Frankenstein Educador

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Frankenstein Educador es un libro escrito por el pedagogo Phillipe Meirieu, en el que se explica cómo la metodología aplicada en las aulas está orientada a que el alumno (Frankenstein) sea como lo desee el docente (el creador de Frankenstein).

Primera parte: El mito de la educación como fabricación

Para Meirieu,la educación debería ser una praxis, y no poiesis. La diferencia entre ambos es que la poiesis es la propia educación como fabricación en la que se necesitan medios técnicos, capacidades, conocimientos, etc. que buscan el resultado que el educador quiere en su educando, y cuando esto se consigue, no continúa el proceso. La praxis, por el contrario, considera que la educación es una acción que tiene una finalidad en sí misma, no termina nunca.

Esto significa que si la educación se reduce a una poiesis (a la educación como fabricación), no existiría realmente educación. Es como si se compara al educando con un objeto o una máquina, se espera que el individuo haga lo que el docente quiera o decida. El problema está en pasar de la poiesis a la praxis, dadas las circunstancias existentes, como alumnos con poca motivación en el aprendizaje, falta de medios,etc.

Luego, la cuestión de educar, sería desarrollar la inteligencia para que el individuo lo aplique en su vida cotidiana y también dentro de un contexto histórico, para que comprenda en qué ámbitos socioculturales y económicos está inscrito el sujeto. Esta definición no es exactamente la misma que la que se planteó en el documento sobre la definición de educar, al menos en un matiz importante: el contexto histórico.

Otro de los términos que usa este libro es el efecto expectativa, que hace que un alumno sea bueno o malo. El efecto expectativa es la influencia positiva o negativa del educador al educando, y que esto afecta en sus resultados. Esto se conoce también como Efecto Pigmalión Es decir, si el profesor considera que un alumno es inteligente, el alumno recibirá esa influencia y será inteligente, pero si por el contrario, considera que ese alumno es lo contrario, el alumno tendrá resultados de ello.

Segunda parte: Las siete exigencias de la educación

A) No se puede convertir la filiación en una relación de causa-efecto o de posesión, sino acoger al individuo que está dentro de un contexto histórico que debe comprender y superar.

Según Emmanuel Levinas, la filiación es una relación con una persona ajena a nosotros, entendiendo como ajena a alguien tanto dentro como fuera de nuestra familia. Sería una persona muy diferente a mí, pero a la vez, se parece a mí. Esto tiene que ver sobre todo con la educación de los hijos, ya que los padres deberían acoger al niño o a la niña como alguien ajeno a ellos (sabiendo que realmente nace gracias a los progenitores), que formará parte de su contexto histórico conjunto. Entonces, tiene que haber un punto medio entre el recibimiento de la influencia de los padres y la posterior autonomía que desarrollará el sujeto. Es básicamente la relación influencia-autonomía, que debe ser positiva para que el educando sea libre y no dependa del educador, tal y como critica Meirieu a lo largo de su libro.


B) Se reconoce que el alumno no siempre podrá ser educado de la misma manera que piensa el docente, y por ende, no puede recurrir a la exclusión o al enfrentamiento con el alumno si esto sucede.

Es muy normal que algunos alumnos opongan resistencia a la manera de enseñar del maestro, síntoma claro de que no quieren ser tratados como objetos que rellenar de conocimiento. Por circunstancias económicas, sociales, familiares, etc, ciertos niños se sienten excluidos y no se comportan de la manera que más les gusta a los profesores, por lo que en ocasiones, esa exclusión va creciendo considerablemente. Entonces, la única solución diferente a la exclusión es el enfrentamiento, y a veces funciona. Sin embargo, este perfil de alumnos puede buscar los puntos débiles del maestro simplemente para sacarle de sus casillas, por lo que el enfrentamiento es posible que desencadene en un clima “educativo” muy tenso.


C) Aceptar que cuando se transmiten conocimientos a los alumnos, este proceso no se hace de forma mecánica, sino que el educando los reconstruye para su desarrollo personal

La idea principal de esto es que, como lo refleja Cousinet, el maestro debe adaptarse al ritmo de cada alumno, con el fin de que estos aprendan mejor. En dicho libro se refleja qué es enseñar y qué es aprender dentro de un contexto educativo: enseñar es exponer todo lo que se ha descubierto, que supone una racionalidad. Si hay ciertos problemas (que existan ideas que no estén conectadas, alumnos que no capten la idea, etc) se buscarán nuevas alternativas para que los alumnos desarrollen su pensamiento. La definición de aprender “es tomar información del entorno en función de un proyecto personal”.


D) Nadie puede ponerse en el lugar de otra persona, el aprendizaje es exclusivamente del educando, y deja de lado las previsiones y definiciones que no le hacen ser libre.

Para este autor, nunca debe olvidarse el concepto de “hacer aprender”, es decir, que el educando pueda aprender a partir del educador, pero si se transmite el contenido o conocimiento de manera mecánica, puede dar lugar al abandono del educando a que reciba esos contenidos. Esto deriva en lo siguiente: nadie decide por otra persona qué contenidos puede recoger; le podemos enseñar lo que queramos, pero es el educando el que decide si quiere aprender dicho contenido o no. Nunca sabremos a ciencia cierta si aceptará o no cada aprendizaje.

En lo que respecta al aprendizaje, hemos definido que aprender es “tomar información del entorno en función de un proyecto personal”. Sin embargo, el concepto se extiende: aprender es “burlar los pronósticos” sobre qué es lo mejor para nosotros y reberlarnos contra lo que nos presiona y no nos hace libres, que es el requisito esencial para que exista una educación. En última instancia, aprender es “hacerse obra de uno mismo”.


