Impresión de carne en 3d
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Un start-up llamado Modern Meadow, cuyos fundadores son Gabor y Andras Forgacs, recientemente tuvo la idea de crear carne cruda utilizando una bioimpresora en tercera dimensión. La principal motivación de dicha empresa es dejar de utilizar animales como fuente principal de obtención de carne y, además, reducir el uso de la tierra para cumplir dicho propósito. La técnica de impresión en 3D existe desde hace más de una década y se han logrado impresiones de distintos materiales: joyas, juguetes, muebles, carros e, incluso, recientemente, partes de un arma; sin embargo, Gabor Forgacs asegura que al utilizar materiales vivos al imprimir, el proceso se vuelve mucho más complicado. El material utilizado en este tipo de impresión está compuesto por células madre que son extraídas de animales por medio de una biopsia. Dichas células son capaces de reproducirse fácilmente y una vez que se da este proceso, se colocan en un biocartucho, por lo tanto se utiliza bio-tinta en el proceso de impresión. [1]
La técnica también se conoce como impresión por inyección, en donde se va imprimiendo capa por capa hasta crear una estructura sólida. Primero, se imprime bio-tinta con varios tipos de células en moldes hechos de gel de agaar, que es una especie de gelatina vegetal de origen marino. Días después, la biotinta y el agaar se quitan, formando así un tejido, el cual se coloca en un bio-reactor y se estimula para que la fibra muscular madure. [1]
Realizar una pieza sintética de la carne no es el único intento en curso en este sentido. Investigadores de la Universidad de Maastricht, en Holanda, están en el proceso de cultivar células animales para producir tejido muscular. El líder del proyecto, Mark Post, asegura que están haciendo lo que podría convertirse en la primera hamburguesa artificial del mundo. El equipo no emplea la bioimpresión, sólo una forma de biofabricación donde las células madre se reproducen en una estructura especialmente preparada para crear tejidos vivos. Producir una hamburguesa completa utilizando este método costaría hoy en día alrededor de US$300.000, dice, pero el costo va a caer en picada con los rápidos avances tecnológicos.[2]
La carne creada mediante este proceso, si bien, es “artificial”, será capaz de aportar los mismos nutrientes que aporta la carne que consumimos hoy en día y nuestro organismo será capaz de aprovecharlo sin problemas; sin embargo el verdadero reto, según Forgacs, será producir este tipo de carne a nivel industrial y lograr su aceptación por los consumidores.
Partiendo de esta misma idea, estudiantes de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Schwabisch Hall en Alemania han diseñado un prototipo conceptual de impresora 3D llamado Cultivator, el cual permitiría a la gente hacer carne en sus propios hogares, convirtiéndolo así en un electrodoméstico más en la cocina. Este prototipo estaría hecho de vidrio acrílico, poliestireno y emplearía la tecnología de la bioimpresión, misma que se está aplicando en la medicina experimental para la recreación de órganos humanos. Se tiene la idea de que las personas podrían diseñar todas las características y necesidades dietéticas que tendría la carne, esto mediante una herramienta llamada Adapt Nutritional Values, la cual permitiría ajustar los contenidos de grasa y otros elementos sin comprometer el sabor o la textura de la carne. Todavía se tienen varias interrogantes, como por ejemplo el tiempo que tardará en hacer la carne o el periodo de caducidad que tendrá dicho producto. Actualmente este proyecto, creado por Sarah Mautsch y Aarón Abentheuer, no está disponible para producirse pues se encuentra en la fase especulativa; sin embargo, demuestra que la impresión 3D está considerada para desarrollar la comida sintética del futuro. [3]
Haciendo una recapitulación, la impresión con carne en 3D puede llegar a ser una alternativa para satisfacer a los consumidores de carne, pero sin la necesidad de matar animales, que tanto ha sido un tema controversial y la razón de muchos movimientos alimenticios como el veganismo o el vegetarianismo. Con esta nueva forma de hacer carne, también se busca dejar de utilizar los campos de crianza animal, cuyo único objetivo era crecer a los animales para su posterior matanza y utilización de su carne para abastecer a los consumidores. Con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, se espera que el costo de producción de este tipo de carne disminuya significativamente y pueda así competir con la actual y tradicional carne, ya que, si recordamos, los beneficios nutrimentales serán exactamente los mismos.