León Gómez Alonso

De borradopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda


Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".

León Gómez Alonso (nacido el 9 de abril de 1928 en Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo, España)) es una personalidad reconocida por su larga trayectoria profesional dentro del medio empresarial español, principalmente en la región de Castilla-La Mancha. Es conocido por haber sido uno de los primeros comerciantes que llevo a cabo la venta ambulante masiva entre pueblos y aldeas pero sobre todo, por la creación de depósitos de mercancías[nota 1] en todo el territorio español llegando a crear más de diecisiete establecimientos de este tipo. También creó, junto a varios modistas, la marca de pantalones y camisas Legoal.[nota 2] Formó parte de varias asociaciones e instituciones entre las que destacan la Asociación de Comerciantes Servimoda Sociedad Cooperativa[nota 3] y la Federación Empresarial Toledana (FEDETO[1] CEOE-CEPYME Toledo).

Reseña biográfica

Nacimiento e infancia

León Gómez Alonso nació el 9 de abril de 1928 en Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo) en el seno de una familia de labradores, siendo el menor de cinco hermanos. Su madre enviudó cuando él tenía sólo cuatro años, por lo que tan sólo dos años después, ella tuvo que vender la vivienda en la que habitaban para poder sacar adelante a su familia. Se mudaron a una casa que su madre había heredado de la abuela paterna de León, la cual también se fue a vivir con ellos. El propio León, tuvo que dejar de estudiar a los ocho años, a pesar de que estaba mentalmente capacitado para los estudios, dándosele especialmente bien las matemáticas.

A la temprana edad de siete años, León percibió su primer jornal escardando. Entre 1936 y 1939, se tuvo que ganar la vida como buenamente pudo. Muchas veces era ayudado por su hermano mayor Mariano pero otras veces acababa trillando, espigando, aventando grano, vendiendo huevos y conejos, haciendo picón[nota 4] tanto para calentar su propio hogar como para venderlo y sacar algo de dinero o recogiendo bellotas que empleaba para cebar a un cerdo, así como para alimentarse él mismo.

A partir de 1940, como faltaba el trabajo, a él y a sus hermanos se les ocurrió la idea de poner lona nueva a las suelas de goma de las zapatillas que encontraban rotas, con el objetivo de poder venderlas. Además de eso, probaron a comerciar con la hierba que recogían por el campo. León también fue el secretario de un cazador en las monterías que se celebraban por aquel entonces en la finca El Castañar de Toledo. En Junio de ese mismo año, se trasladó con su madre y una prima a la localidad madrileña de Guadarrama, donde ya estaban trabajando y viviendo dos de sus hermanos. Con un caballo que les prestaron, su madre y él se dedicaron a vender verduras, actividad que compaginaba con viajes a El Escorial donde acudía regularmente para comprar pan.

En el otoño de 1941, él y su familia tuvieron que dejar la casa en la que vivían por aquel entonces, pasándose a instalar en un pajar. Después de eso, continuó vendiendo hierba, pipas o flores en el cementerio. También trabajaba aclarando acequias, abonando prados, arreglando carreteras,[nota 5] así como en una fábrica de sierras y en un almacén de materiales de construcción (al poco tiempo de empezar a trabajar en dicho almacén, le encargaron llevar el despacho y el control del material que entraba y salía del almacén). León también sacaba tiempo para ayudar a una frutera con las cuentas de su negocio.

Comienzos

Archivo:JovenLeonGomezAlonso.jpg
Don León Gómez Alonso tal y como era en sus años de juventud.

En diciembre de 1942, comenzó a trabajar en Cuerva (Toledo) en una tienda donde se vendían comestibles, artículos de ferretería, de bazar, de perfumería o de mercería, así como diversos tejidos. El propietario le encargó también el cuidado de varios de sus cotos y, posteriormente, la recolección de sus cultivos de algarrobas. En 1946, se le encomendó, desde el ayuntamiento del propio pueblo, llevar las cuentas de abastecimiento de las cartillas de racionamiento de todos los tenderos de Cuerva.

En 1948, con el objetivo de dedicarse al comercio ambulante, se asoció con el hijo de una señora que conocía. Éste, aportó quince mil pesetas con las que pudieron comprar un carro y un mulo viejo. Con lo poco que les sobró, adquirieron telas en el mercado negro de Madrid y consiguieron venderlas durante el verano en Las Ventas con Peña Aguilera y en la propia Cuerva. A partir de Septiembre, también empezaron a venderlas en los pueblos y en las casas de campo de toda la zona de los Montes de Toledo. A finales de 1948 se liberalizó la compra y venta de tejidos, con lo que aumentó aún más el volumen de negocio. De este modo, para Mayo de 1949 habían conseguido ahorrar unas veinticinco mil pesetas.

