Carlos María Loyola

De borradopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

Carlos María Guadalupe Albino Loyola Fernández de Jáuregui (Querétaro, Querétaro, 15 de diciembre de 1859 - ????) Comerciante de semillas y accionista de la Compañía Hidroeléctrica[1]

  • Nacido el 15 de diciembre de 1859 - Querétaro, Querétaro, México
  • Bautizado el 16 de diciembre 1859 - Querétaro, Querétaro, México

Padres

Hermanos

  • M Carlos Loyola Fernández de Jáuregui 1859
  • M José Loyola Fernández de Jáuregui 1862- Casado con María de los Ángeles Rivera Caraza
  • M Luis Loyola Fernández de Jáuregui 1864
  • M Eduardo Loyola Fernández de Jáuregui 1871
  • M Fernando Loyola Fernández de Jáuregui 1873-1951 Casado, Querétaro, Querétaro, México, con Leonor Urquiza Figueroa 1886-1939
  • F Luisa Loyola Fernández de Jáuregui 1874 Casada con Pedro José Campos Palma

Hermanastros y hermanastras

  • Por parte de Bernabé Loyola Vanegas (político)

con Dolores Fernández de Jáuregui Septién, nacida en 1854 - Querétaro, Querétaro, México, bautizada el 28 de septiembre 1854, fallecida

  • M Federico María Loyola Fernández de Jáuregui 1885-1931 Casado el 26 de mayo 1916, México, Capilla de la Inmaculada Concepción anexa al Templo de San Felipe de Jesús (San Cosme y San Damián), con María Soledad Escobedo Díaz de León 1892

Gubernatura derrotada

Siguiendo órdenes del presidente Victoriano Huerta, el general Joaquín F. Chicarro obtenía la “renuncia” de su predecesor en el gobierno.

El coronel Joaquín F. Chicarro sustituye al gobernador maderista Carlos M. Loyola. Julián Malo Juvera integra en Cadereyta una fuerza armada con 300 hombres de sus haciendas. Las fuerzas de Jesús Carranza y Pablo González toman la ciudad de Querétaro. De las tropas huertistas tomaron la ciudad de Querétaro, entre el 1o y el 2 de octubre, para imponer como gobernador al general Joaquín F. Chicarro.

A diferencia del segundo momento, signado por el ascenso de las huestes de Victoriano Huerta y por las posiciones divergentes de los principales protagonistas revolucionarios, emergieron nuevos apellidos, incluso la mayoría no nacidos en territorio queretano, como el general Joaquín F. Chicarro, que fue impuesto por Victoriano Huerta o el también general guanajuatense Federico Montes impuesto por Pablo González al triunfo de las fuerzas carrancistas. Federico Montes fue sustituido en un breve período por el químico queretano Luis F. Pérez, que si bien era profesionista, no provenía de las familias de abolengo porfirianas. Otro de los gobernadores que simboliza la emergencia de nuevos actores políticos fue Teodoro Elizondo, originario de Monterrey, Nuevo León, de filiación primero carrancista y después, villista; a éste siguió el mandato del potosino villista Gustavo Manuel Bravo. El único personaje nacido en Querétaro que asumió la gubernatura durante la etapa más álgida de la revolución fue el médico José Siurob Ramírez, (sobrino en tercer grado de Miguel Hidalgo y Costilla ), quien desdeñó la invitación que le hizo Victoriano Huerta para colaborar con él y, finalmente, Emilio Salinas. En este segundo momento el territorio se convirtió más que en un espacio donde se podían dirimir las diferencias internas, en un escenario capaz de soportar las fuerzas político-ideológicas en turno. 3. Y… los operarios y los intelectuales comenzaron a exigir mejoras Si bien el fin del porfiriato en Querétaro estuvo precedido por las huelgas de Cananea (1906) y Río Blanco (1907), “muy pocos miembros del gobierno de Porfirio Díaz, y él mismo menos aún, tenían algún presentimiento sobre la revolución mexicana de 1910 unos meses antes de su estallido; y nadie entonces podría haber adivinado la magnitud del diluvio que se avecinaba”. Para esto el Estado contaba con la opinión pública que, en Querétaro, trató de minimizar los acontecimientos: “[…] breve suspensión de trabajo de día y medio y que los asuntos laborales están por resolverse, ya que hay la mejor disposición para ello por parte de los patrones y obreros”. Pero los constantes paros o suspensiones de trabajo no pudieron ser contenidos, así que la huelga de los trabajadores de El Hércules, La Purísima y San José de la Montaña, estalló formalmente el día 8 de febrero de 1907. Ha trascendido que duró pocos días, apenas dos semanas, aquí lo relevante no fue la duración, sino el contenido de las demandas, ya que los operarios reclamaban la mejora de las condiciones de trabajo, el aumento de salarios (a 75 centavos ), jornadas laborales de ocho horas y, sobre todo, libertad para poder organizarse en torno a un sindicato. El conflicto obrero-patronal fue resuelto por la intervención del gobernador Francisco González de Cosío, que negoció con Cayetano Rubio, propietario de las textiles ciertas mejoras. Esta negociación fue bien vista por los operarios, ya que los obreros de El Hércules se adhirieron públicamente al gobernador. La respuesta a otra demanda de igual importancia, la de formar una la organización sindical que pudiera defender los derechos laborales, se quedó en el tintero, pero los operarios las fábricas textiles encontraron cabida en la agrupación.

Referencias

  1. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
   Archivo Histórico del Estado de Querétaro (AHEQ), Periódico Oficial La Sombra de Arteaga, enero 7 de 1907.
 El primer conflicto obrero-patronal de El Hércules que se tiene registrado data del 3 de mayo de 1877, cuando Cayetano Rubio anunció la reducción de los salarios en 25 por ciento: “El 12 de junio, se presentaron las fuerzas armadas a la fábrica para reprimir el movimiento de huelga; 350 obreros fueron despedidos y “expulsados” de Querétaro. Los “emigrados de Querétaro” encontraron refugio con sus hermanos textileros de Tlalpan (DF) de la fábrica de hilados La Fama. 1878. Se organiza el Gran Comité Central Comunero con filiales en varios estados, impulsada por el anarquista Francisco Zalacosta, que promoverá varias ocupaciones de tierras y, será fusilado en 1880 en Querétaro, cuando promovió una insurrección campesina”, Raúl Jiménez Lescas, Historia, precursores de la revolución, documento en línea: http://www.elsoca.org/index.php/tribuna-libre/historia/1538-historia-precursores-sociales-de-la-revolucion-mexicana [consultado en, noviembre de 2012].
 Prácticamente desde mediados del siglo XIX los salarios se mantuvieron sin incrementos, en 1822, en general, un trabajador de la zona central de México ganaba entre 25 y 50 centavos, en Querétaro el salario caía dentro de este rango, ya que era de 50 centavos por 10 horas de trabajo. A pesar de las reformas liberales de protección al trabajador contenidas en la Constitución de 1857, la cuestión del salario no recibió la atención debida, ya que se basaba la libre contratación y en la posibilidad de que el patrón fijara la duración de la jornada laboral y el salario. Elsa Treviño Cerda, El poder adquisitivo del salario mínimo en México. Tesis de grado. Texto completo: http://cdigital.dgb.uanl.mx/te/1020131310.pdf [consultado: octubre 2012].
 Ovidio González Gómez y Carmen Imelda González Gómez, El transporte en Querétaro en el siglo XX, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Instituto Mexicano del Transporte y Gobierno del Estado, Querétaro, 1992.
 AHEQ, Periódico Oficial La Sombra de Arteaga, agosto 28 de 1907.