Javier-Eladio Guzmán Villanueva

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Javier-Eladio Guzmán Villanueva (Barcelona, 16 de noviembre de 1966) es un pensador y artista conceptual español, pionero de la Estética Analítica en lengua española e investigador en Debate de Competición.

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Biografía[1]

Nieto del docente, pedagogo y escritor almeriense Eladio Guzmán Hernández (1898 – 1978), amigo epistolar de Unamuno y autor de Pueblos del Andarax (de 1977). Nace en Barcelona en noviembre de 1966, donde crece más centrado en el ajedrez y la literatura que en los estudios. Por lo que ingresó en las listas del fracaso escolar; su último curso aprobado fue 1º de BUP. Dedica la juventud a la práctica del atletismo (en el Club Deportivo Universitario de Barcelona bajo el entreno de Jordi Vidal) y de la escalada (con los pioneros de la Escalada Deportiva y del Búlder en Cataluña Sergio Mestre y Salvador Serrano), también a la lectura.

En abril de 1992 supera la Prueba de Acceso a la Universidad para Mayores de 25 años, por Filosofía, en la Universidad de Barcelona. La motivación para iniciar estudios universitarios vendrá tras una lectura de La metamorfosis a los 24 años y querer formarse para ser un escritor en la línea de Kafka. La preparación para el ingreso en la Facultad de Filosofía la realizó junto al artista Ramón Rubio y al músico Marc Parrot; entraron los tres; con Marc coincidió solo el primer curso y con Ramón durante toda la carrera, siendo la persona que le introdujo en los últimos desarrollos artísticos. Llevó una formación transversal, cursando también asignaturas de Historia del Arte con Josep Casals y de Psicología con Montse Cortés. El ambiente intelectual universitario propició que se adentrase en el mundo del arte, pasando rápidamente de espectador a creador, en la línea del arte conceptual, llegando a exponer en Barcelona en 1996, en Mont de Marsan (Francia) en 1997 y en Coimbra (Portugal) en 1998. En su círculo de amistades encontramos futuros profesionales de la Filosofía, como Jordi Vallverdú (filosofía de lo computacional), Pau Alsina (filosofía de la cultura digital), Marina Garcés (filosofía de la experimentación de un mundo común). Cofundó con Marc Egea (actualmente músico) y otros la Revista de Filosofía Mania en 1995. Con Pau Alsina y Ramón Vila fundó en 1999 Zero – Círculo de Investigación y Pensamiento del Presente -, con el fin de producir pensamientos sobre la actualidad y exponerlos a la sociedad para discutirlos, labor que desarrollaban en los centros cívicos de Barcelona. Responsabilidad suya, junto con Benito Hellín (actualmente en el mundo editorial), fue el Curso “Pensar y vivir el Arte de hoy”, realizado en la Sala de Exposiciones de Can Felipa, y destinado a ofrecer a los estudiantes universitarios de Bellas Artes lo que no recibían en su programa de estudios: un Curso de Estética Contemporánea. En 2000 se dedicó al diseño de cursos de afectividad inteligente para el mundo empresarial, donde hacía confluir la propuesta de Goleman con las de Zubiri y Wollheim.

Profesores decisivos en su formación fueron Manuel García-Carpintero, quien le introdujo en la concepción analítica de la Filosofía (aunque el posterior desarrollo de Javier-Eladio Guzmán caiga en la heterodoxia analítica), y quien le aconsejó que se centrase a nivel de investigación en la intersección de la Filosofía de la Mente con la Estética, y Gerard Vilar, de la Universidad Autónoma, su director de tesis, quien le introdujo en las relaciones entre la racionalidad práctica y la racionalidad estética bajo el signo de la Teoría Crítica de la Sociedad de la Escuela de Fráncfort. Otra influencia fue el profesor Francesc Fortuny y su propuesta de un uso pragmático del Saber Filosófico aplicado a la empresa. También estuvo en contacto con el profesor Santiago López Petit, quien con su proyecto filosófico centrado en el querer vivir planteaba otra forma de hacer política en la segunda mitad de los años 90 del siglo XX en Barcelona; mientras que López Petit optaba por la politización de la existencia Guzmán por la crítica mediante el arte.

