ECONÓMICO Y PROCESO SOCIAL DE JAPÓN DESPUÉS DE LA GUERRA DEL PACÍFICO. UNA VISIÓN HISTÓRICA. Carta Económica Regional, p.51
  8. Rubio Pérez. D., 2007, 261.
  9. Tsujikawa, Aki, 2007, 19.
  10. Tsujikawa, Aki 2007, 34.
  11. Novelo Urdanivia, S, 2016, 51.
  12. Novelo Urdanivia, S, 2016, 54.
  13. Ikeda. S., 1996, 7.
  14. Ikeda. S., 1996, 7.
  15. Rubio Pérez. D., 2007, 259.
  16. Novelo Urdanivia, S, 2016, 52.