Agravantes de las Guerras de los Clanes Punti y Hakka

De borradopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

El artículo sucumbió a un borrado rápido. Ver el registro de borrado en Wikipedia


Las Guerras de los clanes Punti y Hakka fueron un conflicto entre los miembros de la etnia Hakka y los cantoneses que se desarrolló en Guangdong, China, entre 1856 y 1867 en la zona de Sze Yup, alcanzando mayores dimensiones especialmente en el delta del Río de las Perlas.[1]

Llama la atención cómo, tratándose de un conflicto entre dos clanes limitado a un territorio y que, por tanto, no debería haber provocado tantas pérdidas, alcanzó dimensiones tan grandes. Por tanto, a continuación, se expondrán distintos elementos que habrían sido agravantes de estas guerras, haciendo que su violencia y sus repercusiones aumentaran.

Los términos Punti y Hakka

El término “Punti” literalmente significa “nativo”. En Guangdong, este concepto implica etnicidad cantonesa, por lo que los Hakka nunca serían aceptados como parte de este grupo. En Hong Kong, este término define un estatus legal de gran importancia para la población cuyos antepasados se establecieron en los llamados Nuevos Territorios antes de la llegada de los británicos en 1898.

Por otra parte, “Hakka” significa "gente invitada", "extraños". Su origen, como el de todos los chinos Han, se cree que está en el centro-norte de China. Estas gentes llegaron a Guangdong más tarde, emigrando desde las colinas y recibiendo el rechazo de los nativos del lugar. Así, se cree que “Hakka” era un término de burla utilizado por los Punti, pero que, con el tiempo, estos recién llegados adoptaron para referirse a sí mismos, sobre todo debido a las tendencias migratorias de su cultura. No obstante, en la actualidad esta palabra posee un significado hostil, siendo usada como un epíteto para vagabundos, gente pobre y marginal.[2]

La Guerra

En cuanto al inicio de este conflicto, durante la rebelión de los Turbantes Rojos, en Cantón los Hakka habían ayudado al ejército imperial a asaltar las aldeas de Punti para acabar con los rebeldes y sus simpatizantes, ya fuera reales o presuntos. Esto precipitó una abierta hostilidad entre ambas etnias, y los Punti atacaron las aldeas Hakka en venganza.

Aldeas enteras tomaron parte en esta guerra; se fortificaron con murallas, destruyeron puentes y carreteras y prepararon ejércitos con todos los hombres capacitados para luchar. De este modo, el conflicto alcanzó una escala devastadora. Más de un millón de personas murieron, habiendo muchas más que tuvieron que huir para salvar sus vidas, y miles de pueblos fueron destruidos. Debido a que los Punti superaron significativamente en número a los Hakka, las pérdidas para estos fueron mayores. La proporción de población Hakka en el área de Sze Yup cayó al 3%, y muchos se trasladaron a Guangxi. Durante años, a los Hakka se les asignó su propio condado independiente, Chek Kai, en el sureste de Toishan.[1]

Agravantes de la Guerra

La dinastía Qing se encontraba en un momento de crisis estructural y esto se reflejaba en la frustración de la población china. No solo tenían que hacer frente a la llegada de las potencias extranjeras, mucho más avanzadas en el área armamentística, en las Guerras del Opio, sino que, además, estos conflictos bélicos fueron el detonante de varios levantamientos populares que no harían sino echar más leña al fuego de la tensión social. Los constantes conflictos bélicos y levantamientos populares que se sucedieron en estos años influirían en el malestar de los chinos y, por ende, en el de los Punti y los Hakka. Además, durante estos conflictos de mayor ámbito se produjeron constantes choques entre ambos, sumándose todo esto al hecho de que ya existía un recelo entre ellos.

Por otro lado, está el hecho de que la etnia Hakka, prácticamente desde su aparición, ha sido vista como un grupo de bandidos y bárbaros debido a su naturaleza nómada, y esto hizo que fueran vistos como intrusos a su llegada a Guangdong y que los Punti no terminaran de aceptarlos dentro como habitantes propiamente establecidos en la zona.

Durante algún tiempo Punti y Hakka vivieron juntos en paz. No obstante, a medida que la población de la provincia de Guangdong aumentó, la vida se volvió cada vez más difícil y estalló el malestar, sucediéndose distintos conflictos sociales por toda China.[3] De este modo, estando dentro en un contexto de crisis tan acentuada y viendo su propia supervivencia en peligro, los nativos de Guangdong se volverían hacia los Hakka, que serían vistos como intrusos en sus tierras. Al mismo tiempo, el ambiente violento que los rodearía y provocaría choques entre ellos sería otro incentivo para acrecentar la dureza en las actuaciones de ambos grupos, haciendo que su propia guerra se convirtiera en otro gran evento conflictivo de la época.