En abril de 2001 entregó y en abril de 2002 leyó su tesis doctoral La intencionalidad artística desde Richard Wollheim. Filosofía de la Mente y Estética, ante un tribunal presidido por Manuel Cruz y compuesto por Manuel García-Carpintero, Diego Ribes, Montserrat Bordes y Pere Salabert, que mereció la calificación de Sobresaliente Cum Laude por inaugurar en el ámbito académico en español la Estética Analítica y por ser la primera investigación individual con el filósofo británico Richard Wollheim como protagonista. Con anterioridad y posterioridad ha presentado comunicaciones sobre Estética Intencional en las universidades de Barcelona (1999), Valencia (2001), Murcia (2003) y Sevilla (2016). En 2012 Benito Hellín se encargó de la edición de su obra El Arte como conocimiento. Estética Analítica de la cognición artística.

Desde 2001 se desarrolla profesionalmente en el Colegio Internacional SEK-Alborán (Almerimar, Almería) trabajando las competencias filosófica, crítica y comunicativa del alumnado tanto en el Bachillerato Nacional como en el Programa del Diploma del Bachillerato Internacional. Desde 2006 se dedica a formar en Oratoria Parlamentaria y desde 2010 en Debate de Competición, donde ha sido pionero en conseguir que estudiantes de Bachillerato adquieran las competencias suficientes para competir con éxito en los torneos universitarios de Debate.

Ha ampliado su base filosófica tanto hacia las Ciencias Naturales, en Nutrición, como hacia las Ciencias Humanas, en Lingüística. Su investigación actual se centra en el Debate de Competición.

El titular de la entrevista que le realizó Javier Adolfo Iglesias en el periódico La Voz de Almería en 1 de abril de 2013 decía así: “Los filósofos deberíamos estar cada día en Facebook y Twitter”. Y es que Javier-Eladio Guzmán es de esa clase de pensadores que desarrolla su labor reflexiva sobre la actualidad en las redes sociales diariamente, a través de la cuenta de Twitter @analistaGuzman, de Instagram javiereladio y de Facebook Javier-Eladio Guzmán Villanueva. En su cuenta de Linkedin Javier-Eladio Guzmán Villanueva no se define como filósofo sino como entrenador de pensadores, constructor de experiencias y analista del presente. Tiene previsto empezar a volcar toda su escritura en www.analistaguzman.wordpress.com a partir de 2017.

Estética Analítica Internacional

La Filosofía Analítica pone un énfasis especial en el riguroso análisis conceptual de complejidades para aportar claridad en los debates intelectualmente relevantes. Dentro de la concepción analítica de la Filosofía la reflexión sobre el arte no ha gozado del mismo estatus que otras áreas más privilegiadas como la Filosofía del Lenguaje, la Epistemología, la Filosofía de la Mente, la Filosofía de la Acción o la Filosofía Política; lo que no ha impedido que la Estética Analítica haya contado en la segunda mitad del siglo XX con tres figuras con un pensamiento muy potente: Nelson Goodman, para la cuestión simbólica; Richard Wollheim, para la cuestión mental; y Arthur Danto, para la cuestión social. Los tres dentro de la heterodoxia analítica: por su irrealismo, por la impronta psicoanalítica, por la impronta hegeliana, respectivamente.

La Estética Analítica es un campo muy poco trabajado en España. Con anterioridad a la investigación de Javier-Eladio Guzmán tan solo contábamos con La esencia del arte (de 1996) de Álvaro-Delgado Gal y Lo humano entre áreas (de 2000) de Diego Ribes; también con los artículos sobre Estética Analítica de Francisca Pérez-Carreño de 1996. No había ninguna tesis doctoral al respecto en español. Y sobre Richard Wollheim tan solo había el volumen colectivo de homenaje titulado Mind and Art. Perspectives on Richard Wollheim (de 1992).

