Construcción social de la tecnología

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La Construcción social de la tecnología (también conocida por el nombre SCOT, por sus siglas en inglés) es una teoría del área de estudios científicos y tecnológicos. Las personas a favor de este modelo (es decir, los constructivistas sociales) indican que la tecnología no determina la acción humana, sino que es al revés. Agregan que las formas en que se puede utilizar una tecnología no pueden ser comprendidas sin antes entender cómo la tecnología está integrada en su contexto social. SCOT es una respuesta al determinismo tecnológico y es ocasionalmente conocido como constructivismo tecnológico.

SCOT se basa en los trabajos realizados por la escuela de sociología del conocimiento científico, y sus sub temas incluyen la Teoría del Actor-Red (una rama de la sociología del conocimiento científico), y un análisis histórico de sistemas socio técnicos, tales como el trabajo del historiador Thomas P. Hughes. Los adherentes más importantes de SCOT incluyen a Wiebe Bijker y Trevor Pinch.

SCOT sostiene que aquellas personas que busquen comprender las razones de aceptación o rechazo de una tecnología deben mirar hacia el mundo social. De acuerdo a este modelo, no es suficiente explicar el éxito de una tecnología afirmando que es “la mejor”, sino que los investigadores deben ver cómo está definido el criterio de ser “el mejor” y qué grupos o accionistas participan en su definición. En particular, deben preguntar quién define el criterio técnico bajo el cual se mide el éxito, por qué el criterio técnico está definido de esa forma, y quién está incluido o excluido. Pinch y Bijker indican que el determinismo tecnológico es un mito que es el resultado de mirar hacia atrás y creer que el camino tomado hacia el presente fue el único camino posible.

SCOT no sólo es una teoría, sino que también una metodología, dado que formaliza los pasos y los principios a seguir cuando se quiere analizar las causas de fracasos o éxitos tecnológicos.

Legado del Programa Fuerte en la sociología de la ciencia

En su inicio, el enfoque SCOT fue parcialmente motivado por las ideas del Programa fuerte en la Sociología de la Ciencia (Bloor 1973). En su artículo seminal, Pinch y Bijker se refieren al Principio de Simetría como el principio de la Sociología de la Ciencia que más influencia tiene, el cual también debe ser aplicado a investigaciones históricas y sociológicas. Está conectado fuertemente con la teoría de causación social de Bloor.

Simetría

El Principio de Simetría sostiene que al explicar los orígenes de la creencia científica, es decir, evaluar el éxito y el fracaso de modelos, teorías, o experimentos, el historiador/sociólogo debe desplegar el mismo tipo de explicación en casos de éxito como en casos de fracaso. Cuando se investiga creencias, los investigadores deben ser imparciales respecto a (atribución a posteriori) la veracidad o falsedad de ellas, y las explicaciones deben ser objetivas. El programa fuerte adopta una posición de relativismo o neutralismo respecto a los argumentos que los actores sociales presentan para la aceptación o el rechazo de una tecnología. Todos los argumentos (sociales, culturales, políticos, económicos y técnicos) deben ser tratados con igualdad.

El principio de simetría aborda el problema de que el historiador está tentado a explicar el éxito o las teorías exitosas, refiriéndose a su “verdad objetiva”, o a su “superioridad técnica” inherente, mientras que es más probable que éste plantee explicaciones sociológicas (citando influencias políticas o razones económicas) sólo en el caso de los fracasos. Por ejemplo, habiendo experimentado el éxito obvio de las bicicletas a cadenas por décadas, es tentador atribuir su éxito a su “tecnología avanzada” comparada con lo “primitivo” del biciclo, pero si miramos más de cerca y de forma simétrica en su historia (tal y como lo hacen Pinch y Bijker), se puede ver que al comienzo, las bicicletas eran valoradas bajo estándares bastante distintos a los de hoy en día. Los primeros usuarios (predominantemente jóvenes adinerados) valoraban la velocidad, la emoción y la espectacularidad del biciclo, en contraste con la seguridad y estabilidad de la bicicleta de seguridad. Muchos otros factores sociales (el estado contemporáneo del transporte y urbanismo, los hábitos de vestimenta femeninos y el feminismo) han influenciado y cambiado las valoraciones relativas de los modelos de bicicletas.