China en el siglo XIX

La estructura socioeconómica del siglo XIX estaba entrando en crisis. Debido a la gran densidad demográfica del país, existían problemas de acceso a la tierra, por lo que se daban migraciones hacia áreas marginales y se produjo un gran desarraigo social. Además, se dan grandes rebeliones en un contexto ya complicado por las Guerras del Opio.

El aumento de las tensiones sociales provocó cada vez más agitación, hasta que a mediados de siglo estallaron cuatro rebeliones, de las cuales al menos dos (Taiping y Nian) tenían capacidad para derribar la dinastía. Por su parte, las rebeliones musulmanas estallaron en el sudoeste y noroeste de China y pusieron en peligro el dominio Qing sobre los pueblos no chinos en las zonas más inaccesibles de estas regiones.[3]

Todos estos sucesos serán influyentes en mayor o menor medida en la situación de los Hakka y los Punti y serán en cierto modo agravantes de su guerra.

Primera Guerra del Opio

Durante el siglo XVIII, Inglaterra tenía interés en comerciar con China, teniendo que pagar su té con plata y oro. Esto cambió cuando descubrieron que era muy fácil producir opio en la India y que este era un producto muy demandado en China, que lo pagaba con plata. A pesar de que el imperio Qing prohibió el opio, su consumo creció tanto que causó una crisis monetaria, pues, cuando la plata, su método de pago, disminuyó, el precio de esta moneda subió con respecto al de las monedas de bronce. Este drenaje de plata en circulación, junto con el cierre del Gran Canal, acabó produciendo un endurecimiento de la adquisición fiscal de los campesinos. Este será otro agravante de las tensiones sociales.

El detonante de la guerra fue la destrucción de una gran cantidad de opio por parte de los chinos bajo el mando de Lin Zexu, que fue enviado a Cantón por el emperador para controlar la situación.

Este conflicto se saldó con la victoria de Inglaterra, debiéndose la debilidad del gobierno Qing para hacerle frente a la falta del conocimiento técnico en áreas como ingeniería naval o balística y a que este fue el inicio de una serie de problemas sociales en el Imperio, que se expondrán a continuación.

La derrota china será un duro golpe para la dinastía y sus consecuencias influirán también en el malestar de la población y, por tanto, de los habitantes de Guangdong.

Rebelión Taiping (1851-1864)

Esta rebelión afectará directamente a las dos etnias protagonistas de este ensayo. El conflicto fue alimentado por las luchas por las tierras con los Punti, convirtiéndose en la rebelión más grande del momento. Además, su líder, Hong Xiuquan, era miembro de la etnia Hakka. Tras suspender los exámenes estatales en tres ocasiones, tuvo un sueño en el que conversó con un hombre barbudo que le dio una espada y otro más joven que le enseñó a matar malos espíritus y a quien llamaba “Hermano Mayor”. Tras suspender el examen por cuarta vez, se volcó en la religión y acabó pensando que estos hombres tenían que ser Dios y Jesús y que él, por tanto, debía ser el hermano menor de Jesucristo.

Viéndose a sí mismo como un mesías, atrajo a muchísima gente pobre con la promesa de crear un nuevo paraíso en la tierra, llegando a conseguir más de sesenta mil seguidores y a formar su “Reino del Cielo”.[3]

Liderados por un hombre de su mismo clan, agricultores, mineros y artesanos hakka se unieron en grandes cantidades a esta rebelión. Es curioso cómo la ley de Taiping prohibió las rivalidades regionales y enfatizó la igualdad de tratamiento entre Hakka y Punti. No obstante, la realidad fuera del Reino del Cielo sería otra, pues, en Guangdong, muchos Punti se unieron a los rebeldes Taiping y luego expulsaron a los miembros Hakka.[2]

De este modo, este conflicto también sería un acentuador para el odio entre ambas etnias.

Revueltas Nian (1853-1866)

Estas revueltas, desarrolladas a lo largo del curso del río Amarillo, estaban protagonizadas por las poblaciones desposeídas que se encontraban en la miseria tras el cierre del Gran Canal y la presión demográfica. A diferencia de los Taiping, los Nian no tenían afiliación religiosa, ideología política, objetivos estratégicos ni un mando unificado. La mayoría eran campesinos pobres que luchaban por sobrevivir en un entorno de suma dificultad. Llevaban a cabo incursiones para apoderarse de las cosechas, asaltaban vehículos del Gobierno, secuestraban a terratenientes para pedir rescates e incluso asaltaban cárceles locales donde estaban encerrados sus compañeros.[3]

A pesar de que este conflicto no afectó directamente a los Punti y los Hakka, es otro ejemplo que muestra la situación tan difícil a la que se estaba enfrentando la población china y hasta qué punto eran capaces de llegar en su lucha por la supervivencia. Así, nos ayuda a comprender un poco mejor qué llevó a los Punti y a los Hakka a desarrollar una lucha tan cruenta.