En Julio de 1949, León decidió separarse de su socio al darse cuenta de que, a pesar de haber seguido aumentado las ventas de telas, ellos no habían obtenido beneficios. En el reparto posterior que hicieron, a él le correspondieron siete mil doscientas pesetas en mercancías y unas cinco mil pesetas más en deudas contraídas por diversos clientes. Después de eso, decidió volverse a Las Ventas con Peña Aguilera, su pueblo natal. Allí, su madre le comunicó que, en respuesta a una solicitud que el propio León había hecho anteriormente, el Ministerio de Aviación[nota 6] le transmitía su obligación de trasladarse a Tetuán para realizar el servicio militar. Así que no le quedó más remedio que vender rápidamente las mercancías que le quedaban y cobrar las deudas que aún no le habían pagado. De todo el dinero obtenido, solo decidió llevarse trescientas cincuenta pesetas por si las necesitaba, con esta cantidad pudo posteriormente comprar allí unos tapetes de plástico para tratar de venderlos a su regreso.

En Tetuán, también conoció a un gallego que estaba haciendo un curso de contabilidad por correspondencia. Éste, le pidió a León que le ayudara a entender mejor los contenidos y, gracias a esto, logró adquirir unos conocimientos que luego le fueron de mucha utilidad en sus negocios posteriores.

Cuando volvió a su pueblo, después de finalizar el servicio militar, reanudó sus viajes a Madrid para seguir dedicándose a la venta ambulante. Esto, fue posible gracias al dinero que le había dejado a un amigo y que le devolvió a su vuelta, así como al hecho de que consiguió vender los tapetes de plástico que había comprado en Tetuán.

Poco a poco, se fue ganando la confianza de los dueños de los almacenes de Madrid en los que solía proveerse de género, de manera que comenzaron a dárselo fiado, es decir, no tenía que pagar hasta su vuelta, momento en el que aprovechaba para pagarles lo que les debía y para recoger nuevas mercancías. Esta estrategia le reportó más beneficios, al permitirle proveerse de más artículos en cada uno de sus viajes, reducir el número de éstos y, por tanto, el gasto destinado a los desplazamientos. El único inconveniente que había, era que León hacía sus viajes a Madrid en autobuses de línea y el personal de éstos a veces le ponía reparos con respecto a la gran cantidad de género que transportaba con él. Esta situación le obligaba a tener que comprar un carro y una mula en cuanto le fuera posible. Finalmente, tuvo que pedir un préstamo a un interés elevado, el cual consiguió devolver íntegramente en el transcurso de un año.

Progresivamente, fue ampliando la zona de negocio: de Las Ventas con Peña Aguilera y Cuerva a los Montes de Toledo. Al principio, contó con la única ayuda de su hermano Antonio pero posteriormente, y dado que había suficiente trabajo, incluyó también a su otro hermano Mariano y acabó entregando el carro y la mula a sus dos hermanos. Más tarde, tuvo que acabar comprando un macho cerril para sustituir a la mula original.

De este modo, consiguió ayudar a dos de sus hermanos y también decidió encargarse de pagar las deudas que había contraído su madre desde el momento en que enviudó, así como de proporcionarle todas las cosas imprescindibles para sacar adelante su hogar.

Siguiente etapa

Archivo:LeonVendiendo.jpg
León, Julio y Luis vendiendo en la plaza de Los Yebenes (Toledo) en 1962.

Los negocios iban bien y este hecho le permitió a León tomar dos importantes decisiones en su vida: en 1953, abrir la primera tienda de su propiedad, situada en una casa de vecindad de Cuerva, y en 1954, casarse con Ascensión Navamuel, teniendo ella veinticinco años y él veintiséis. A partir de entonces, su mujer se encargó de vender desde el despacho que tenían en Cuerva y él se dedicó a ir ofreciendo sus mercancías de puerta en puerta. Además, pudieron contratar a un chico para que les ayudara a llevar los encargos.

A sus hermanos no les iba muy bien, por lo que en 1956, León le propuso a su hermano Antonio establecer una tienda en Alcoba de los Montes (Ciudad Real), debido a que este pueblo no tenía ningún comercio, y a su otro hermano, Mariano, hacerse cargo de la venta ambulante. En 1974, tuvo que ayudar de nuevo al primero para que pudiera abrir un nuevo local de comercio en Parla (Madrid), el cual esta vez le produjo importantes beneficios.

