Julián Juvera

De borradopedia
Revisión del 01:16 21 sep 2015 de 187.139.22.118 (discusión)
(difs.) ← Revisión anterior | Revisión actual (difs.) | Revisión siguiente → (difs.)
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". José Julián Juvera Herrera (4 de septiembre de 1784, Atitalaquia, Hidalgo - 31 de marzo de 1860, Querétaro, Querétaro, México).— General de División el 23 de Febrero de 1847. Insurgente, originario de Atitalaquia nacido en el año de 1784. Bautizado el 6 de septiembre 1784. Soldado de los lanceros de Querétaro. Un general de caballería mexicana durante la Guerra México-Americana, Julián Juvera luchó en las batallas de La Angostura (Buena Vista) y El Molino del Rey. Juvera nació en Atitalaquia. Se unió al ejército español a una edad temprana

  • Profesión: oficial del ejército regular .Fue un soldado que nació Atitalaquia, Hidalgo. En 1810 fue miembro de los lanceros de Querétaro. Luchó en la Guerra de la Independencia. Juvera se convirtió en general de brigada en 1832. Él era activo en la guerra contra los Estados Unidos de América en 1847. Se convirtió en el Comandante General y un gobernador posterior de Querétaro. Juvera se convirtió en el general de división en 1847. Murió en la Ciudad de Querétaro. Julian Juvera luchó en las guerras por la independencia de México y en 1832 fue ascendido a general de brigada. Él mandó una brigada de caballería en el ejército del general Antonio López de Santa Anna.

Biografía

Insurgente. Nació en Atitalaquia, el 4 de septiembre de 1784. En 1819 al iniciarse la guerra de independencia era soldado de los Lanceros de Querétaro, uniéndose posteriormente a los insurgentes para activamente combatir por la causa. En 1832 ascendió a general de brigada y el 25 de febrero de 1841 a general de división. Al suscitarse la invasión norteamericana, lo combatió participando en la batalla de Molino del Rey, donde una carga de caballería a su mando hizo huir a los invasores, aunque después regresaron. Participó también en la Guerra de Reforma, auxiliando a los defensores de la plaza de Morelia cuando fue atacada por las fuerzas reaccionarias el 24 de noviembre de 1854. Fue comandante general de Querétaro y Gobernador de este Estado, en cuya capital murió el 31 de marzo de 1860.

Padres

  • José Leandro Juvera
  • Brígida Herrera

Casamiento(s) e hijo(s)

Casado con María del Carmen Gelati Fernández-Munilla 1825- (Padres : Antonio Gelati Castellanos & Manuela Fernández Munilla) con

  • María Antonia Juvera Gelati 1844-
  • Guadalupe Juvera Gelati 1846- casada el 7 de junio 1871 con José María Malo Guerrero 1842-1897

Intervención estadounidense (1847)

En las dos primeras grandes batallas de la intervención, que fueron las de Palo Alto y de Resaca, dadas los días 6 y 7 de marzo de 1846 respectivamente, no luchó el Batallón Activo de Querétaro, pero sí concurrió el queretano coronel de ingenieros Mariano Reyes, Comandante del Batallón de Zapadores, y quien dejó un documento precioso sobre esas acciones llamado “Visión de Palo Alto”. También intervendría en Monterrey en los primeros días de julio de ese año con el batallón queretano, el que quedó encuadrado en la Segunda Brigada que estaba a las órdenes del general Francisco Mejía. El comandante de los queretanos era José María Herrera. Los americanos atacaron Monterrey hasta el 19 de septiembre y fueron rechazados por los nuestros. Mientras tanto, el 17 de junio de 1846, el ex gobernador y ahora comandante general del Departamento de Querétaro, Manuel María Lombardini de la Torre, exhortaba a las tropas a su mando a mantener la unidad.


