Fatalidad

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Por fatalidad del latín fātum (ananké, en griego), se entiende un suceso inevitable, generalmente infeliz, relacionado con el hado o el hado inevitable. Fatalidad es sinónimo de desdicha, desgracia, desventura, adversidad, infortunio. Antónimos serían: felicidad, dicha, suerte, fortuna.

La fatalidad es el carácter de lo que es inevitable. Se diferencia de fatalismo y es más bien negativa en ciertas religiones, aunque comparten la misma raíz en latín fatum. La fatalidad se asocia a menudo con los "dioses" y el "cielo", por ejemplo en las obras trágicas como Fedra de Jean Racine; esto es, lo que el hombre no puede evitar (la muerte). Similar al contenido de las frases "Era inevitable", "Esto era de esperarse", "Tenía que suceder." [1] El fatalismo es, por su parte, una creencia filosófica o religiosa (optimista o pesimista) según la cual existe un destino que debe cumplirse inexorablemente, siendo inútiles los esfuerzos por evitarlo. [2] «Todo ocurre según el destino».

El concepto de fatalidad está presente en la literatura y en la filosofía como se ilustra en los siguientes fragmentos:

En la literatura

"Entre los griegos la fatalidad era una deidad temida, porque en sus sentencias iba la suerte de los hombres. Los latinos la representaban en su mitología como la parca, o sea como una de las tres diosas hermanas —cloto, láquesis y átropos—, con figura de viejas, que hilaban, devanaban y cortaban el hilo de la vida humana." [3] "Es inútil, decían los griegos, rebelarse contra la fatalidad, contra el destino, contra las parcas... En la epopeya homérica son las parcas, por ejemplo, las que, en el campo de batalla, impiden a tal o cual dios acudir en socorro de un héroe cuando ha llegado su hora... Para el hinduismo la vida humana esta sometida al karma, la necesidad ineluctable de nacer y volver renacer una y otra vez en infinitos ciclos en condiciones animales, humanas o divinas... También el Islam, aunque de otra manera, genera fatalismo. La omnipotencia de Alá no admite coexistir con la libertad del hombre. Todo está escrito desde la eternidad, todo está predeterminado, movido por el qadar, el decreto de predestinación. " [4]

"El hijo del rey moro Alcarez. El Arcipreste narra (estrofa 123-139) lo que aconteció al hijo del rey moro Alcarez. Al nacer el niño, cinco astrólogos hacen un horóscopo para ver su signo y su suerte. Cada uno de los cinco da un juicio distinto, uno ve que el niño muere apedreado, el segundo dice que morirá quemado, el tercero que morirá despeñado, el cuarto adivina que morirá colgado y el último ve que morirá ahogado. Al ver el rey el desacuerdo y diferencia entre sus juicios ordenó encarcelarlos. Pero la fatalidad hizo que se cumplieran las predicciones. Al hacerse mayor el niño, un día sale de caza y muere apedreado, quemado, despeñado, colgado y ahogado. Por lo tanto el rey manda liberar a los astrólogos por haber acertado en sus predicciones". Sobre el "Libro de Buen Amor", de Juan Ruiz, citado por Waleed Saleh Alkhalifa.

En versos literarios de inspiración poetica, como los de Omar Khayyam, encontramos la apasionada resignación a un determinismo religioso absoluto. [5]

"El Español tiene el sentido del deber y no el de la reivindicación, tan querido del Francés. En general, no se queja y acepta su condición, con esa fatalidad heredada de la ocupación árabe". "Guide bilingue ménager", citada por Juan Goytisolo.

También hay quien afirma que: "lo bueno nunca dura, el romance se pierde..." y también: "hay quienes buscan un pequeño oasis de felicidad en medio de la fatalidad de sus vidas."

"El Cairo, en su traducción árabe, significa “La Victoriosa” y en su honor lleva el no sucumbir en estas fatídicas y sangrientas cuestiones. Como la fatalidad enseña, el camino ha de recorrerse en todas direcciones porque nadie se libra de la definitiva hora y a nadie se le otorga el poder de elegir el modo en que ha de morir. Capital del mundo árabe, reina nocturna de la historia, espera siempre tu retorno." UNA ESTANCIA EN EL CAIRO por Mili Crespo. [6]

Algunas frases célebres que citan el término:

La fatalidad es el resultado de un cálculo, del cual algunos factores son incógnitas. Napoleón.

Fatalidad es el nombre que se da a todas las pasiones, a todas las faltas, a todos los errores humanos, cuando llega la hora del castigo. Alejandro Dumas.

Yo creo a pies juntillas en la fatalidad divina, pero no en esa de la que habláis vosotros. Robert Fisk.

El fatalismo es fatalidad asumida y hasta razonada. Santiago Alba Rico. [7]

En la Filosofía

Kant en Königsberg.

En Kant.

