Juan Antonio Corchón Crespo
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Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Juan Antonio Corchón Crespo (Novillas, Zaragoza, España, 18 de junio de 1929), más conocido como Juan Antonio Corchón, es un químico, ingeniero químico y Maestro Cervecero español, conocido por ser el inventor de la Cerveza Sin en España, y creador de las cervezas Ambar, Ambar Marlen, Ambar Export, Ambar Sin, Ambar Green, Ambar Lemon, Ambar Manzana y Ambar 1900.
Al igual que muchos jóvenes en la España del entrenamiento militar obligatorio, Juan Antonio Corchón ha servido como oficial en el Ejercito de Tierra de España, con el grado de Alférez de Artillería, en el 20º Regimiento de Artillería al mando del Coronel Euquitio. Bajo su mando se encontraba una de las baterías de Artilleria, y en los años posteriores a su vida militar activa, pasó a ser Alférez en el Cuerpo de Reservistas hasta cumplir 40 años, momento en el cual cesó su actividad militar.
Desde 1959 hasta el año 2001 ha trabajado en La Zaragozana, como Subdirector Técnico y Director Técnico, y siempre con el grado de Maestro Cervecero. Sus años de servicio en la empresa han sido catalogados como los más productivos de su historia, siendo que durante años han mostrado un crecimiento del 12% anual.
Tras abandonar el cargo ha vivido en Zaragoza, en compañía de su mujer Maria Pilar. Ha sido un Asesor frecuente de La Zaragozana y de Daniel Roehrich, en base a su amplia experiencia en la maestría y elaboración de cervezas. En la actualidad es orador, y ha escrito un libro de memorias titulado “Juan Antonio Corchón: Una vida dedicada al lúpulo”.
Infancia y primeros años
Juan Antonio Corchón Crespo nació el 18 de Junio de 1929 en la localidad cercana a Zaragoza, Novillas, una ciudad perteneciente a la Comunidad Autónoma de Aragón. Fue el primer hijo del matrimonio formado por Simeón Corchón y Maria Corchón. Se crió en Novillas y en Zaragoza, dos ciudades situadas en la Comunidad de Aragón, junto a sus 2 hermanos y su hermana: Maria Pilar, Ángel y Eduardo.
Su abuelo, Simeón Corchón, fue un querido profesor de la localidad, y que tras jubilarse se convirtió en el profesor particular de Juan Antonio. Su padre, Simeón, fue un agricultor, y más tarde Secretario del Ayuntamiento de Novillas y Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Novillas. Su madre, Maria Pilar, era Profesora de educación inicial, siendo una de las primeras en llegar al puesto.
El 18 de Julio de 1936, estando repartida la famila entre varias casas, se vieron afectados por el golpe de estado del General Francisco Franco, que se inició el movimiento nacional, y la guerra civil que duraría tres años, y que dejaría a España destruida. Durante los años de la guerra, la familia no sufrió los efectos de la misma, porque siempre fueron zona de Franco, donde no había frente de batalla. La familia tuvo en casa dos oficiales durmiendo, fruto de la obligación impuesta por el Comandante del Territorio Ocupado.
Durante los tres años de guerra las escuelas del pueblo siguieron funcionando más o menos normalmente, y con los conocimientos que traía de Zaragoza, y las enseñanzas de su abuelo Simeón, fue a la escuela de los mayores, que era de 12 a 14 años, y en cuyo nivel se encontraba a su temprana edad.
En el mes de septiembre de ese año, 1939, estando capacitado para presentarse al examen de ingreso necesario para iniciar sus estudios de Bachillerato, porque era preceptivo haber cumplido, o cumplir los 10 años en el transcurso del año. Entonces, una vez aprobado el ingreso en el instituto Goya de Zaragoza, sus padres decidieron llevarle al colegio de los Escolapios para iniciar el primer curso. Había que desplazarse por lo tanto a Zaragoza.
Estudios Universitarios
Pasada la etapa del internado del Bachillerato, se le abren las puertas de la universidad con la incertidumbre de que carrera elegir.