Resumen de La intencionalidad artística desde Richard Wollheim[2]: La Estética Pictórica Intencional de Richard Wollheim supone una zona de encuentro entre la Filosofía de la Mente y la Estética, pues aborda el fenómeno de lo pictórico artístico prestando especial atención a los aspectos mentales del mismo. La originalidad de esta perspectiva pone en evidencia la escasa importancia que ha tenido la problemática estética dentro de la Filosofía de la Mente. Guzmán, por su parte, se va a esforzar en aclarar el concepto ‘significado artístico’ a partir del concepto ‘intencionalidad artística’ partiendo de la obra de Wollheim. Su presupuesto de trabajo es que su investigación tiene que ser conceptual y no fenoménica; es decir, sobre el concepto ‘intencionalidad artística’ y no sobre la intencionalidad artística apreciable en determinadas obras de arte, porque considera que el hablar riguroso sobre lo artístico sustantivo tiene que estar precedido por el pensar riguroso sobre lo artístico genérico. En los últimos veinticuatro siglos se ha desarrollado una línea de Pensamiento – la ‘Teoría del Propósito Artístico Como Imagen Mental’ – cuya tesis principal podría formularse así: el artista, previamente a la existencia física de la obra de arte, se propone mediante una imagen mental la completa obra de arte que posteriormente realizará. Ante esta Perspectiva Intencional Imaginativa se ha ido formando cierta posición de rechazo – la intuición antiintencional – que vendría a decir que los artistas suelen trabajar de forma inconsciente, irracional, involuntaria, azarosa, sin prever sus resultados, cambiando de planes, sin saber dar un porqué de sus elecciones, pretendiendo algo que la gente no capta; además, sus intenciones no siempre las conocemos, o cuando las conocemos poco tienen que ver con la obra, y, en cualquier caso, siempre va a ser difícil reconstruirlas, y, aunque lo consigamos, el paso de la historia modificará su relevancia. El problema a resolver queda delimitado por corregir los errores de la perspectiva intencional imaginativa para poder mantener su principal virtud: la intuición de que sin contribución mental no hay ni construcción artística ni experiencia estética. Atendiendo a las connotaciones filosóficas del término ‘intención’ podemos aprender de la Tradición Escolástica el papel del agente racional escogiendo medios para el fin que se ha propuesto, de Brentano que los fenómenos psíquicos representan el mundo de un cierto modo, de la Tradición Fenomenológica que la auténtica intención es la intención plenificada (llevada a cabo). Guzmán justifica su metodología del siguiente modo: de la misma manera que para estudiar el fenómeno central del lenguaje, su capacidad de representar el mundo de un cierto modo – fenómeno recogido bajo el concepto ‘intencionalidad lingüística’ -, nos centramos en el fenómeno de la significación, para intentar explicar el significado artístico la vía de acercamiento será fijarnos en lo intencional artístico; además, también la característica principal de la mente es su carácter representacional, característica recogida por el concepto ‘intencionalidad interna’, su capacidad de expresar proposiciones, pues los estados mentales significan el mundo. La Teoría Pictórica Wollheimiana nos indica la tríada de elementos en los que debe centrarse el Análisis de la Pintura: (1) las intenciones amplias y realizadas del pintor; (2) la forma en que dichas intenciones inducen al pintor a desarrollar su pintura; y, (3) cierta clase de experiencia relevante que se pueda esperar que reciba un espectador debidamente informado y adecuadamente sensible. Guzmán deriva este modelo intencional pictórico de Wollheim hacia la delimitación de los factores que conforman la agencia artística en general. Así nos dirá que la subjetualidad artística constituye ese espacio posibilitante y significante de toda una serie de irrealidades a insertar, tras su aceptación, en la construcción de un proyecto artístico de carácter público. Se trata de un espacio lógico portador de ciertos predicados, como percibir, atender, necesitar, tender, ocurrir, creer, recordar, desear, sentir, proponer, querer, elegir, decidir, esperar, proyectar, buscar, conjeturar, razonar, prever, juzgar, rechazar, preferir, ejecutar, rectificar, evaluar, criticar, sugerir y experimentar; todo ello satisfecho en una empresa de carácter artístico. En fin, que sin la intervención de un cierto individuo (corpóreo, histórico y social) eminentemente decisional, proyectando su intencionalidad sobre una forma (ya sea estrictamente construida o simplemente elegida o aceptada) no hay agencia artística. Y como las intenciones amplias cumplidas en la obra de arte pueden tener un triple carácter – social, externo o interno – también será triádico el Análisis del Significado Artístico, cuyos componentes son: (1) los estados intencionales con un contenido situacional-estructural-subjetual realizados del artista, es decir, de una subjetividad circunstancializada que se ha forjado un estilo artístico tematizando materiales, técnicas y juegos artísticos; (2) la forma en que dichos estados construyen (incluyéndose la aceptación y la elección, así como el mandar hacer); y, (3) la experiencia estética relevante (es decir, acorde con el contenido introducido por el artista) en la mente de un espectador con competencia artística, esto es, uno suficientemente informado y adecuadamente sensible artísticamente. Todo este planteamiento descansa en conceder prioridad a la agencia del artista en todo acercamiento comprensivo a su obra. Guzmán reconoce que en todo proyecto artístico existen muchas más contribuciones significativas (tantas como contemplaciones estéticas), simplemente es que su animadversión hacia la confusión le impide recoger esos sentidos en la expresión ‘significado artístico’; pero no tiene ningún inconveniente en incluirlos en otra expresión, como pueda ser ‘valor semántico’. Incluso reconoce que el valor semántico de una obra de arte es más relevante que el significado artístico. Y declara que en un proyecto artístico se pueden apreciar otro tipo de valores más allá del significado del artista. Con todo, en lo que insiste Guzmán es que si no queremos que nuestras valoraciones sean extraestéticas o extraartísticas poner valor en x (simbolizando ‘x’ ‘una obra de arte o al menos un candidato a ello’) requiere haber comprendido x, y, por lo tanto, haber comprendido su significado artístico. Lo que le dice Guzmán al espectador es que ante una obra de arte puede jugar a experimentarla y ya está, pero que también puede jugar a experimentar la obra comprendiéndola, y en tal caso al espectador no le queda otra que imputar intencionalidad significante. Y lo que le dice Guzmán al crítico de arte es que si realmente quiere explicar la obra y no meramente fingir que se explica debe analizar primero su intencionalidad artística y después ya puede añadir todos los valores que le despierte. El problema inicial queda resuelto aceptando la mayoría de los argumentos de la Tesis Antiintencional pero con matices. Pues los artistas pueden llegar a creer que la propia obra les dirige, o pueden apostar por lo irracional, lo involuntario, lo espontáneo, lo azaroso, y los planes pueden sufrir modificaciones sobre la marcha o incluso anulación; unos artistas cuyas declaraciones hay que saber valorar y cuyos actos están delimitados por su situación, que en muchas ocasiones se muestran incapaces de verbalizar el porqué de sus elecciones o nos dicen que sus pretensiones no se cumplieron, y las que se cumplieron puede ser que no de la forma que hubiesen querido, y las que se satisfacen puede que luego no atrapen la atención del espectador; incluso nos pueden llegar las obras incompletas o sin información sobre su autoría. Con todo y con eso la comprensión del contenido (que nos llegue) de una obra de arte (a pesar de que se pueda haber realizado en una época en la que era imposible tener el propósito #voy a hacer una obra de arte#) precisa de un enfoque intencional. Los argumentos antiintencionales se aceptan con la matización de que en ellos se emplea un uso estrecho de ‘intención’ en cuanto ‘mero propósito’. Pero es que no interesan las intenciones que no se hayan realizado en la obra de arte. Interesan los estados mentales intencionales que marcaron la obra de cierta manera para que el espectador tenga cierta experiencia. De esta manera, Guzmán llega a un resultado metodológico – la intencionalidad artística constituye el fundamento de la significación artística – y a un resultado crítico – la necesidad que tanto el análisis filosófico como el mundo teórico hagan uso del concepto ‘sujeto’ -. Estos resultados conforman en Guzmán una de sus intuiciones iniciales, a saber, que las dificultades artísticas-estéticas no son meramente cuestiones artísticas-estéticas sino que constituyen verdaderas dificultades filosóficas.