"Sin duda el tema del progreso es un tema espinoso, polémico, pero que tenemos que reflexionar ineludiblemente... En ese sentido, el mundo humanizado de la modernidad reflexionado por Kant, cuya pauta es el hombre concreto, inserta a la filosofía como el esfuerzo por dar cuenta de la realidad entera y darle sentido al ámbito de la libertad... Una visión de la historia que lucha contra la supuesta tragedia y fatalidad de que los hombres viven del sufrimiento de otros hombres, aquella que quiere el progreso y somete a crítica la realidad existente distinguiendo entre aquello que lo aliena y aquello que no, es decir, una filosofía que exhorta a los seres humanos a salir de la “minoría de edad” de la que ellos mismos son culpables, a salir de las tutelas y ser dueños de su mundo, tal vez el mito o metarrelato más sublime de la modernidad que tuvo su máxima expresión con Hegel al despegar el vuelo el Búho de Minerva." [8]

"El filósofo alemán Gottfried Leibniz distingue tres tipos fundamentales de fatalidad: el musulmán, el estoico y el cristiano. La fatalidad estoica es la preestablecida o predicha, la que más propiamente corresponde a la ananke griega." [9]

En Baruch Spinoza y Friedrich Nietzsche está presente el nuevo concepto “amor fati” (“amor a la fatalidad”). [10]

Determinismo o fatalidad y libertad.

“vida es la libertad en la fatalidad y la fatalidad en la libertad.” José Ortega y Gasset. [11]

"Nuestra vida se decide a sí misma, se anticipa. No nos es dada hecha -como la trayectoria de la bala a que aludí el día anterior. Pero consiste en decidirse porque vivir es hallarse en un mundo no hermético, sino que ofrece siempre posibilidades. El mundo vital se compone en cada instante para mí de un poder hacer esto o lo otro, no de un tener que hacer por fuerza esto y solo esto. Por otra parte, esas posibilidades no son ilimitadas -en tal caso no serían posibilidades concretas- sino la pura indeterminación, y en un mundo de absoluta indeterminación, en que todo es igualmente posible, no cabe decidirse por nada. Para que haya decisión tiene que haber a la vez limitación y holgura, determinación relativa. Esto expreso con la categoría "circunstancias". La vida se encuentra siempre en ciertas circunstancias, en una disposición en torno -circum- de las cosas y demás personas. No se vive en un mundo vago, sino que el mundo vital es constitutivamente circunstancia, es este mundo, aquí, ahora. Y circunstancia es algo determinado, cerrado, pero a la vez abierto y con holgura interior, con hueco o concavidad donde moverse, donde decidirse: la circunstancia es un cauce que la vida se va haciendo dentro de una cuenca inexorable. Vivir es vivir aquí, ahora -el aquí y el ahora son rígidos, incanjeables, pero amplios-. Toda vida se decide a sí misma constantemente entre varias posibles. "Astra inclinant, non trahunt", los astros inducen pero no arrastran. Vida es, a la vez, fatalidad y libertad, es ser libre dentro de una fatalidad dada. Esta fatalidad nos ofrece un repertorio de posibilidades determinado, inexorable, es decir, nos ofrece diferentes destinos. Nosotros aceptamos la fatalidad y en ella nos decidimos por un destino. Vida es destino. Espero que nadie entre los que me escuchan, crea necesario advertirme que el determinismo niega la libertad. Si, lo que no creo, me dijese esto, yo le respondería que lo siento, por el determinismo y por él. El determinismo, en el mejor caso es, más exactamente, era una teoría sobre la realidad del Universo. Aunque fuese cierta no era más que una teoría, una interpretación, una tesis conscientemente problemática que era preciso probar. Por lo tanto, aunque yo fuese determinista no podría dejar que esa teoría ejerciese efectos retroactivos sobre la realidad primaria e indubitable que ahora describimos. Por muy determinista que sea el determinista, su vivir como tal es relativamente indeterminado y él se decidió en un cierto momento entre el determinismo y el indeterminismo". cfr: "¿Qué es Filosofía?", por José Ortega y Gasset.

En la Sabiduría Popular

"El Determinismo lleva a la Fatalidad, a pensar que nadie puede escapar a su destino, que no somos libres para tomar una decisión, porque ésta nos viene condicionada, "determinada" por causas que escapan a nuestra voluntad. Muchos millones de seres humanos creen sinceramente en el Determinismo, como los musulmanes en todas sus variantes. Albedrío es la facultad de obrar a su antojo. Hacer lo que le plazca, dentro de lo que cabe, se diría en España. Albedrío es la capacidad, facultad o potestad de elegir libremente. Los cristianos creen firmemente en esta idea. Para ellos, Dios conoce el Presente, el Pasado y el Futuro, pero eso no impide que "el hombre" (curioso, pero nunca dicen el ser humano) pueda libremente salvarse o condenarse". Máximo Kinast. [12]

Nicolás Maquiavelo.

"Así ha sido y será siempre. El bien sigue al mal, y viceversa; el uno es la causa del otro. Se engañan quienes creen poder escapar a tales vicisitudes por la fuerza de la oración y del ayuno". Nicolás Maquiavelo.

Véase también

Referencias