Archivo:José Antonio del Razo.png
José Antonio del Razo

Al finalizar 1846 eran diputados locales Vidal Martínez de los Ríos,Pablo Gudiño, Julio Contreras, Laureano Delgado, Abundio Corona,Esteban Díaz y Torres, Juan Manuel Fernández de Jáuregui, Francisco Diez de Marina, Juan Plata Rodríguez, José Antonio del Razo, Francisco Sámano, Antonio Montes, Trinidad Rodríguez e Ignacio Alvarado, que fueron diputados propietarios y algunos de ellos suplentes que entraron en funciones. Los suplentes que no entraron en funciones eran Esteban Soto, José María García Mariscal, Andrés Fuentes, Rafael Arcaute, Rafael Ugalde y Mariano Vázquez. Cabe destacar que casi todos eran profesionistas, sobre todo abogados. Como el Congreso del Estado estaba formado por hombres sin necesidades pecuniarias, donaron sus dietas para cubrir los gastos que originaba la guerra y en ese tenor diez diputados entregaron 300 pesos anuales y el resto de ellos de 100 a 150 pesos también anuales. Existía en el Tribunal Superior de Justicia la sala relativa a la tercera instancia y el fiscal (hoy procurador general de justicia) dependía del propio Poder Judicial.


El Gobierno del Estado de Querétaro, a través del secretario de gobierno Manuel M. Vértiz, reproduce en bandos una crónica del Diario Oficial del Gobierno Nacional en que se relatan los abusos cometidos por los norteamericanos en la ciudad de Monterrey, más que nada los cometidos por los voluntarios que sirven bajo las banderas de los EU y que eran peor que los comanches a decir de los cronistas de la época. La razón de dicho manifiesto del 12 de octubre de 1846 era advertir a la población queretana de los posibles peligros a que se enfrentaría en caso de que los norteamericanos llegaran hasta nuestro suelo. En el mismo mes y año hubo ciertas “alarmas y revoluciones” en contra de que Santa Anna continuara encabezando el gobierno y la defensa militar del país, por lo que le gobernador Francisco Berdusco emitió un decreto con fecha 23 de octubre para concientizar a la población de que sólo deberá reconocer a aquel como caudillo, entretanto se reuniera el Congreso Nacional y se eligiera presidente, por lo que si llegara al poder una persona diferente a Santa Anna o no nombrada por él, se desconocería su autoridad por habitantes y autoridades de Querétaro. También el Congreso del Estado lanzó un manifiesto con fecha 19 de diciembre de 1846 relatando la conducta criminal de los norteamericanos y exhortando a los queretanos a que concurran a auxiliar a la causa mexicana con trabajos personales, dinero efectivo o bienes en especie.


El gobierno encabezado por Valentín Gómez Farías, por medio de la ley 11 del 19 de noviembre de 1846, ordenó que todas las entidades federadas pagaran 15 millones de pesos,de los cuales le correspondían a Querétaro 1 millón, quedando el préstamo garantizado con los bienes de la iglesia católica, los que ordenaba inventariar. La Legislatura del Estado consideró a esa norma como inconstitucional y consecuentemente pidió su derogación. Además de esta exigencia se le pedía al gobernador equiparar convenientemente al Batallón Activo de Querétaro.


El gobierno mexicano, amenazante, exigía la publicación y ejecución de la citada ley, pero el gobernador Berdusco quiso recolectar el dinero por otras vías y sólo logró reunir 150 mil pesos, y como no lo dejaron recaudar más, tuvo que publicar la ley y designar funcionarios para hacerla cumplir. El pueblo de Querétaro, profundamente católico, se encrespó y la mañana del 18 de diciembre, fecha de publicación de la ley, hubo una manifestación de tres mil gentes frente al Palacio de Gobierno, en la Plaza de Independencia, pidiendo la derogación de la ley por considerarla impía. El comandante militar de Querétaro, general Pánfilo Barasorda, sólo tenía una compañía porque la mayoría de sus fuerzas estaban en la guerra, por lo que pidió al gobernador la fuerza local que se formaba de 300 hombres con los que tapó la entrada de la Calle del Biombo, de la Congregación y la de la Verónica, así como el frente de Palacio y esperó reacciones de los alzados. Éstos podían salir por la Calle de Posadas, la de Don Bartolo o por el callejón Ciego; Barasorda no atacaría si no era atacado, y al recibir agresiones con piedras y armas de fuego y ver la desproporción de fuerzas de diez contra uno, tocó retirada no sin antes ordenar dos descargas contra los amotinados, lo que dió como resultado varios muertos y heridos. Los bienes eclesiásticos quedaron a salvo, el ejecutivo local envió a la capital del país los 150 mil pesos que tenía y explicó al pueblo queretano que nunca pretendió aplicar la ley pero que hubo incitadores a quienes culpó de lo sucedido.