Posteriormente, en su único libro publicado hasta la fecha, El Arte como conocimiento[3], Guzmán llega al resultado de que las acciones artísticas se dan en términos estratégicos debido a que no hay significado artístico que no tenga que ver con otros seres humanos, esto es, el significado artístico es algo público. Y concluye que en el caso de que podamos admitir ‘conocimiento’ como ‘el resultado simbólico obtenido tras aplicar tanto la racionalidad como la afectividad a lo percibido’, entonces tendremos que admitir al conocimiento artístico entre las distintas clases de conocimiento, al menos quienes consideren el arte como múltiples y potencialmente infinitas modalidades lúdicas cada cual a su manera proponiendo criterios para construir formas experienciales con un significado público intencionalmente realizado que alberga elementos de índole mental, estructural y social, conociendo gracias a estas significaciones más y mejor a nuestra especie en el mundo, y, en cierto modo, accediendo a un contorno de la verdad. Lo que constituye su propuesta de definición de un concepto tan difícil de delimitar como es el de arte.

Arte

Javier-Eladio Guzmán comienza a expresarse por medios plásticos en mayo de 1993 y a mostrar su obra en noviembre del mismo año con su proyecto Mural inmatrascenentedential, consistente en pintar lo mejor posible en la superficie de cemento de un muro que se estaba resquebrajando siendo consciente de lo efímero de su esfuerzo, dando a entender el carácter efímero en general de todas las obras humanas. Carece de formación técnica, por lo que el valor de sus propuestas no estaría en la ejecución misma sino en las experiencias e ideas transmitidas; su juego se mueve entre coordenadas surrealistas y conceptualistas.

Javier-Eladio Guzmán y el Mural inmatrascenentedential, noviembre de 1993, en Palautordera (Barcelona).

De 1993 a 1998 realiza en Barcelona varias acciones poéticas (algunas con Marc Egea y otras con Vicente Escolar) y plásticas (algunas con los miembros del grupo de vanguardia portugués Producere Emídio Agra y Susana Camanho) bajo la premisa de que la mejor acción política siempre es una obra de arte y expresa en público varios manifiestos artísticos en la línea de un arte anticotidiano. Expuso de forma individual en la Facultad de Filosofía en mayo de 1996 bajo la organización del grupo Plataforma una instalación titulada Ajedrez y Concepto, en la que explotaba las matizaciones conceptuales que podía aportar el juego del ajedrez como herramienta expresiva; el único texto justificativo que acompañó a las distintas piezas rezaba así: “Aquí no encontrarás afectos, ni información emotiva, ni formalismo sin contenido, ni conceptualismo antipictórico; quizás sí sugerencias de una filosofía que no es literatura ligada a un arte de concepto, incluyendo pequeñas dosis de pensamiento-no-verbal”; lo que suponía toda una declaración de intenciones.

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Obsesión en mar y cielo del campo, expuesta en Ajedrez y Concepto (Barcelona, 1996) y Rencontres Europénnes (Mont de Marsan, 1997).

En mayo de 1997 participa en la exposición colectiva Rencontres Européennes en Mont de Marsan, organizada por Marc Ferrer, con un dibujo y dos superficies pintadas de aspecto no-figurativo titulados “Poema del origen”, “Discóbolo a punto de descender una escalera” y “Obsesión en mar y cielo del campo”. En diciembre de 1998 participa en la exposición organizada por Paulo Mendes en el Círculo de Artes Plásticas de Coimbra (A)casos (e)materiasis con la pieza titulada La mente: una casita de madera como de perro con el tejado transparente para poder ver en su interior un dosier de unas 300 páginas con las principales ocurrencias y reflexiones del autor desde 1982 a 1998, todo ello con el significado primario de la mente como la casa de los significados.

Colaboró como crítico de arte para la revista Fuga de 1997 a 1999 y participó en el proyecto artístico colectivo por Internet organizado por Paulo Mendes llamado Index3 en la galería Joao Graça de Portugal en verano de 1998 con dos fragmentos teóricos (uno sobre Adorno y otro sobre Wollheim).

Archivo:La mente.jpg
La mente; Círculo de Artes Plásticas de Coimbra, Portugal, del 21 de noviembre al 31 de diciembre de 1998.

Su obra más relevante es la que cierra su libro El Arte como conocimiento. Se trata de un proyecto tan estrictamente conceptual que no precisa de una materialización física concreta, sirviendo para el autor la explicación justificada de la idea. Su título es La última tesis[4]. Descripción: Varios ejemplares de un mismo texto con encuadernación de tapa dura tipo tesis doctoral. Contenido: En la primera página de cada ejemplar aparece el título Lógica Intencional del Significado Artístico: una teoría semántica del Arte. En la segunda página aparecen las siguientes proposiciones: ‘El arte conceptual concibe el trabajo artístico como investigación filosófica, y, en concreto, como análisis de las ideas del Arte’ y ‘Una vez finalizada (y agotada) la reflexión filosófica sobre el Arte desde la praxis artística corresponde a la Filosofía la tarea de seguir la investigación del Arte, pero por medio de una Estética del Significado’. El resto de páginas sería el desarrollo de una Estética. Significado primario: La Teoría Semántica del Arte como obra de arte. El análisis del significado artístico como objeto artístico. Trascendencia: el autor considera que desde el momento en que se adquirió autoconciencia por parte de la actividad artística de que la banalidad puede ser transformada en arte si conlleva una carga semántica adecuada no ha habido más que repetición y saturación, por lo que si se ha dado un giro filosófico en la práctica artística este giro quedaría cerrado con La última tesis.