Entre 1957 y 1960, León creó ocho depósitos de mercancías, que eran negocios similares a lo que hoy se conoce como franquicias. Él mismo, se encargaba de surtirlos con mercancías y pasado un tiempo, si algo no se había vendido, se hacía cargo de ello para tratar de darle salida por otro lado. También compró una furgoneta y volvió a vender por los pueblos. Fijó un día de la semana para ir a cada lugar: el lunes a Las Ventas con Peña Aguilera, el martes a Toledo, el miércoles a Navahermosa, el jueves a Los Yébenes y el resto de la semana a Marjaliza, Orgaz, Villanueva de Bogas, Villasequilla, Santa Ana de Pusa o Los Navalucillos. Por esa época, también empezó a vender en diversos puestos en las plazas de los pueblos.

Todas estas iniciativas dieron su fruto y las ventas crecieron de modo exponencial. De tal manera, que se vieron en la necesidad de contratar a otro nuevo dependiente, el cual, hacia vida con ellos como si fuera uno más de la familia. Ascensión, la mujer de León, tenía que compaginar el cuidado de sus hijas con su trabajo en la tienda de Cuerva, hasta que llegaba León por las tardes y era él quien se encargaba de despachar a los clientes.

En Febrero de 1957, consiguieron reunir cincuenta mil pesetas, lo que le permitió a León iniciar sus viajes a Barcelona donde podía proveerse de nuevas mercancías. Por aquel entonces, este tipo de viajes eran muy pesados. A la ida, tenía que ir primero hasta Madrid, concretamente a la estación de Atocha y coger allí el tren de las ocho de la noche, el cual no llegaba a su destino hasta el día siguiente a las doce de la mañana. A la vuelta, tenía que seguir una estrategia similar que le llevaba más de dieciséis horas.

En 1960, fue a ver a su primo Mauro, que vivía en el pueblo ciudadrealeño de El Robledo de la Porzuna[nota 7] y que estaba pasando por malos momentos económicos debido a una enfermedad que le impedía trabajar temporalmente. Así que León decidió darle dinero para los gastos más urgentes y le propuso enseñarle el oficio, asignándole un suelo para que pudiera mantener a su familia durante el tiempo que durara su aprendizaje. Concluido este periodo, le compró un carro y su correspondiente macho, dotándole también de mercancías. De esta forma, nació otro nuevo punto de venta.

Al año siguiente, adquirió con su mujer una casa propia en Cuerva, donde ampliaron el negocio. En 1963, como el trabajo era agotador, León decidió quedarse en casa y ocuparse únicamente de atender en la tienda y de comprar toda la mercancía que debía suministrar a los diferentes depósitos que tenia.

En Abril de 1966, inauguraron una nueva tienda en Villaverde Bajo (Madrid), de la que se hizo cargo el hijo de un amigo de León que había muerto recientemente. Así comenzó su andadura un nuevo punto de venta, al que surtía desde Cuerva todos los jueves.

Un año antes, se había quedado sin trabajo un dependiente de comercio al que León conocía, por lo que le propuso proporcionarle mercancías para que pudiera venderlas por las calles. Posteriormente, acabó vendiéndolas en una nueva tienda que abrió en La Puebla de Montalbán (Toledo), de manera que surgió otro depósito más, al que tenía que proveer cada quince días.

Ya eran diecisiete los puntos de venta a los que León abastecía. A nueve les llevaba las mercancías aprovechando algún espacio del día en el que no tuviera mucho trabajo o por las noches, después de cerrar, e incluso de madrugada, justo antes de abrir la tienda. El resto se tenían que proveer directamente del almacén que tenía en casa. La mayoría lo hacía en domingo, aprovechándose de que la tienda permanecía cerrada ese día por descanso semanal.

Nuevos tiempos, nuevas ideas

En una época en la que vendían menos tejidos, decidieron dedicarse también a la confección de pantalones y camisas. Para ello, contaron con la ayuda de diversos modistas que trabajaban desde sus casas. León llegó a pensar en instalar una fábrica pero su mujer le convenció de que era una idea demasiado arriesgada, al tratarse de un negocio que no conocían bien. A pesar de ello, un año llegaron a producir unas catorce mil prendas, habiendo contado con la colaboración de un nuevo sastre de Noez (Toledo), que trabajaba a su vez con varias costureras. Todos los pantalones y camisas que se vendían en Cuerva estaban confeccionados por ellos. Llegaron a elaborar pantalones vaqueros y también crearon su propia marca, cuyo nombre era “Legoal”.