Una lectura débil del Principio de Simetría señala que en general hay muchas teorías o tecnologías en competencia, las cuales tienen el potencial para proveer soluciones levemente distintas a problemas similares. En estos casos, los factores sociológicos inclinan la balanza entre ellas, y es por eso que se les debe prestar la misma atención a todas.

Una lectura fuerte y socialmente constructivista agregaría que incluso las cuestiones o los problemas a ser resueltos están gobernados por determinaciones sociales, por ende el Principio de Simetría es aplicable incluso en los temas que aparentemente son puramente técnicos.

Conceptos principales

Flexibilidad interpretativa

La Flexibilidad Interpretativa significa que cada artefacto tecnológico tiene significados e interpretaciones diferentes para grupos distintos. Bijker y Pinch muestran que el neumático de una bicicleta significaba un medio de transporte conveniente para algunas personas, mientras que para otras significaba problemas técnicos, de tracción y de estética. Para las carreras, los neumáticos con aire implicaban una mayor velocidad.[1]

Estas interpretaciones alternativas generan diferentes problemas a ser resueltos. ¿Cómo se debe priorizar la estética, la conveniencia y la velocidad? ¿Cuál es el “mejor” compromiso entre tracción y velocidad?

Grupos sociales relevantes

Los grupos básicos más relevantes son los usuarios y los productores de artefactos tecnológicos, pero a menudo se puede delinear diversos subgrupos: usuarios con distintas condiciones socioeconómicas, productores competidores, etc. A veces hay grupos relevantes que no son ni usuarios, ni productores de tecnología, por ejemplo: periodistas, políticos y organizaciones civiles. Trevor Pinch ha argumentado que los vendedores de tecnología también deben ser incluidos en el estudio de la tecnología.[2] Los grupos pueden ser distinguidos en base a sus interpretaciones, compartidas o divergentes, respecto a la tenología en cuestión.

Flexibilidad de diseño

Tal y como las tecnologías tienen distintos significados en diferentes grupos sociales, siempre hay múltiples formas de construir tecnologías. Un diseño es solo un punto aislado en el gran campo de posibilidades técnicas, reflejando las interpretaciones de ciertos grupos relevantes.

Problemas y conflictos

Las distintas interpretaciones a menudo dan pie a conflictos entre los criterios que son difíciles de resolver tecnológicamente (por ejemplo, en el caso de la bicicleta, uno de dichos problemas fue el cómo una mujer podría montar una bicicleta con falda y aún mantener un estándar de decencia), o a conflictos entre los grupos relevantes (los “Anti ciclistas” presionaron por la prohibición de las bicicletas). Diferentes grupos, en diferentes sociedades, construyen distintos problemas, los cuales llevan a diseños diferentes.

La primera etapa de la metodología de investigación SCOT es reconstruir las interpretaciones alternativas de la tecnología, analizar los problemas y conflictos generados por estas interpretaciones, y conectarlas a las características de diseño de los artefactos tecnológicos. Las relaciones entre grupos, problemas y diseños pueden visualizarse en diagramas.

Cierre

Con el tiempo, mientras se desarrolla las tecnologías, las flexibilidades interpretativas y de diseño colapsan mediante mecanismos de cierre. Dos ejemplos de mecanismos de cierre son:

  1. Cierre retórico: Cuando los grupos sociales ven el problema como resuelto, la necesidad de diseños alternativos disminuye. Esto es a menudo el resultado de la publicidad.
  2. Redefinición del problema: Un diseño que está justo en el foco de los conflictos puede ser estabilizado inventando un nuevo problema, el cual puede ser resuelto por el diseño en cuestión. En el caso de las bicicletas, los problemas estéticos y técnicos del neumático disminuyeron, a medida que la tecnología avanzaba a la etapa en la que las bicicletas con neumáticos llenos de aire comenzaron a ganar carreras. Los neumáticos aún fueron considerados complicados y feos, pero entregaban una solución al “problema de la velocidad”, lo cual superó los problemas anteriores.

