Ingreso Ciudadano para la Niñez

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El Ingreso Ciudadano para la Niñez (INCINI) es un proyecto de Renta Básica Universal presentado históricamente en la Argentina por la legisladora Elisa Carrió, luego por su partido Coalición Cívica ARI, y en la actualidad forma parte de las plataformas políticas de la mayoría de los partidos políticos importantes.

Proyecto

El antecedente se le debe a un proyecto presentado por las diputadas Elisa Carrió y Elisa Carca, en su momento (1997) diputadas por la Unión Cívica Radical (UCR) y hoy diputadas por el partido Coalición Cívica ARI. El proyecto se llamó Ingreso Ciudadano para la Niñez (INCINI).

En 1997 asumimos la propuesta como una suerte de utopía cuya intención principal era instalar la discusión del tema y, de paso, señalar que el modelo social que se venía implantando era un colosal proceso de transferencia de los sectores medios y bajos de la sociedad hacia los más ricos... hoy día lo asumimos y planteamos como una necesidad.

Elisa Carrió[1]

“El concepto de un ingreso mínimo para todos los ciudadanos (universal) es una vieja aspiración de muchas sociedades modernas. Ya en 1918 Bertrand Russell escribió que “un ingreso mínimo, suficiente para afrontar las necesidades, debería estar al alcance de todos los habitantes, independientemente de si trabajen o no”. Décadas antes, en 1872, también en Inglaterra, el sociólogo John Ruskin argumentaba que “el primer deber de todo Estado es que todo niño que nace sea bien alimentado, vestido y educado hasta alcanzar la mayoría de edad”. En 1948 la Declaración Universal de Principios de las Naciones Unidas estableció en su artículo 25 un concepto muy parecido al de un ingreso mínimo universal para enfrentar las necesidades básicas. Durante el siglo XX varios ganadores del Premio Nobel de Economía (John Kenneth Galbraith, James Tobin, James Meade) suscribieron y alentaron la idea de un ingreso mínimo para todos. Hasta el liberal Milton Friedman coincidió con sus colegas en la necesidad de garantizar un ingreso mínimo, en su caso a través del impuesto negativo al ingreso, esto es, proponiendo que el Estado compensara monetariamente a quienes año a año quedaran por debajo de un mínimo no imponible."(Alfonso Prat Gay[2])

El INCINI “significa la extensión del beneficio pagado por el programa de asignaciones familiares a la totalidad de los niños del país, con independencia del estatus laboral y del ingreso de los padres. Para su financiamiento, el proyecto plantea la creación del Fondo del Ingreso Ciudadano para la Infancia (FINCINI) cuyos recursos provendrían de cuatro fuentes principales:

  • el programa de asignaciones familiares para lo cual se mantendría en vigencia la tasa contributiva que grava a los salarios;
  • la reforma del impuesto a las ganancias de las personas físicas, que contempla la eliminación de las exenciones fiscales de determinadas rentas (principalmente, la inclusión como sujeto impositivo de las rentas financieras y los dividendos distribuidos por las sociedades de capital);
  • la eliminación de las deducciones por cargas de familia del impuesto a las ganancias de las personas físicas;
  • el co-financiamiento de las provincias atento a que, como resultado del INCINI, éstas verían disminuir las demandas asistenciales por parte de las familias. En los hechos, el aporte provincial consistiría en la aplicación parcial de transferencias fiscales que el gobierno nacional les destinaba para atender situaciones de emergencia social”.[3]

El proyecto INCINI tiene estado parlamentario en la actualidad (2009), con el expediente parlamentario 2467-D-2008. En su Fundamento expresa

“el presente proyecto de ley se inspira en la necesidad de establecer en la Argentina una red de seguridad en los ingresos para todos los ciudadanos, en general, y para la niñez, en particular. El objetivo es que a mediano o largo plazo la totalidad de los ciudadanos del país cuenten con un ingreso básico garantizado fiscalmente, y de esta forma, no sólo sea posible prevenir que las personas caigan en situaciones de pobreza extrema sino, también, permitir formas mas eficientes y equitativas para el funcionamiento del mercado de empleo y mejorar los problemas derivados del desempleo y el subempleo. Dadas las limitaciones fiscales existentes, los profundos cambios institucionales que deberían realizarse para la instauración plena de una garantía universal de este tipo y la situación de particular vulnerabilidad de la niñez, el presente proyecto de ley se propone un objetivo realizable en el corto plazo: establecer un ingreso garantizado fiscalmente que cubra a todos los niños y niñas hasta el momento de cumplir 18 años, conforme el criterio de edad establecido en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, y a las mujeres embarazadas y personas con discapacidad. Esta medida no debe considerarse como una propuesta aislada o solamente complementaria de las políticas que en el área social y de la niñez se llevan actualmente a cabo. Por el contrario, debe comprenderse como un primer paso para revertir las estrategias que se vienen aplicando en el campo económico y social. Así, en lugar de continuar profundizando programas discrecionales que buscan focalizar la asistencia en aquellas personas y/o grupos familiares con determinadas privaciones, debería tenderse a desarrollar intervenciones de carácter universal y preventivo. De esta forma se evitaría que amplios sectores sociales caigan en situaciones degradantes para su bienestar y su condición humana (en muchos casos, con efectos irreversibles), generando situaciones estigmatizantes e ineficiencias en la atención de los grupos más necesitados. Por lo mismo, en lugar de financiar las políticas sociales mediante políticas tributarias de carácter regresivo o primas contributivas a seguros sociales fragmentados y estratificados, debería establecerse un sistema que integre de manera más eficiente y equitativa las diversas necesidades de las personas con su capacidad contributiva y con los beneficios fiscales que reciba”.

Otros proyectos en el mismo sentido

Hoy la realidad del Ingreso Universal no es la misma que en 1997, se han presentado varios proyectos al respecto con estado parlamentario actual, entre ellos uno del Partido Socialista (Dip. Silvia Augsburger), dos del Frente para la Victoria (Sen. Elena Corregido; Dip. Héctor Recalde), de la Unión Cívica Radical (Sen. Ernesto Sanz), Encuentro Social y Popular (Dip. Merchán), y Buenos Aires para Todos (Dip. Claudio Lozano). En este sentido, el Centro de Estudios por la Igualdad (CEPI) de la juventud del ARI, hizo una investigación sobre las diferencias sustanciales entre los distintos proyectos presentados con respecto al Ingreso Universal.

Finalmente, desde 2009, el Poder Ejecutivo Nacional ha implementado un programa de seguridad social, gestionado desde el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social), con características similares al INCINI: La Asignación Universal por Hijo (AUH). Si bien (y pese al nombre) no se trata de un programa que cubra al universo de niños, por sus condiciones de aplicabilidad alcanza a cubrir a una gran parte del mismo, en especial a aquellos cuyos padres poseen ingresos propios por debajo de cierto monto (ya sea por encontrarse desempleados o por ganar menos de lo establecido en la reglamentación de la AUH). Los hijos de padres con trabajo registrado se encuentran beneficiados con el denominado "salario familiar", aunque desde la implementación del nuevo programa, se ha establecido un criterio decreciente que deja a los niveles más altos de ingresos salariales sin una cobertura especial para niñez.

Referencias

  1. Barbeito, Alberto; y Lo Vuolo, Rubén (sin fecha): «Breve historia: El “ingreso ciudadano” en la agenda de políticas públicas de la Argentina», artículo sin fecha en el sitio web Ingreso Ciudadano (Buenos Aires).
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