Cuando se produjo un cambio en la demanda, que hizo que la compra de artículos de confección se fuese imponiendo sobre la de telas, los ingresos obtenidos por los depósitos comenzaron a ser cada vez menores. Por esta razón, León decidió trasladarse a Toledo, donde inauguró en 1972 una tienda dedicada a la venta en exclusiva de ropa de confección, artículos del hogar y prendas interiores. La tienda contaba con un local de cuatrocientos seis metros cuadrados, así como de un sótano de otros cuatrocientos setenta y tres metros. Para empezar, León contrató a un encargado y a once dependientes: seis hombres y cinco mujeres. Sin embargo, el volumen de negocio fue mayor de lo esperado y esto le llevó, en 1974, a tener que aumentar la plantilla de la tienda, incluyendo por primera vez a un contable, trabajo que hasta entonces llevaba el propio León. También tuvo que ampliar la superficie destinada al comercio, para lo cual habilitó la planta del sótano, así que no le quedó más remedio que comprar un nuevo sótano donde poder almacenar la mercancía, cosa que hizo en 1975 al adquirir un local de seiscientos sesenta metros cuadrados, el cual se encontraba bastante cerca del establecimiento. Más adelante, se hizo también con el local de ciento cuarenta metros cuadrados que se encontraba justo encima del nuevo sótano.

Como pensaba que la gente suele estar más motivada cuando trabaja para si misma, a León se le ocurrió la idea de hacer participes del negocio a todos los dependientes. Por eso, les propuso hacer la prueba durante un año, con la condición de que si había beneficios él se los abonaría y seguirían con el sistema pero si había pérdidas él volvería a hacerse cargo de la tienda. También les garantizaba un treinta por ciento más de sueldo base, les transfería las mercancías del almacén (cargándoles cierto porcentaje) y ellos sólo tenían que encargarse de las ventas. El resultado no fue el esperado: dichas ventas bajaron hasta un dieciocho por ciento con respecto al año anterior, así que León decidió retomar las riendas del negocio.

Creación de los Almacenes León

Archivo:FachadaTalavera.jpg
Fachada de la antigua tienda de Almacenes León en Talavera de la Reina, hoy desaparecida.

En 1982, se constituyó por primera vez una sociedad anónima, bajo el nombre de Almacenes León Gómez Alonso S.A., de la cual, todas sus hijas (Virtudes, Ascensión y Ana) eran accionistas.

Al comienzo de la década de los noventa, la tienda de Toledo se les había quedado pequeña, por eso consideraron la opción de trasladar toda la sección del hogar a otro local distinto para crear una tienda totalmente nueva. Mientras finalizaban los preparativos del nuevo proyecto, aprovecharon para hacer una liquidación de existencias en la campaña Otoño-Invierno de 1991.

Por aquella época les ofrecieron un local en Talavera de la Reina. Estaba situado en el corazón de la ciudad, tenía novecientos metros cuadrados habilitados como tienda de tres alturas y también poseía un sótano que podía ser reformado para convertirlo en una cuarta planta comercial. Ante la perspectiva de las buenas posibilidades comerciales que el local planteaba, decidieron comprarlo, invirtiendo en él todo el dinero del que disponían en aquel momento. Este hecho provocó que tuvieran que olvidar la idea de realizar las obras que les permitirían abrir una nueva tienda en Toledo.

Nuevas oportunidades de negocio

Archivo:LeonCuerpoEntero.jpg
Don León Gómez Alonso trabajando en los Almacenes de Toledo.

En el año 1990, entraron a formar parte de una asociación llamada “Servimoda”,[2] formada por dieciocho comerciantes que se habían reunido para comprar artículos de confección en conjunto. Fue una unión beneficiosa para todos ya que compartían mucha información entre ellos y conseguían realizar una gran cantidad de operaciones rentables. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica a partir del año 1993, muchos de ellos tuvieron que cerrar sus negocios y, poco a poco, el grupo se fue disolviendo hasta su completa extinción.

