Bernardo Celebertti

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Bernardo Celebertti (nacido en el año de 1868 en Zaponara de la Provincia de Potenza, Italia, hoy llamada Grumento Nova, Italia) fue un emigrante italiano, relojero y sastre de profesión. Debido a la pobreza de la región se embarcó rumbo a Venezuela con su hija Catalina Celebertti Ruserla. Llegaron a Nicaragua en tiempo de la Revolución Liberal de este país liderada por José Santos Zelaya. Su hija Catalina se contrajo matrimonio con Ramiro Cortés Largaespada, estableciéndose en el Valle de Sabana Grande (Managua) y criando una familia de pastores, predicadores y misioneros evangélicos, que junto con otros hermanos en la fé fundaron La Iglesia de Cristo de Nicaragua. Entre ellos se destacan Neftalí Cortés Celebertti, Saúl Cortés Celebertti, Benjamín Cortés Celebertti, Armida Cortés Celebertti. Falleció en Nicaragua en 1946 a la edad de 78 años[1]


Reseña biográfica

Nacimiento y Migración

Bernardo Celebertti nació en 1868 en Zaponara de Potenza, un pequeño municipio llamado desde 1932 Grumento Nova, al sur de Italia. Los padres de Bernardo eran artesanos locales. Contrajo matrimonio con Marie Russerla, de origen francés. De este matrimonio nació Catalina Celebertti Russerla, hija única, debido a que su madre falleció cuando esta tenía escasamente 5 años.[2]

Siendo Bernardo adulto, se vivía en Italia un período de corrientes migratorias europeas hacia América Latina, Estados Unidos y otras regiones del mundo. La Italia del sur, era económicamente subdesarrollada, con respecto al norte del país, basando su economía en la agricultura, la artesanía y la pesca. El desempleo, el hambre y conflictos regionales causaron dichas corrientes migratorias hacia Argentina, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil; estas partían particularmente de España, Francia, Alemania e Italia. Estas corrientes migratorias no iniciaron en esa época, estas iniciaron desde el siglo XVI a partir del proceso de colonización del continente Americano, movidas en la búsqueda de fortunas, el oro, establecimiento de empresas, así como por la expansión de la misión católica a partir del siglo XVI, y la misión protestante después, hacia finales del siglo XVIII en el Caribe y resto del Continente americano.

Bernardo y Catalina emigraron de Italia en 1893 rumbo a Venezuela. Bernardo se empleó como auxiliar de máquinas en el vapor que los transportaba, de manera que así podía cubrir los pasajes y la alimentación. En octubre de 1893 llegaron a La Guaira (hoy capital del estado Vargas, ubicada en el centro-norte de Venezuela, a tan solo 30 km de Caracas), Bernardo se empleó en el puerto de la localidad, mientras su hija asistía a la escuela. Permanecieron en esta localidad durante un año.

Arribo a Nicaragua

A principios de 1894, Bernardo y Catalina se trasladaron de Venezuela a Panamá, posteriormente a Costa Rica, y en 1898 llegaron a Nicaragua en los tiempos de la Revolución Liberal de José Santos Zelaya. Bernardo se re-embarcó temporalmente para trabajar como capitán de barco en la región, haciendo viajes entre Corinto (Nicaragua), Puntarenas (Costa Rica) y Panamá. Bernardo buscaba los puertos dada la actividad económica de éstos y la posibilidad de trabajar en su oficio. En Corinto (Nicaragua) estableció una relojería, la cual era visitada por marineros, comerciantes y gente del Gobierno. Su hija Catalina comentaba que "Corinto era diferente a La Guaira porque tenia menos gente y era una comunidad pequeña" y que debido a esto su padre prefería trabajar como marinero en virtud de quedarse en este puerto. Finalmente Bernardo decide quedarse en Corinto para establecer un negocio y darle protección a su hija.[2]

Matrimonio de Catalina Celbertti Russerla y Ramiro Cortés Largaespada

En 1893 había triunfado la Revolución Liberal. Corinto fue reactivado en su economía, construyéndose una base naval (base que fue que bombardeada y destruida en la segunda guerra mundial por aviones nazis en Pacifico). Ramiro Cortés Largaespada, hijo de Luciano Cortés y de Candelaria Largaespada, había egresado como cadete de la Academia Militar de la revolución liberal, siendo enviando de servicio a la base naval de Corinto en 1906. En este puerto, Catalina y Ramiro se conocieron. Catalina decía “Papá quería mucho a Ramiro porque era trabajador y valiente”. Ambos contrajeron matrimonio en Managua en 1911.[2]