Sus favoritas eran la arquitectura y también la farmacia, pero ninguna de las dos podía hacerlas en Zaragoza, porque no existían esas posibilidades académicas. El desplazarse a Madrid donde si podría cursar cualquiera de las dos que eran de sus agrado, era muy costoso.
Entonces, se decidió por la carrera de ciencias químicas, cuyo contenido también era de su agrado, y la facultad de ciencias de Zaragoza tenía un considerable prestigio en las enseñanzas que impartía.
Una vez llegado ese momento, y haber tenido su primer trabajo como químico en la Empresa EBRO de la mano del Consejero Delegado, el Señor Alberdi, Corchón recibió la oportunidad de estudiar ingeniería química en la Universidad de Tolouse, ofrecimiento que acepta de buen grado, y terminando la carrera en el periodo de dos años, siendo de los pocos licenciados con carrera extranjera de toda España.
Años en la Zaragozana S. A.
Puesto que la elaboración de cervezas y el mercado de La Zaragozana iba a más, y La Farga, Director Técnico en ese momento, no llegaba a atender convenientemente todas las exigencias planteadas por la empresa, le propuso al dueño Don Daniel Roehrich, el fichage de otro técnico necesario para el desarrollo y actividad de la fábrica. Propuso al Señor Corchón, ya que el conocía sus aptitudes, y se dirigió con su curriculum, solicitando su entrevista, cosa que se realizó en breve tiempo.
El hecho de tener una carrera universitaria en Francia, a demás de la española, y de hablar francés fueron los alicientes necesarios para su fichage inmediato empezando a trabajar en La Zaragozana el 1 de marzo de 1965.
Su incorporación a la Zaragozana fue además de por sus conocimientos de francés, por su especialización en industrias de fermentación, ya que la fabricación de ácido cítrico y de levadura en las que Corchón había trabajado eran industrias con una especialización muy exhaustiva en fermentación, lo cual le permitió el integrarse al proceso de fabricación de cerveza con cierta facilidad. Jose Miguel Lafarga era el primer interesado en que se desenvolviese por sus propios medios en la actividad y con la eficacia necesaria para el caso, puesto que a partir de marzo la temperatura ambiente iba a ir mejorando mes a mes y entrarían en temporada alta para el consumo de cerveza, por lo cual exigía que la producción fuera al tope máximo permitido por las instalaciones de la fábrica. El conocimiento de las materias primas como son la cebada de tipo cervecero, el maíz y el arroz como fuentes de almidón, que es la materia fundamental para la formación del mosto, eran elementos que había que conocer en profundidad. Enseguida se hizo cargo de la gestión y aprovisionamiento de las materias primas adecuadas con proveedores anteriores y otros que se fueron presentando con posterioridad. El lúpulo como elemento esencial para comunicarle a la cerveza el sabor y aroma adecuados también fue un producto que para Corchón era anteriormente totalmente desconocido hubo que especializarse en la selección de lúpulos alemanes, belgas o checoslovacos, para la selección de sus componentes amargos y aromas preferidos.
El cultivo de la levadura de fermentación del mosto era un tema mejor conocido para Corchón, y en la selección de la levadura pusieron su mejor empeño porque de una buena fermentación y evitando cualquier tipo de infección de tipo láctico podría alterar la buena calidad final deseada. Uno de los objetivos que se le exigieron fue la de llegar a mejorar el rendimiento de la producción de mosto con los aparatos de los que se disponía en aquella época. En ello puso su mayor empeño en hacer un mosto más concentrado, porque el volumen de las calderas de maceración de las materias primas no podían modificarlo momentáneamente, pero si la concentración de materias primas en el agua que formaría el mosto puesto que el agua se la podía añadir con posterioridad consiguiendo un volumen veinticinco porciento superior al que se estaba produciendo con la capacidad de las calderas.
Por otra parte, otro de los objetivos era el reducir la mano de obra por hectolitro producido para rebajar costes de producción, y de cuatro personas que tenía en la sala de preparación del mosto pasaron a tres operarios además de haber aumentado por la dilución el volumen producido.