León Gómez era una persona emprendedora y, siempre que podía, trataba de aprovechar todas las oportunidades de negocio que pudieran surgir. Así lo demostró en su siguiente iniciativa: a raíz de un viaje de vacaciones que hizo con su mujer a Grecia, antes de que España se integrara en la Comunidad Económica Europea (CEE) el 1 de enero de 1986, ambos se dieron cuenta de que había tanta diferencia entre el precio al que se vendían las pieles en España y lo que costaban allí, que les compensaría con creces importarlas, aún teniendo que pagar un treinta y cinco por ciento de derechos aduaneros. Por ello, decidieron comprar en Grecia mercancías por un importe de treinta y cinco millones de pesetas. La iniciativa les salió bien ya que, solamente el primer año, vendieron doscientos setenta y seis abrigos de visón.

De este modo, también se animaron a adquirir parcas y artículos de confección para caballeros en Alemania, concretamente en la feria de Colonia, realizando un primer pedido de setecientas prendas. Los aranceles en Alemania eran igualmente altos pero el precio de dichas prendas, en origen, era muy inferior al de venta en España, por lo que la compra les seguía compensando. Con la desaparición de las barreras arancelarias, fruto del tratado de adhesión de España a la CEE, tuvieron que replantearse estos negocios.

Malos momentos y traspaso del negocio

La crisis de principios de los años noventa, junto con la disminución de las cuotas que gravaban la entrada de productos textiles provenientes del extranjero, especialmente de Asia, provocó que en toda España se tuviera que vender a precios muy bajos, quedando un escaso margen de beneficios para los comerciantes. Este hecho repercutió negativamente en los ingresos de todos los negocios de León, los cuales se vieron reducidos drásticamente, hasta el punto de que, durante cuatro o cinco años, apenas ganaron lo suficiente para ir haciendo frente a las amortizaciones e intereses de todos los préstamos que habían contraído. Esta situación les condujo a replantearse el enfoque del negocio: decidieron vender artículos que presentaran más calidad y que les permitieran jugar con mayores márgenes comerciales. Este giro en su modelo de negocio, junto con los cambios en la política económica nacional y la bajada de intereses que comenzó a hacerse efectiva a partir del año 1996, les permitió superar estos malos momentos.

El 31 de enero de 2000, cuando León Gómez Alonso tenía setenta y un años, él y su mujer decidieron traspasar el negocio a sus hijas Ascensión y Ana, al considerar que ya estaban más capacitadas para llevarlo que ellos dos. Ascensión se encargaría de la parte comercial y Ana de la parte administrativa. No obstante, León seguiría compartiendo con ellas la responsabilidad en lo que se refería a la división económica del negocio.

Últimas decisiones comerciales y empresariales

En junio del 2003, compraron una nueva tienda en Sonseca. El local tenía setecientos metros cuadrados y estaba distribuido en dos partes iguales, una de las cuales se venía utilizando como almacén. Pensaron que, si habilitaban ambas secciones para la venta al público, la tienda tendría capacidad para todas las secciones necesarias. También decidieron llevar allí un tercio de todos los artículos que compraban, de manera que, en caso de que no se vendiera lo suficiente, este nuevo local podría servir de almacén o de reserva para las otras dos tiendas que tenían en Toledo y en Talavera de la Reina. Haciéndolo así, no era necesario incrementar demasiado el número de existencias disponibles y, sin embargo, podrían aumentar las ventas. Contrataron a una dependienta, que había trabajado antes para ellos, y a un encargado. Ambas personas estuvieron durante un par de meses haciendo prácticas en el comercio de Toledo y finalmente, el 2 de Noviembre de ese mismo año, consiguieron inaugurar la tienda.

El máximo número de trabajadores que la empresa llegó a tener entre sus tres tiendas de Toledo, Talavera y Sonseca, ascendía al medio centenar allá por el año 2005.

En el año 2007, El Corte Inglés se puso en contacto con ellos para transmitirles su intención de adquirir el local de Talavera de la Reina con el fin de abrir allí una nueva tienda “Sfera”. Después de diversas negociaciones, consiguieron llegar a un acuerdo económico que satisfizo a ambas partes. De este modo, el 28 de Agosto de ese mismo año, se puso en marcha el proceso de liquidación de todas las existencias de dicho local. Esta campaña de liquidación tuvo una inesperada aceptación: la afluencia de gente que quería comprar algún artículo en liquidación desbordó las previsiones más optimistas y como resultado, tuvieron que cerrar la puerta de la tienda varias veces debido a que la cola de personas que esperaban para entrar llegaba hasta la propia calle, produciéndose diversos problemas y altercados. Posteriormente, la afluencia de clientes decayó pero, en general, el ritmo de ventas que hubo hasta el final fue alto.

