Katherine Knight

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Katherine Mary Knight (nacida el 24 de octubre de 1955) es la primera australiana condenada a cadena perpetua sin libertad condicional. Fue condenada por el asesinato de su pareja, John Price, en marzo de 2000, y actualmente está encarcelada en el Centro Correccional de Mujeres Silverwater en NSW. Ella lo apuñaló hasta la muerte y luego lo desolló. A continuación, puso su piel en un gancho de carne, se cocinó la cabeza y partes de su cuerpo, y los colocó junto con verduras en placas con post-it con los nombres de sus hijos.

Hasta hace 15 años, la ciudad de Aberdeen, Australia, cerca de Sídney, era frecuentada por ser el lugar de nacimiento de algunos de los animales más emblemáticos de ese país: emús, koalas, canguros y el pastor ganadero australiano. Sin embargo, el 1 de marzo del 2000, Katherine Knight se robó la atención, ganándose el mote del monstruo más depravado en la historia homicida de ese país. Ahora los turistas tienen mayor interés por conocer la vivienda que se encuentra en Andrews Street número 84, donde Katherine cometió un crimen atroz y despiadado.

Antes de recibir sentencia definitiva, varios testigos afirmaron que Knight era una persona vengativa y cruel, que lastimaba a cualquiera que se le cruzara en su camino. El Dr. Milton, el psicólogo criminal más reconocido de Australia, dijo que Katherine sufría de desorden de personalidad, pero que sin duda había estado perfectamente consciente de sus actos los días 29 de febrero y 1 de marzo del 2000. No obstante, los que no la conocían y la vieron sentada en el banquillo de los acusados por primera vez consideraron que parecía la madre de cualquiera; con mirada tímida y aspecto tranquilo.

La sentencia, sin embargo, fue demoledora. De hecho, fue la más dura otorgada a una mujer en Australia: cadena perpetua y un archivo marcado con la frase: “Nunca deberá ser liberada”.

Noche del horrendo crimen

Pricey, como le decían los amigos, nunca imaginó que acababa de firmar su sentencia de muerte. Era un tipo que le agradaba a todo el mundo y estaba dispuesto a echar una mano siempre que fuera necesario. Divorciado desde 1988, vivía con sus dos hijos adolescentes, mientras la ex mujer se había marchado con la hija más pequeña. Tenía un bungalow de tres recámaras y un buen salario por sus servicios en varias minas.

Pricey ignoró los rumores acerca de los malos tratos que Katherine propinó a sus parejas anteriores. Además, la relación inició de maravilla, pues Katherine se mostró devota y amorosa; cocinaba y cogía estupendamente. En 1995 Pricey la llevó a vivir a su casa. Entonces inició una relación intermitente llena de episodios de violencia, separaciones y reconciliaciones. La última vez que se reconciliaron, algunos amigos de Pricey le retiraron el habla, pero lo peor vino cuando ella quiso casarse y Pricey la rechazó. Katherine, como venganza, lo acusó con su jefe de las minas de robar herramienta, por lo que lo degradaron de puesto, luego de 18 fructíferos años de trabajo. Esto fue intolerable y Pricey la corrió definitivamente de su casa, pidió una orden de restricción y avisó a sus colegas que si al día siguiente no se presentaba a trabajar, seguramente sería porque Katherine lo habría asesinado.

El 29 de febrero Pricey estuvo hasta las once de la noche con sus vecinos. Ya en casa descubrió que no había nadie; los niños se habrían ido a quedar a casas de amigos. Horas antes Katherine había comprado lencería sexy y había video grabado a los niños, mientras los conminaba a que dijeran su última voluntad, como si se tratara de un juego macabro. Además afiló perfectamente las herramientas que usaba en el rastro y las escondió estratégicamente en algunos rincones de la casa. Luego se marchó. Regresó de madrugada y encontró a Pricey dormido. Vio un poco de televisión, se bañó y despertó a su pareja cariñosamente y luego hicieron el amor.

A las seis de la mañana del siguiente día tanto los vecinos como los compañeros de trabajo de Pricey estaban preocupados porque su carro seguía estacionado a una hora en la que él ya se habría marchado a trabajar. Tocaron varias veces el timbre sin obtener respuesta, hasta que vieron manchas de sangre en la puerta y llamaron a la policía. Tuvieron que derribar la puerta, pero nadie imaginó lo que encontrarían dentro.

De acuerdo a los peritos, Pricey despertó cuando su mujer lo apuñaló por primera vez. Adormilado y aterrorizado trató de encender la luz de la habitación; quizá pensaría que se trataba de una pesadilla de la cual podía despertar. Trató de escapar, corrió desesperado por los pasillos de su casa hasta la puerta de entrada, donde Katherine lo alcanzó y lo arrastró de nuevo al interior. Una vez dentro lo apuñaló otras 36 veces. Seguramente los últimos minutos de Price debieron ser una combinación de terror abyecto y desesperación.

Una vez muerto, Katherine se dispuso a hacer lo que mejor sabía. Lo desolló metódicamente, le quitó toda la piel frontal: cuero cabelludo, el rostro, las orejas, el cuello; como si se tratara de un delantal de cuerpo entero, hasta los pies. El único orificio que se apreciaba era el de la primera puñalada que le propinó Katherine. (Esta piel desollada fue lo que los policías encontraron al entrar en la casa, colgada en la puerta que separaba el comedor de la sala.) Luego le cortó la cabeza a la altura de los hombros con un cuchillo muy filoso, con un corte preciso y limpio. Según el patólogo Dr. Timothy Lyons, quien practicó la autopsia, el procedimiento le debió llevar más de 40 minutos.

Después, Katherine cortó partes del resto del cuerpo de Pricey. Las cocinó y las dispuso en la mesa acompañadas con papas horneadas, calabaza, col, verduras y salsa gravy. Había tarjetas con los nombres de sus hijos, que indicaban dónde les correspondía sentarse. La cabeza fue localizada en una olla con verduras que habría hervido a alta temperatura durante varios minutos.

En una repisa de la sala se encontró una nota escrita con varias faltas de ortografía enfrente de una fotografía de la víctima. Tanto en la nota como en el resto de los objetos, había sangre y pedazos de carne humana. La nota decía: Time got you back Johathon for rapping (raping) my douter (daughter). You to Beck for Ross —for Little John. Now play with little Johns Dick John Price. Algo así como: “El tiempo tomó venganza por violar mi ija. Tu por Beck para Ross –para el pequeño John. Ahora juega con el pequeño John Dick John Price. Esta nota que fue desechada en la corte por su insensatez y falta de fundamento.

Luego hallaron a Katherine Knight en la parte trasera de la casa, roncaba ruidosamente y estaba en estado comatoso, luego de haber tragado varias píldoras.

De acuerdo al detective Muscio, quien investigó el crimen, Pricey trató desesperadamente de salvar su vida. Encontraron marcas de sangre con sus huellas digitales, por los pasillos, los muros, las puertas, los apagadores, la puerta de entrada. Quizá hubiera podido escapar, si no hubiera estado tan aterrorizado, desconcertado, desesperado, horrorizado ante algo tan descomunal como su propia muerte a manos de su mujer. Ella, por su parte, seguramente sacó las armas que escondió horas antes, en los lugares más insospechados, para seguir martirizándolo hasta matarlo.

Katherine Knight cumple su condena en el Centro Correccional para Mujeres Silverwater, un dulce hogar donde no podrá jamás colgar sus adornos favoritos.