Javier-Eladio Guzmán cierra su libro El Arte como conocimiento afirmando que llegar a ser un ciudadano internacional es la mejor obra de arte que puede hacer uno con su vida.

Antropología

Se podría decir que el fin último del esfuerzo reflexivo de Guzmán se centra en aportar claridad en torno a lo humano en una época en la que anda desacreditado el concepto ‘sujeto’ y apropiado políticamente el de ‘individuo’. Ya el resultado crítico de La intencionalidad artística desde Richard Wollheim era una vindicación del uso del concepto ‘sujeto’. Pero no un uso estrecho estableciendo una equivalencia entre ‘sujeto’ y ‘subjetividad sujetada’, o un uso ambiguo en cuanto ‘multiplicidad subjetiva’, ni un uso excesivamente amplio en cuanto ‘subjetividad trascendental poseedora de una libertad absoluta y de una racionalidad perfecta’, sino un uso amplio pero humano, un uso que saque a la luz las peculiaridades cognoscitivas, limitadamente racionales, afectivas, proyectivas, decisionales, situacionales, y, en definitiva, intencionales, de todo individuo.

En su artículo de 2006 “Enseñanza religiosa, inmigración y Filosofía”[5] Javier-Eladio Guzmán critica tanto la petición de algunas familias de inmigrantes de una diferenciación por motivos religiosos hacia sus hijos en los centros educativos como la actitud multicultural y su opción por un modelo escolar etnicista en cuanto la mejor forma de conseguir la integración de los inmigrantes, pues en nuestro Estado de derecho el poseedor de los derechos es el individuo y no los colectivos religiosos. Además, considera Guzmán un error plantear la cuestión como si hubiese dos culturas, la nuestra y la de ellos. El enfoque pedagógico correcto sería que hay una sola cultura: la democrática.

Guzmán en su artículo para Anexos “Definición de ‘humane’”[6] nos brinda una delimitación de los contornos que nos definen como especie. ‘Humane’ = ‘entidad biológica en evolución autobautizada como “homo sapiens sapiens” susceptible de ser concebida como un sujeto en cierta medida racional – atravesado por episodios ilógicos / absurdos / contradictorios (más o menos agudos y estables en el tiempo según las circunstancias) – portador de ciertos predicados como creer / desear / intentar / pensar / conocer / proyectar / recordar / amar / afectarse / … / que no pueden ser predicados de forma conjunta de ningún otro particular de base, que presenta unas ineludibles dimensiones afectiva y social (en la que se dan casos de lazos amistosos, actividad sexual, emparejamientos efímeros o con cierta duración y algunos hasta estables y todo, agrupaciones de distinto tamaño, viéndose alteradas estas relaciones por estallidos de violencia y afán de dominio (estadísticamente masculinos), conflictos y disputas, siendo el componente lúdico parte de su ser y su mayor técnica el lenguaje, todo ello en un cuerpo de primate limitado biológicamente pero modificado gracias a la Cultura, la Técnica y la Tecnología, con un cerebro capaz de entender en cierta medida tanto la realidad circundante como la alejada en el espacio y en el tiempo – hasta de hacer algunas predicciones y previsiones con cierto grado de fiabilidad -, de entrar en relación con sus congéneres mediante símbolos, y de obsesionarse tanto por la destrucción como por la construcción’.

