Colegio La Purísima. Santa fe. Granada

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Introducción

Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". El colegio La Purísima, es un centro Educativo Vicenciano de las Hijas de la Caridad ubicado en el municipio granadido de Santa fe. Desarrolla su labor educativa en la etapa de educación infantil, primaria y secundaria, siguiendo los principios de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac desde el año 1889.

Historia

Fundadora

Nacía Matilde el día 13 de Diciembre de 1862 en la ciudad granadina de Santa Fe, en el seno de una familia de la alta sociedad local. Era la mayor de los cuatro hijos habidos en el matrimonio formado por D. Silverio Carrillo de Albornoz y Dª. Leocadia Nogueras.  Fue educada en el Colegio de Niñas Nobles de Granada, regentado entonces por las Hijas de la Caridad, y en Agosto de 1881, cuando contaba 18 años de edad, ingresó en el Seminario de esta Congregación donde permaneció durante nueve meses antes de ser destinada a Barcelona en Marzo de 1886. Fue en esta capital catalana donde profesó el 15 de agosto de 1886, a los 24 años de edad.

En algún momento de su estancia allí, probablemente en torno a 1887, sugiere a sus padres la fundación en Santa Fe de un colegio para niñas pobres, fundación que se materializa en 1889, pasando Sor Matilde a formar parte de la primera Comunidad religiosa. Es nombrada Superiora en Septiembre de 1894.

Con el traslado de su familia a Lanjarón, en la Baja Alpujarra granadina, funda una nueva casa de Hijas de la Caridad, de la que sería nombrada Superiora en Enero de 1900. En Octubre de 1918 le fue impuesta la Cruz de Beneficencia y en Marzo de 1926, el Excmo. Sr. Cardenal Casanova, le impuso la medalla de oro enviada por el Papa. Murió en Marzo de 1942, a los 79 años de edad y sus restos reposan en Lanjarón, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida religiosa.

Fundación del colegio y evolución posterior de la comunidad

El 10 de Junio de 1889 se firmó en Madrid el contrato de fundación del Colegio de la Purísima, estando presentes de una parte, D. Silverio Carrillo de Albornoz y Dª. Leocadia Nogueras, en nombre de su hija Sor Matilde, y de otra el Señor Director de las Hijas de la Caridad de la Provincia de España, D. Mariano Joaquin Maller y la Señora Visitadora de la misma provincia, Sor Casimira Astiz.

Por medio de este contrato los padres de la fundadora, además de donar la casa y los terrenos  donde se ubicaría el Colegio, se convertían en protectores de esta Institución. Se estipulaba que contribuirían al mantenimiento de la Comunidad con una renta mensual de 1.000 reales, y serían de su cargo los gastos por enfermedad de cualquier Hija de la Caridad, incluyendo el pago de medicinas, la retribución del médico, e incluso los gastos de entierro, en caso de fallecimiento.

La Fundación se dedicaría a la difusión del Catecismo y a la enseñanza gratuita de párvulos y niñas mayores, como objetivo básico, sin perjuicio de que pudiera realizar otras obras propias de la Congregación, si los medios económicos lo permitían. El Director de las Hijas de la Caridad sería el árbitro en el nombramiento de Superiora y demás miembros que integraran la Comunidad.

Cuando se firmó este contrato, la casa que iban a ocupar las hermanas y donde iban a realizar su labor docente ya se había construido. Se edificó en una finca que D. Silverio poseía en la calle Calderón y el terreno no construido quedaría como huerta para uso de la Comunidad. La casa tenía una construcción típica granadina, con un patio central, alrededor del cual se disponían las diferentes estancias: en la planta baja las destinadas a clases y en la alta, las habitaciones de las hermanas y el oratorio. En un principio,  lo que hoy es capilla era entonces una  clase de párvulos y el oratorio se encontraba en el actual comedor de las hermanas. Tres años más tarde, el 27 de Septiembre de 1892, día de S. Vicente de Paúl, se inauguró la capilla en su situación actual.