Junto con todas las tropas nacionales, el batallón queretano quedó acantonado en San Luis Potosí al mando del teniente coronel Ignacio Urdaeta, quien contaba entre sus hombres con el general Julián Juvera, el ingeniero Mariano Reyes, el entonces capitán Tomás Mejía, el capitán Vicente Quiroz, quien por cierto quitó a los invasores una de las tres banderas que se expusieron por muchos años en el Museo Nacional, lo que le valió ser vitoreado por el mismo general en jefe Santa Anna el día 22 de Febrero de 1847. Al otro día, el batallón Activo de Querétaro, en el segundo día de acción, perdió la mitad de sus hombres a pesar de que era disciplinado y valiente. En recompensa recibieron sus integrantes la Medalla de la Cruz, máxima presea que otorgaba el Estado Mexicano.


En Churubusco no combatió dicho batallón, pero en tal lugar se cubrió de gloria el queretano y teniente coronel Francisco Peñuñuri, con mucho el máximo soldado que dió Querétaro en esa guerra y por ello, el 29 de enero de 1856, el presidente Ignacio Comonfort decretó la construcción de un monumento fúnebre en el convento de Churubusco y se depositaran en él las cenizas de Peñuñuri. Dicha orden no fue cumplida por el gobernador del Distrito Federal y todavía los restos del queretano se encuentran en el sitio donde originalmente se sepultaran, exactamente bajo el púlpito de la nave de la iglesia del convento antes dicho. El Batallón de Querétaro quedó en San Luis Potosí al regresar de la batalla de la Angostura, formando parte de la División del Norte al mando del general Gabriel Valencia. Después se dirigieron sucesivamente al Valle de México, al Peñón de los Baños, al Pedregal de San Ángel y también da la magnífica batalla de Padierna. En Chapultepec le tocó guarecer las alturas del castillo y sufrió bajas tales que quedó reducido a ochenta hombres, los cuales finalmente llegaron a Querétaro acompañando al presidente José Joaquín Herrera, de los cuales catorce venían heridos. Un total de quinientos ochenta queretanos perdieron la vida luchando en aquella batalla, según el dicho del historiador local Fernando Díaz Ramírez.


Archivo:Francisco de Paula Mesa(1).png
Francisco de Paula Mesa, Último mayordomo del Convento, sala de juntas de la congragación de Nustra Señora de Guadalupe, siglo XIX.

A pesar de la guerra fueron convocadas las elecciones a través de electores de distrito y resultó electo gobernador de Querétaro, Francisco de Paula Mesa, siendo el gobernador saliente el primero que en la historia del Estado de Querétaro informara a la Legislatura y al pueblo de su gestión a través de una pequeña memoria escrita.


Entre sus logros principales se encuentra restablecer el Tribunal Superior de Justicia, organizar la Dirección General de Rentas con oficinas en Querétaro, San Juan del Río, Cadereyta, San Pedro Tolimán y Jalpan, y haber convocado a elecciones de diputados federales y locales. También fundó el primer periódico oficial del gobierno local: “La Columna de la Libertad”, que se publicaba todos los viernes y que constaba de la llamada sección oficial y otra denominada “Variedades” y de un folletín donde se publicaba por partes el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana. También destaca el esfuerzo de crear un camino decoroso a la Sierra Gorda. Desde el 1 de febrero de 1847, los estados de Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Querétaro se coaligaron para sostener al gobierno federal en la guerra y declararon subversivo cualquier pronunciamiento que lo debilitara. La Legislatura del Estado a su vez, declara que se opondrá a los actos del gobierno federal que tiendan trastocar la soberanía queretana.

Fuentes (recomendado)