Sin embargo, la tradición decía que la fermentación del mosto debería hacerse a ocho grados centígrados, con lo cual la fermentación principal duraba unos diez días. Se propuso hacer ensayos de fermentación subiendo gradualmente la temperatura hasta diez grados con lo cual la fermentación principal se terminaba en ocho días. Habían conseguido entonces mejorar en un 20% la capacidad de fermentación de los depósitos de que disponían. De todo ello tuvo que hacer el informe correspondiente de resultados para enviárselo al Consejero Delegado, Don Daniel Roehrich. El verano se salvó con buenos resultados habiendo tenido unos incrementos en ventas del 12% sobre el año anterior. Este incremento de ventas, y por lo tanto de producción se repitió durante los seis años siguientes, llegando un momento a ser incapaces de producir toda la cerveza que el mercado exigía.
En el momento en el que yo llegué a la empresa había dos productos: la cerveza de una graduación alcohólica de 4,5º que denominaban corriente, y otra de 5,2º que se hacía con una malta un poco más tostada para que tuviese más sabor y que la llamaban especial. El mercado aconsejó que la denominación corriente no era muy adecuada puesto que podía indicar una calidad inferior. En ese momento, la producción estaba repartida en un 90% como la cerveza corriente y 10% como la cerveza especial. Entonces se pensó que lo conveniente era invertir los términos, y decir que la cerveza especial era nuestro 90% de producción, y que la otra era considerada como una cerveza clásica de calidad pero de menor graduación alcohólica. Se pensó además que aparte de nuestro objetivo de figurar como especial había que promocionar la cerveza especial en barril, que era lo clásico cuando no existía la fabricación masiva de botellas por las vidrieras.
Ambar 1900
El proceso de expansión y de creación de nuevos productos llegó con la producción de una nueva cerveza de alto grado alcohólico y con tres maltas diferentes apta para quienes deseaban un producto muy diferente en el mercado cervecero, ya que su sabor era muy intenso y para ciertos momentos incluso para sustituir al vino en platos fuertes en el que el maridaje adecuado entre comida y bebida se impone. Todos estos productos han ido consolidándose y teniendo sus consumidores específicos y particularmente adictos, hasta que en el año 2000, para celebrar el centenario de la fundación de la empresa se hizo el estudio para producir una cerveza que hiciese mención a dicho acontecimiento. Se pensó en una cerveza con mucho buque, para lo cual estaba indicada la fermentación a más alta temperatura que una cerveza normal. Se le denominó Ambar 1900, año de la fundación de la fábrica, y con tirada limitada a ese año en particular. El éxito y la aceptación de esta cerveza hizo tomar la decisión de continuar su fabricación, y en lugar de considerarla como de tirada limitada ha sido un producto más dentro de la gama ya existente, si bien agregando en su etiqueta la calificación de “Brewery Celebration”, que fue el objetivo inicial.
Ambar Sin
Las exigencias restrictivas en la conducción de vehículos les sugirieron la idea de fabricar una cerveza cuyo contenido alcohólico era inferior a un grado. Diversas pruebas como de costumbre con levaduras que no eran capaces de fermentar más allá de un grado, la mezcla con mostos sin levadura, y como siempre las degustaciones de diferentes personas de la fábrica llegaron a aceptar una fórmula para la cerveza llamada sin alcohol, porque el organismo humano por debajo de un grado no lo detecta. De esta manera llegaron a ser el primer fabricante en España de la cerveza sin alcohol, otorgándosele por parte de la empresa y la opinión pública el título de inventor de la cerveza sin en España en el año 1976.
Jubilación
Llegó su decisión de jubilación en julio del año 1999, en el que acababa de cumplir 70 años, pero debido al abandono de su sustituto al breve tiempo de haber tomado la jubilación, se vió obligado a volver y adiestrar a Antonio Fumanal, actual Maestro Cervecero de La Zaragozana S. A. Tras haberse jubilado, Juan Antonio dedica su tiempo a escribir y reflexionar, y frecuentemente es invitado a catas de La Zaragozana, en la que actua como asesor. En el año 2001 fue diagnosticado de un cáncer de colón, enfermedad por la cual fue tratado, recuperándose con éxito a los 4 años.
Véase también
Referencias
- ’’’Corchón Franco, Alejandro’’’. "Juan Antonio Corchón: Una vida dedicada al lúpulo"