Animado por estos buenos resultados, León Gómez decidió lanzarse al que sería su último negocio en vida: abrir un nuevo establecimiento en Talavera de la Reina con en el que pretendía vender siempre con descuento, no sólo en época de rebajas sino durante todo el año, es decir, el mismo concepto de lo que hoy se conoce como “Outlet”. Para ello alquiló un nuevo local de cuatrocientos metros cuadrados y se implicó personalmente en todas las tareas, incluida la dirección del negocio.

Archivo:EntregaGalardon.jpg
Don León Gómez Alonso recogiendo el Galardón FEDETO a la Trayectoria empresarial 2004.

También participó en la Asociación de Empresarios del barrio toledano de Santa Teresa, así como en la Federación Empresarial Toledana (FEDETO[1] CEOE-CEPYME Toledo) perteneciente a la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha (CECAM CEOE-CEPYME). Ésta última le concedió, en el año 2004, el galardón a la “trayectoria empresarial”[3] con el cual mostraba su reconocimiento hacia la labor que León Gómez había desarrollado durante toda su vida.

Su fallecimiento tuvo lugar el 17 de diciembre de 2008 en Toledo.[4]

Aficiones

Sus principales aficiones fueron, desde muy joven, los toros y el campo. Esto le llevó a comprarse una finca llamada “El Valle de Abajo”, perteneciente al término municipal de Los Yébenes (Toledo), gracias a la cual pudo descubrir la caza y disfrutar con su familia.

Opiniones y agradecimientos

Archivo:GalardonRecibido.jpg
Galardón FEDETO a la Trayectoria empresarial 2004 recibido por León Gómez Alonso en la VIII Edición de dichos galardones.

Reproducimos la opinión de María del Carmen Angulo Teja y Tomás García-Cuenca Ariati,[nota 8] recogida en su libro “Grandes Empresarios de Castilla-La Mancha”:[6] «En nuestra opinión, lo más destacable de la autobiografía de León Gómez es que, a pesar de haber pasado una infancia y juventud llenas de penalidades, las relataba sin amargura ni resentimiento alguno; que tenía una gran inteligencia natural, don de gentes y era muy trabajador; que siempre encontraba soluciones imaginativas a los problemas que se le planteaban; y, sobre todo, que amaba a su familia, y era una gran persona, que ayudó, en todo lo que pudo, no sólo a su madre y sus hermanos, sino también a sus parientes y a las personas que conocía». Queremos expresar nuestro más sentido agradecimiento a la familia Gómez Navamuel por habernos facilitado la autobiografía de León Gómez Alonso, escrita en su momento por José Colino Martínez.[nota 9]

Premios y reconocimientos

  • Galardón a la “trayectoria empresarial"[3]concedido por la Federación Empresarial Toledana (FEDETO[1] CEOE-CEPYME Toledo) (Galardones Empresariales FEDETO, 2004)

Fuentes

Notas

  1. Lo que hoy se conocería como tiendas franquiciadas.
  2. No disponemos de información que haga referencia a la existencia de esta marca pero llegó a adquirir cierta repercusión por la zona de Toledo y Madrid a finales de los años sesenta-principios de los setenta
  3. Sociedad extinta a finales de la década de los noventa, principios de la década del dos mil.
  4. Una especie de carbón muy pequeño que se solía hacer con ramas de encina, jara o pino y que era principalmente utilizado para calentar las casas con los antiguos braseros.
  5. Para esto último, tuvo que decir que tenía dieciséis años.
  6. Lo que hoy se conoce como Ministerio del Aire.
  7. Hoy en día, llamado simplemente El Robledo.
  8. Autores del texto original en el que se basa este artículo: el libro Grandes Emprendedores de Castilla-La Mancha.[5]
  9. Licenciado en Derecho y en Humanidades, escritor y archivero de las monjas CC.FF. Militar (R) que ha escrito diversos relatos y transcripciones para diversas organizaciones y entidades de La Puebla de Montalban, como por ejemplo “La Sinagoga de La Puebla de Montalbán”, artículo publicado en la Revista Crónicas[7] de este municipio.

Referencias

Archivo:PortadaLibroGrandesEmpresariosCCM.jpg
Portada del Libro Grandes Empresarios de Castilla-La Mancha en el cual aparece la biografía de León Gómez Alonso como uno de los cincuenta y cinco empresarios castellano-manchegos a los que se hace referencia en el libro.
  1. 1,0 1,1 1,2 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  2. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  3. 3,0 3,1 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  4. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  5. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  6. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  7. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".

Bibliografía

  • Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  • Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  • Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".

Enlaces externos