En 1954 se compran los graneros de D. José Carrillo, anejos al Colegio, para ampliar el primitivo edilicio por el ala Este, pues por estas fechas tanto el número de alumnos como las necesidades de espacio crecían en cada curso.

Una nueva ampliación se llevó a cabo en 1965. En este año se puso la primera piedra del nuevo pabellón. Se utilizó para ello parte de la huerta y su precio fue de 10.700.000 ptas., dotándose el Colegio de unas instalaciones muy modernas y completas (laboratorios, biblioteca, gimnasio, campo de deportes, botiquín, etc.)

Como quedaba estipulado en el contrato, la Comunidad primitiva estuvo formada por cinco hermanas. Tres años más tarde; en 1892 su número había aumentado a siete. La integraban entonces: Sor Trinidad Candelas, Sor Matilde Carrillo, Sor Antonia Fabras, Sor Concepción Puig, Sor Milagros Domínguez, Sor Blanca Olóriz y Sor Manuela Iturrarte. La edad media de todas ellas era de 30 años, oscilando entre los 19 de la más joven y los 55 de la mayor. Era pues, una Comunidad joven que sin duda contribuyó a dar un gran impulso al Colegio, afianzando su fundación. A lo largo de estos cien años de existencia, la Comunidad fue más numerosa en torno a 1965-1968, cuando llegó a contar con quince miembros. En la actualidad la comunidad cuenta con siete hermanas.

Vínculos del colegio con la ciudad de Santa Fe

Situación de Santa Fe (en azul oscuro) respecto a la Vega de Granada; La ciudad de Granada en azul.
Situación de Santa Fe (en azul oscuro) respecto a la Vega de Granada; La ciudad de Granada en azul.

A lo largo de los años de la existencia de esta Institución esta, mantiene fuertes vínculos con el pueblo. Hay una serie de hechos que ilustran estos vínculos como:

  • En 1892, las hermanas y alumnas del Colegio, bordan la túnica de Jesús Nazareno y la Hermandad, en señal de agradecimiento, se acuerda asistir, en pleno, a los funerales de las hermanas, siempre que sucediese tal desgracia.
  • En 1896, a raíz de la construcción del actual cementerio, el Ayuntamiento cede seis metros de terreno en el patio primero de la derecha, para que la Comunidad construya la capilla y bóvedas necesarias para uso de sus miembros. La entonces Superiora, Sor Matilde Carrillo, había solicitado la compra de este terreno, pero el Ayuntamiento lo cedió gratuitamente.
  • Años más tarde, en momentos difíciles como los vividos durante la guerra civil, el Colegio fue respetado íntegramente. No se dejó de dar clase en ningún momento y las hermanas fueron protegidas por los mismos hombres de la ciudad, que formaron grupos de cuatro personas para hacer guardia durante la noche.
  • El Padre Miguel Villanueva, Superior de los Padres Paúles de Granada, vino a Santa Fe dispuesto a trasladar provisionalmente la Comunidad a la capital, pero el mismo alcalde socialista le garantizó su seguridad. Incluso durante un año, las hermanas de Lanjarón residieron en el Colegio por estar considerado éste como lugar seguro.
  • En los años de la postguerra, cuando el hambre y la miseria se intensificaron, se habilitó una cocina para proporcionar comida a las personas necesitadas. El reparto se hacía por el portón de la calle Calderón. Los víveres y provisiones para esta cocina eran proporcionados por los miembros de la Conferencia de San Vicente, que a su vez obtenía los fondos necesarios de mediante donativos que recogía entre las clases más pudientes.
  • Durante los años 80-90, el Colegio cedió unas aulas al Ayuntamiento. Inicialmente fueron ocupadas por el Centro de Formación Profesional, hasta que le fue construido un edificio propio. Mas tarde, los locales fueron utilizados como Centro de Educación de Adultos y para actividades socio-culturales (peña ciclista).