Bernardo, su hija y su nuevo yerno se trasladan a Managua

Dada la nueva situación familiar, Catalina y Ramiro se trasladaron a la finca de sus padres en el Valle de Sabanagrande, en lo que hoy se conoce como Barrio Nuevo, Barrio Los Cortés o Corteses, o Comarca de los Corteses. Ya para entonces, Bernardo y Catalina eran miembros de la Iglesia Evangélica Centroamericana, según lo testimonia el libro de membrecía de esta iglesia del periodo 1909-1910.[3]

Bernardo intentó establecerse en este valle, pero finalmente, con los recursos que traía de Corinto, había comprado un terreno frente al Parque Salomé cerca de la estación del ferrocarril, donde construyó una casa y un pozo, lugar donde vivió con su nueva familia a partir de su matrimonio con Francisca Espinoza. Según su hija Catalina, su padre hizo una buena amistad con el señor Noli, David Campari (Médico), Pablo Giusto, Daniel Frixione, Francisco Capaleti (de confesión protestante) y muchos otros italianos que venían a visitarlo. De igual manera, estableció lazos de amistad con familias de alemanes que cultivaban café en Managua y Matagalpa, dueños de establecimiento de panaderías, de ferreterías y otros negocios.[2]

Nuevo Matrimonio

Bernardo contrajo matrimonio por segunda vez con Francisca Espinoza, procreando a Bernardo, Clorinda, Cardelina, Sofía, Sara, Ofelia y Alejandro. Clorinda, Cardelina y Sofía emigraron a Venezuela, siendo muy jóvenes, domiciliándose en Maracaibo, dedicándose a la alta costura, el canto, la radio y el teatro. Sara emigró a San Francisco, Estados Unidos, donde contrajo matrimonio, no procreando descendencia, falleciendo en esa ciudad en 1998. Alejandro emigró a San Francisco, California en 1956, no procreando descendencia. Bernardo, hijo mayor, se estableció en Managua, y asumió el negocio de afilar que su padre Bernardo le heredó.[2] La segunda generación de la familia Celebertti fueron miembros activos de las iglesias protestantes del país.

Tanto Bernardo como su hija Catalina son parte de la comunidad italiana en Nicaragua, quienes fueron censados, según el Censo Nacional de la República de 1920, el cual registra en el país a 165 italianos, y 365 alemanes, seguido de ingleses y belgas, entre otras comunidades de extranjeros. Estos documentos no se conservan en la actualidad ya que funcionarios del Instituto Tecnológico Nacional de Nicaragua (INATEC) han informado que los reportes o fichas del censo de 1920 se destruyeron en los terremotos de de 1931 y 1972. Además, en los años de la insurrección popular sandinista hubo también destrucción de documentos históricos en los Registros Civiles de las Municipalidades.[1]

Bernardo falleció en 1976 en la ciudad de Managua a la edad de 78 años.

Bernardo Celebertti y Francisco Penzotti

Francisco Penzotti (1851-1922), fue un italiano, de ascendencia judía, quien había migrado a Uruguay a Nicaragua. Desarrolló el trabajo de distribución bíblica y de predicación, auspiciado por la Sociedad Bíblica Británica, habiendo visitado en general, los países de América Latina, predicando el evangelio y distribuyendo Biblias. Penzotti llegó a Nicaragua en 1894 y permaneció 17 años en Centroamérica, visitando los países de la región. Penzotti y Bernardo se conocieron en Managua, quedando Penzotti en la casa de Bernardo las veces que visitaba el país. Penzotti hizo varios viajes de Managua a León, embarcándose en el Puerto del Xolotlán ubicado muy cerca de la casa de Bernardo. Gracias a la misión evangelizadora de Penzotti, Bernardo conoció el evangelio, y fue bautizado como miembro en la Iglesia Evangélica Centroamericana. Una acta de la Iglesia, observa que en 1924 Bernardo se retiró voluntariamente de la Iglesia, para congregarse en la iglesia Bautista, según lo anota el misionero Kart D. Hummel.[1]

Actividad Empresarial

Bernardo se destacó como pequeño empresario de la época. En su casa tenía un pequeño taller de sastrería, venta de agua, una relojería y finalmente un taller de afilar herramientas establecido en el Mercado San Miguel, cuyo negocio e infraestructura le fue heredado a su hijo Bernardo. Estos pequeños negocios fueron muy prósperos, lo cual le permitió mantener y educar a su familia. Según Catalina, los italianos, alemanes e ingleses se ayudan entre sí, y también el gobierno los apoyaba para desarrollar dichas empresas.[2]

Legado

Bernardo y su hija formaron parte de la oleada migratoria Italiana del siglo XIX, su descendencia fueron fundadores de la Iglesia de Cristo de Nicaragua.

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  3. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".

Enlaces externos