También publicado en Anexos es el siguiente fragmento en el que delimita el concepto ‘acción’[7]:

“El mundo jamás ha estado quieto. Por lo que sobreabundan los cambios en él. Y entre las varias clases de acontecimientos existentes la que más adherida está a nuestra especie es la de las acciones. Qué sea una acción se elucida mediante el en qué consiste una acción. A la esencia por la funcionalidad. De ahí que habrá que detenerse en todos los matices y detalles supuestamente involucrados. Tras – y durante – el examen cuidadoso viene la constante: las acciones poseen significado. Y a esta dimensión semántica se llega a través del fenómeno de la intencionalidad, el rasgo eminentemente humano por excelencia. Y la intencionalidad activa (o externa o práxica) es rastreable a través de unos elementos internos – los estados mentales intencionales  realizados susceptibles de cierta descripción lingüística -, de unos elementos externos – las manifestaciones observables del hacer: ese ir realizándose la intencionalidad mental (o interna) en una serie de subactos susceptibles de dejar huella – y de unos elementos sociales – las condiciones que pone la sociedad -. Todos estos elementos investigables son de más de una manera, pero la del filósofo es el análisis conceptual.”

Guzmán utiliza lo que denomina ‘el mundo enredado’ para comunicar sus meditaciones. El siguiente fragmento en el que expresa su compromiso político salió en su cuenta de Instagram el 27/02/2016 y en su cuenta de Twitter el 28/02/2016:

“Mi concepción política es bien clara: priorizar la DIGNIDAD y la condición de SUJETO DE JUSTICIA de todo ser perteneciente a una especie sintiente y con capacidad de agencia o conación, sea o no consciente el individuo (ya sea humano o no) de sus derechos [hasta aquí coincidiendo con Nussbaum, añadiendo los siguientes corolarios]; y tenga o no cada individuo en cuestión sensibilidad / actividad / anhelos (basta con ser un ejemplar de un tipo de seres con las características mencionadas); formando parte de los derechos de todo ente con las anteriores características la accesibilidad a un entorno acorde con su genética.”

Todo el proyecto reflexivo de Guzmán gira en torno a una única idea: el humane es intencionalidad.

Teoría del conocimiento

Con el paso del tiempo se ha ido construyendo una definición de conocimiento en cuanto creencia verdadera justificada. Sin embargo, Edmund Gettier se hizo famoso por su artículo de tres páginas de 1962 “¿Es la creencia verdadera justificada un conocimiento?”, en el que a través de unos contraejemplos argumenta que no es el caso. Desde entonces se han dedicado cientos de artículos al denominado ‘Problema de Gettier’, sin haber un consenso general respecto a su solución. Desde entonces constituye toda una cuestión ineludible para todo aquel que quiera escribir con rigor sobre qué es el conocer. Por su parte, Javier-Eladio Guzmán, en El Arte como conocimiento[8], precisa los contornos del conocer con una definición inmune a las objeciones de Gettier. Por ‘conocimiento’ entiende Guzmán ‘creencias verdaderas justificadas y adquiridas de forma pertinente y relevante – bajo un contexto que excluya llegar justificadamente a una verdad por cuestión de suerte: objetos / creencias / sujeto / no pueden meramente estar relacionados de cualquier manera sino que la vinculación debe ajustarse a unas conexiones correctas, unas aceptadas bajo una mirada desde el prisma de la normatividad epistemológica (que, según las gafas teóricas empleadas, se tratará de unas conexiones de carácter formal o sólido o causal)-’.

Educación

Javier-Eladio Guzmán ha presentado dos modelos educativos: Ajedrez Educativo y Educación Por Eventos.

Ajedrez educativo

En 2005 ganó un accésit especial del X Premio ‘Institución SEK’ a la Investigación e Innovación Pedagógica por su trabajo “El Ajedrez como herramienta educativa”, en el que explica los múltiples beneficios de este juego en el entorno escolar y plantea su implantación simultánea bajo tres modalidades: (1) el ajedrez como actividad extracurricular (en cuanto práctica diaria mediante ligas internas o aprovechando la posibilidad de jugar por Internet de todos los alumnos desde los cuatro años en adelante, incluyendo los estudiantes universitarios); (2) el ajedrez como actividad deportiva (mediante un Club de Ajedrez para entrenar con monitores de cara a competir); y, (3) el ajedrez como actividad psicopedagógica (para atender a los alumnos con necesidades especiales – ya sean problemas académicos, conductuales o atención a la superdotación -).

Educación por eventos

En diversas ocasiones ha comunicado Guzmán por sus perfiles sociales el modelo ‘Educación por Eventos’, como en este fragmento de 16 de agosto de 2016 presente tanto en su cuenta de Facebook, como en la de Twitter y en la de Instagram:

“Expreso una vez más mi convencimiento de las bondades pedagógicas del modelo educativo que denomino EDUCACIÓN POR EVENTOS, que consiste en sustituir el modelo tradicional de asignaturas cerradas e inconexas entre sí por ofrecer al alumnado la posibilidad de participar en una variedad amplia de eventos educativos abiertos a alumnos de muchos centros, ya sean de carácter deportivo, tecnológico, científico, artístico, social, comunicativo.

