Neuropedagogía
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La Neuropedagogía surge del estudio conjunto de la neurociencia y la pedagogía, y es la ciencia que analiza el desarrollo humano a partir de las características madurativas del sistema nervioso (hardware) y de los niveles de organización mental que pueden sostener (software). Surge en la segunda década del siglo XXI como respuesta a la incertidumbre generada por los modelos neuropsicológicos a la hora de explicar los problemas en el desarrollo. Las variables neuropsicológicas no permiten desarrollar un modelo de construcción de la mente. Éste obstáculo queda superado por el desarrollo del Modelo Neuropedagógico del Desarrollo Humano.
El Modelo Neuropedagógico del Desarrollo Humano es la representación del proceso de desarrollo de la mente en función de variables neurológicas y pedagógicas. Si bien otras variables como las neuropsicológicas, nos permiten entender sus manifestaciones, la dinámica de adquisición de los hitos del desarrollo se caracterizan por ser aprendizajes a partir de experiencias que acontecen sobre un sustrato biológico predispuesto a ello. Este modelo se basa en una serie de principios:
- Principio de imperativo biológico: el desarrollo depende de estructuras biológicas. Estas estructuras presentan un ritmo particular de maduración o receptividad, por lo que determinarán qué destreza o hito del desarrollo puede o no puede acontecer en función de su predisposición. Por ejemplo, un niño no comienza a caminar hasta determinada edad en la que las estructuras de su sistema nervioso están preparadas para sostener todos los procesos mentales propios de la bipedestación y la marcha.
- Principio de imperativo experiencial (pedagógico): el aprendizaje es la modificación del sistema nervioso a partir de la experiencia. La presencia de estas experiencias en los momentos receptivos o “sensibles” del sistema nervioso central permiten el desarrollo de las destrezas y determinan la representación mental del mundo. Si no se dan estas experiencias, por muy óptimo que sea el sustrato biológico no aparecerán las funciones, como en el caso de los niños que se desarrollaron más allá de los 7 años en entornos en los que no había exposición al lenguaje y a pesar de los esfuerzos terapéuticos posteriores, nunca lo desarrollaron.
- Principio jerárquico: los procesos de aprendizaje y la maduración cerebral se dan de forma progresiva, escalonada y dependen directamente de la etapa desarrollada previamente. Ambas evoluciones tienen un carácter jerárquico por lo que cuando hay una etapa, tanto biológica como pedagógica, no asentada de forma correcta, se comprometen las posteriores. Este compromiso es posible que sea poco evidente en edades tempranas, dado que el nivel de exigencias es limitado, pero se harán patentes conforme vaya avanzando el proceso de desarrollo.
- Principio integrativo: el modelo neuropedagógico explica el desarrollo ordinario, es decir, el que se da en cualquier niño. Las patologías y sus manifestaciones no se consideran como entidades estancas, sino como consecuencias de una ruptura o un mal asentamiento biológico-pedagógico. Siguiendo el principio jerárquico del modelo, este mal asentamiento compromete el asentamiento de las siguientes etapas y la adquisición de nuevas herramientas, iniciando un proceso “bola de nieve” en el que las problemáticas se hacen mas patentes al ir avanzando la edad y las demandas del entorno.