El cierre no es permanente. Nuevos grupos sociales pueden ser formados y reintroducir una flexibilidad interpretativa, lo cual genera una nueva ronda de debate o conflicto respecto a una tecnología. (Por ejemplo, en los años 1890 los automóviles eran vistos como la alternativa “verde”, una tecnología más limpia y amigable con el medio ambiente, respecto de los vehículos tirados por caballos; en los años 1960, nuevos grupos sociales introdujeron nuevas interpretaciones respecto a los efectos ambientales de los automóviles, obteniendo la conclusión opuesta.)

La segunda etapa de la metodología SCOT es mostrar cómo se obtiene el cierre.

Relación del contenido del artefacto tecnológico con un entorno sociopolítico más amplio

Esta es la tercera etapa de la metodología SCOT, pero el artículo seminal de Pinch y Bijker no procede a esta etapa. Muchos otros historiadores y sociólogos de la tecnología lo hacen. Por ejemplo, Paul N. Edwards muestra las fuertes relaciones entre el discurso político de la Guerra Fría con los diseños de computadores de esta era en su libro "The Closed World: Computers and the Politics of Discourse in Cold War America"[3]

Críticas

En 1993, Langdon Winner publicó una crítica influyente al modelo SCOT, con el título "Upon Opening the Black Box and Finding it Empty: Social Constructivism and the Philosophy of Technology."[4] En dicha crítica, argumenta que el constructivismo social es un programa de investigación demasiado limitado. Identifica las siguientes limitaciones específicas en el constructivismo social:

  1. Explica cómo surgen las tecnologías, pero ignora las consecuencias de las tecnologías después del hecho. Esto resulta en una sociología que no dice nada respecto a cómo dichas tecnologías importan en un contexto más amplio
  2. Examina los grupos sociales e intereses que contribuyen a la construcción de una tecnología, pero ignora a aquellos que no tienen voz en el proceso, pero que son afectados por éste. Asimismo, cuando se documenta contingencias y decisiones tecnológicas, no considera las opciones que nunca llegaron a estar sobre la mesa. Según Winner, esto resulta en una sociología conservativa y elitista.
  3. Es superficial, respecto a que se concentra en cómo las necesidades, los problemas y las soluciones inmediatos de los grupos sociales escogidos influencian la decisión tecnológica, pero no toma en consideración todo origen cultural, intelectual o económico más profundo de decisiones sociales concernientes a la tecnología.
  4. Evita activamente la toma de cualquier posición moral o la emisión de un juicio respecto a los méritos relativos de las interpretaciones alternativas de una tecnología. Esta indiferencia no ayuda cuando se trata de abordar debates importantes respecto al lugar de la tecnología en los asuntos humanos.

Otras críticos incluyen a Stewart Russell, con su carta en la revista "Social Studies of Science" titulada "The Social Construction of Artifacts: A Response to Pinch and Bijker".

Véase también


Referencias

Bibliografía

  • Pinch, Trevor J. and Wiebe E. Bijker. "The Social Construction of Facts and Artefacts: Or How the Sociology of Science and the Sociology of Technology Might Benefit Each Other." Social Studies of Science 14 (August 1984): 399-441.
  • Russell, Stewart. "The Social Construction of Artefacts: Response to Pinch and Bijker." Social Studies of Science 16 (May 1986): 331-346.
  • Pinch, Trevor J. and Wiebe E. Bijker. "Science, Relativism and the New Sociology of Technology: Reply to Russell." Social Studies of Science 16 (May 1986): 347-360.
  • Bijker, Wiebe E., Thomas P. Hughes, and Trevor J. Pinch, eds. The Social Construction of Technological Systems: New Directions in the Sociology and History of Technology. Cambridge, MA: MIT Press, 1987.
  • Sismondo, Sergio. "Some Social Constructions." Social Studies of Science, 23 (1993): 515-53.

Enlaces externos