Revueltas musulmanas (1855-1873)

Estas fueron causadas por las tensiones étnicas entre Han y musulmanes. Las mayores concentraciones musulmanas, aparte de en Gansu y Shaanxi, estaban en el sudoeste de China, especialmente en la provincia de Yunnan. Estos asentamientos tuvieron origen en el siglo XIII y, desde entonces, se habían sucedido roces con otros colonizadores chinos.

El detonante fueron los grandes impuestos que estaban obligados a pagar los musulmanes de Yunnan, cuyas dificultades aumentaron además por las disputas por las minas de oro y plata de donde provenía gran parte de la riqueza de la región. Tras agotar sus propias minas, los chinos intentaron expulsar a los musulmanes de las suyas, sucediéndose distintos episodios de violencia y disturbios que culminaron en un gran ataque de los chinos a los musulmanes. Estos se defendieron y tomaron la ciudad de Dali, donde Du Wenxiu, creó el “Reino del Sur Pacificado", su propia versión del Reino del Cielo.[3]

Aunque estas revueltas tampoco afectaron directamente a los Punti y a los Hakka, es otro conflicto en el que los chinos Han se enfrentaron a una minoría por los escasos recursos con los que tenían subsistir. Así, al igual que los Hakka, los musulmanes fueron atacados por los Han y esto desembocó en una guerra, aunque en este caso no se alcanzaron tan grandes dimensiones.

Segunda Guerra del Opio

En cuanto a la Segunda Guerra del Opio (1856-1860), inicia cuando todas estas rebeliones ya estaban activas y el mismo año del inicio de las Guerras de los Clanes Punti y Hakka, concluyendo siete años antes que las mismas. De este modo, sería contemporánea e influyente en ellas. El detonante de la guerra fue la detención por contrabando del buque “Arrow” por parte de autoridades chinas. Inglaterra protestó contra el arresto de la tripulación y el agravio a su bandera y Francia se sumó por la ejecución del misionero Pierre Chapdelaine. Esta guerra finalizó con el Tratado de Tientsin de 1858 y la Convención de Pekín de 1860 con Gran Bretaña. Con ellos, aumentaron las permisiones a los extranjeros y las libertades comerciales y se abrieron más puertos chinos, además de tener que pagar dos millones de teals de plata a Inglaterra y a Francia.[4]

Por tanto, esta guerra sería el remate para un ambiente ya sumamente tenso y empeoraría aún más la crisis a la que tenía que hacer frente China, creando mayor enfado y frustración entre su población.

Discriminación del clan Hakka

Sumado a todas estas tensiones sociales tenemos la situación discriminatoria del clan Hakka, que se extiende a lo largo de toda la historia e incluso hasta la actualidad.

Aunque la aparición de esta etnia fue desigual a lo largo de la historia, se puede remontar oficialmente dos siglos, cuando se produjeron migraciones masivas de sus miembros a la costa de Guangdong, Sichuan, Hong Kong y el sudeste asiático, estableciéndose especialmente en los puertos. En estas zonas, los diccionarios geográficos recogieron por primera vez el lenguaje y las costumbres de los Hakka, describiéndolos como “dinámicos” para hacer frente a las acusaciones cantonesas de que eran "bárbaros".[2]

De este modo, podemos ver cómo desde su llegada los miembros de este clan fueron discriminados por los pobladores nativos de las tierras a las que migraron. Guangdong, donde se terminarían produciendo las guerras con los Punti, no sería la excepción. Esta situación discriminatoria será relevante para el agravamiento del conflicto porque, viéndose en una situación tan comprometida de crisis socioeconómica, estos “recién llegados” (así eran vistos por los Punti a pesar de que ya llevaban mucho tiempo asentados) serían los primeros hacia quienes dirigirían su frustración (igual que hacia los musulmanes en las revueltas de 1855), queriendo echarlos de “su territorio”, pues, bajo su punto de vista, estarían robando sus ya pocos recursos.

Referencias

  1. 1,0 1,1 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  2. 2,0 2,1 2,2 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  4. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".


Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Plantilla:Categorizar