Por nuestra experiencia aseguramos que la motivación en este tipo de actividades es tan alta que lleva al alumno a investigar y prepararse con un nivel de exigencia muchísimo mayor que el desempeñado normalmente en clase; además, se desarrollan en un contexto emocionante y lúdico, que suele implicar viajar o interactuar por Internet; por lo que se tienen verdaderas experiencias y esto hace que lo aprendido perdure mucho más en el tiempo (que lo que dura el contenido memorizado para un examen tradicional). En el caso del Debate, aparte de factores afectivos de trabajo en equipo y de aumento de nuestro autoconocimiento y de nuestras posibilidades, las estructuras mentales que se adquieren pueden durar toda la vida.”

Debate

Javier-Eladio Guzmán lleva desde enero de 2010 entrenando a debatientes para que adquieran destrezas comunicativas, habilidades persuasivas y competencias estratégicas y así puedan disfrutar y hacer disfrutar a los demás en Torneos de Debate. Introductor del mundo del Debate en la provincia de Almería con la organización de dos ediciones en abril y noviembre de 2013 del evento ‘Almería en Debate’, un torneo escolar abierto a todos los estudiantes de la provincia de Almería desde 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato, siendo el primer certamen de este tipo en España para el alumnado de primer ciclo de la ESO.[9]

Ha sido pionero también en concebir la idea de que alumnos de Bachillerato suficientemente preparados y motivados puedan rendir de igual a igual ante los mejores debatientes universitarios españoles.

En este sentido fue formador del primer equipo constituido íntegramente por alumnos de Segundo de Bachillerato – José Luis Cortés, María José Ramírez, María Rodríguez, Bernabé Hernández - que compitieron en un Torneo importante del panorama universitario español, el III Torneo Nacional Académico ‘Séneca’ de noviembre de 2014 en la Universidad de Córdoba, obteniendo un buen papel: 50% de efectividad y segunda puntuación más alta del Torneo[10].

En abril de 2015, en el V Torneo ‘Tres Culturas’ de la asociación Dilema de la Universidad de Córdoba, su equipo formado por Mari Carmen Peregrina, Bernabé Hernández y José Luis Escobar se proclamaron Subcampeones, y José Luis Escobar ganó el Premio de Mejor Orador estando todavía en 1º de Bachillerato[11].

En noviembre de 2015, en la cuarta edición del torneo ‘Séneca’ organizado por Aula de Debate UCO en Córdoba, fueron semifinalistas los alumnos de 2º de Bachillerato Miguel Berbel, Daniel Gómez, José Luis Escobar y Gonzalo Fernández[12].

Asimismo fueron semifinalistas en el I Torneo de Debate Escrito de la Universidad Complutense de Madrid su equipo compuesto por Jimena Pérez, Daniel Plaza, Rocío Ávila y Luis Carlos Jiménez siendo todavía de 1º de Bachillerato.

En la sexta edición del ‘Tres Culturas’, en abril de 2016 en Córdoba, su equipo compuesto por Andrea Martín y Lucía Jofré es el primer combinado constituido únicamente por debatientes de 1º de Bº que compite en un torneo de Debate Académico haciendo un buen papel: décimo puesto en la clasificación final y octavo puesto en la clasificación por ítems[13].

En el Torneo Nacional de Santiago de Compostela en abril de 2016 se proclama Mejor Orador siendo de 2º de Bachillerato José Luis Escobar, que formaba equipo con Javier-Eladio Guzmán; quedaron sextos[14].

El mundo del Debate ha contribuido en su concepción del ser humano; ahora sostiene la tesis de que somos argumentación.

Obras [15]

El Arte como conocimiento. Estética Analítica de la cognición artística (2012).

Referencias

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  2. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  3. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
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  9. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
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  11. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  12. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  13. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  14. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  15. Puede consultarse la relación completa de sus escritos en la sección ‘Publicaciones’ de su Linkedin www.linkedin.com/in/javier-eladio-guzmán-villanueva-113384120.