Labor docente

Desde su fundación en 1889, como centro docente tuvo una gran acogida por parte de la población, como lo demuestra el informe emitido por la Junta Local de Enseñanza que, en 1897, visitó las instalaciones. Del acta extraemos el siguiente párrafo:

"... Se ha visto con satisfacción el extremado aseo, la abundancia de útiles de enseñanza, buen orden y distribución de las secciones, a pesar del crecido número de niñas y párvulos que asisten diariamente a la escuela, que se hace ascender a más de ochenta de las primeras y noventa de los segundos y que, no obstante, se observa lo adelantados y el aprovechamiento de unos y otros, tanto en lectura como en escritura y conocimientos geográficos y enseñanza moral y religiosa''.

Vemos pues; que el número de alumnos era elevado, teniendo en cuenta la baja asistencia a la escuela en esos años. Se impartía clase de 8 a 11 de la mañana y de 2 a 5 de la tarde. Las asignaturas estudiadas eran Geometría, Aritmética, Geografía, Historia Natural, Formación Religiosa  y Moral  y Urbanidad. Las niñas mayores también recibían clases de costura y bordado. Además de las vacaciones de verano (del 15 de Julio al 1 de Septiembre), había vacaciones en Navidad, Carnaval y Semana Santa.

Los alumnos se repartían entre dos aulas, una de párvulos con niños de ambos sexos hasta los ocho años y, a partir de esta edad, otra con las niñas mayores. Dentro de ambas, se diferenciaban varios grados según las edades. Una parte de la clase de párvulos tenía los asientos en tandas escalonados. A esto llamaban "las gradas" y eran ocupadas por los niños más adelantados, de modo que estar en las gradas equivalía  a un grado intermedio  entre los párvulos  y las clases de niñas mayores.

En los años cuarenta, Sor Ángela Cámara, ayudada por una señorita, atendía a 300 alumnos entre párvulos y gradas. En las clases de mayores había dos grupos, uno de 80 alumnas y otro de 90 aproximadamente.

En esta época, el Colegio empezó a funcionar además como internado, con cuatro alumnas. Recibían clases de cultura general, música, bordado, corte y confección y sólo unas pocas estudiaban bachillerato. El número de internas fue incrementándose todos los años hasta llegar a doscientas cuarenta en los primeros años de la década de los setenta, procedentes de toda la provincia de Granada y pueblos limítrofes de Jaén, Córdoba y Almería.

En 1950 el Centro es reconocido como Colegio de Enseñanza Media, hasta que en 1973 se pidió el cese en esta categoría, coincidiendo con la implantación del Bachillerato Unificado Polivalente y con la puesta en funcionamiento de un Instituto de Enseñanza Media en la ciudad. Durante todo este periodo, el 80% de las alumnas eran becarias tanto internas como externas, acomodándose las tarifas a las becas de que disfrutaban las alumnas.

Entre  los años 1972-1975 existió una sección del internado dedicada a Escuela-Hogar, con aproximadamente 50 alumnas que vivían en el Colegio y acudían a clase en los centros públicos de la ciudad.

Desde el curso 1974-1975, el Centro imparte clases de Enseñanza General Básica. De todos los cursos hay dos grupos y el número total de alumnos ronda los 750. Existían además clases de Pre-escolar y guardería de niños de 2 a 4 años.

Con la entrada en vigor de la Educación Secundaria Obligatoria en el curso 1994-1995, el centro incluye esta dentro de su oferta formativa , quedando con la estructura actual, unos años más tarde, con el concierto de la educación infantil de 3 a 6 años.

A lo largo de estos años el centro siempre ha ofertado actividades extra-escolares, que en un principio iban desde el bordado, dibujo, música, corte y confección, pasando más tarde por la mecanografía, informática, baile, música, rondalla., hasta llegar a la actual oferta en la que se incluyen idiomas, actividades deportivas y de desarrollo de capacidades académicas.

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