E) El educador tiene poder sobre los factores externos que influyen en la elección del aprendizaje del educando, pero no puede influir directamente en el sujeto. A esto hay que añadirle que se deben crear espacios de seguridad para que el educando sea capaz de aprender un conocimiento que no sabe, y dicho espacio es un “marco posible para los aprendizajes”.

Dentro de esta idea, hacemos especial hincapié a un concepto nuevo: el espacio de seguridad. Un espacio educativo debe ser un espacio de seguridad, ¿pero en qué consiste? Es un espacio en donde no existe una presión por la evaluación y se fomentan las expectativas positivas y las experiencias recíprocas entre educador y educando, de manera que ambos se enriquecen tanto del proceso de enseñanza del educador como del aprendizaje del educando. Sin embargo, no siempre es posible que exista este espacio, puesto que se corre el riesgo, precisamente, a la evaluación y sobre todo, a las expectativas negativas. Una de las características del espacio de seguridad es que deben establecerse reglas y prohibiciones, y el autor establece que una de esas prohibiciones es la burla: hacer que el educando no se sienta ridiculizado por los errores que comete, sino que sirvan como medio para su aprendizaje.

Otra idea relacionada con la quinta exigencia es que se subestima la inteligencia y motivación de los niños en temas más abstractos y cercanos a la cultura general. Entonces, ¿cómo se le puede meter a los niños en las materias sin que se sientan aburridos, estresados o con miedo? Por ejemplo, si tienen interés en Filosofía, pueden utilizarlo como medio para que aprendan a leer y escribir, además de fomentar el pensamiento crítico.


F) Inscribir la actividad educativa a la autonomía de aprender, que se adquiere de forma progresiva; se trataría de combinar la manera de enseñanza tradicional junto con la enseñanza de autonomía. Lo que se enseña al educando lo puede aplicar en otros ámbitos.

Hay que tener en cuenta una cosa: la autonomía como tal nunca existe de manera absoluta, puesto que todos dependemos de todos para que podamos seguir adelante. Entonces, en el libro se menciona que puede determinarse un grado de autonomía, pero nunca llegará a su totalidad. Si lo pasamos al contexto escolar, se busca que los alumnos sean más autónomos respecto a su nivel inicial, pero para ello deberán disponer de diferentes medios, materiales y organización individual y colectiva.


G) La pedagogía no es una ciencia exacta, sino que existe una incertidumbre constante.

Hay que tener en cuenta que entender la educación como “ciencia”, hay que recurrir a otras disciplinas, como la Sociología, la Psicología o la Historia. Sin embargo, en la educación existen tantas posibilidades y factores que pueden variar tanto al educador como al educando, que no se pueden extraer conclusiones ciertas al 100%. No obstante, todas las opiniones, discursos y reflexiones sirven de ayuda para orientar a los docentes sobre todas las situaciones y actos educativos que puedan darse. Pero, la educación en sí no tiene una única respuesta válida; respecto a las prácticas educativas docentes, sus métodos de enseñanza y su manera de actuar ante diversas situaciones.

Llama la atención, por otra parte, la referencia de “Ciencias de la educación” y “pedagogía”. Para muchas personas, estos conceptos se utilizan de forma indistinta, pero en el libro se señala un matiz: en las Ciencias de la Educación, se recurren a otras disciplinas (Sociología, Economía, Historia, etc) para explicar los fenómenos educativos, sin embargo, esto no sucede con la Pedagogía. Básicamente, se trata de una reflexión, que no tiene por qué ser totalmente cierta.


Tercera parte: Propuestas finales

Meirieu formula el principio básico de la pedagogía de las condiciones, que la extrajo de Rousseau. En este caso, se trata de organizar el ambiente para que el niño esté lo más estimulado posible y lo más cómodo. Esto se explica de la siguiente manera: el alumno es el núcleo de su aprendizaje, y para que se produzca su propio aprendizaje debe tener voluntad para ello. El papel del educador en este caso se trata de actuar de manera indirecta sobre el niño, ya que para que pueda aprender, debe elegir qué aprender. Sin embargo, esta afirmación da lugar a que se produzca una manipulación, pero esta manipulación es necesaria para que el educando esté educado.

En la pedagogía de las condiciones, se hace referencia a las situaciones - problema. Consisten en tareas que el alumno debe ir haciendo según su deseo o voluntad, como bien acabamos de decir, pero para ello, necesitan recursos para que sean realizables estas tareas y en consecuencia, el educando pueda adquirir competencias nuevas. Con esta premisa, cada educando se autoevalúa y el papel del docente se quedaría como un mero recurso, o guía, y no como una figura autoritaria que les obligue a estudiar diferentes temas. No obstante, no se renuncia a los métodos tradicionales de enseñanza, como la lección magistral, sino que se utilizarían con menos frecuencia.

A partir de esta proposición, el objetivo de la pedagogía diferenciada es que los alumnos trabajen en las mejores condiciones posibles, adaptando sus limitaciones y potencialidades para que su aprendizaje y aplicación de ello sea lo más productiva posible. Dentro de esta idea, se introduce la adquisición de nuevos saberes, pero para ello es necesario tener otros saberes que nos sirvan de base, tal y como hemos expuesto en la pedagogía de las condiciones. Cada uno de estos saberes es diferente, según el contexto histórico.