José Linares (Jurisconsulto y ex-Gobernador de Querétaro)

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Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". José Linares (¿San Luis Potosí?, 1806 — México, D. F., 13 de agosto de 1886). — Jurisconsulto y ex-Gobernador de Querétaro. — Murió en México el 13 de Agosto. —en contradicción con su postura anterior— reconoció al Imperio e incluso llegó a ser consejero del Emperador.

Biografía

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Coronel José Linares

El Segundo Imperio

En este extenso artículo analizo el periodo denominado Segundo Imperio Mexicano cuyo origen parte del final de la Guerra de la Reforma y la búsqueda de los conservadores mexicanos de un candidato monárquico acorde con sus intereses. Este cargo recaerá en el Archiduque Maximiliano de Habsburgo que contará con el apoyo del Emperador Napoleón III de Francia. La llegada de Maximiliano I y de Carlota a México con el apoyo del ejército francés no supondrá el fin del conflicto mexicano entre los conservadores monárquicos y los liberales republicanos. Las tropas de Benito Juárez, a pesar de las derrotas iniciales, no se van a rendir y continuarán combatiendo hasta que el ejército francés abandone México y Estados Unidos apoye financiera y militarmente a la república liberal mexicana. Desde el punto de vista institucional, el Segundo Imperio Mexicano, realizó una ingente labor legislativa que pocas veces se pudieron llevar a la práctica debido a la guerra o a la oposición de los conservadores y al escaso tiempo que duró dicho Imperio. Cabe destacar, en este sentido, que no se llegó a elaborar una Constitución sino una Carta Otorgada o Estatuto por lo que el pueblo no era el soberano de su destino sino que era el Emperador quien representaba la Soberanía Nacional y, además, Maximiliano y Carlota intervenían en política al ser el presidente y la regente del Consejo de Ministros. Otra institución era el Senado, en donde estaba representada la aristocracia y la jerarquía eclesiástica mexicana y el estamento militar. Casi todos los miembros del Senado eran elegidos directamente por el Emperador Maximiliano. Se podría decir que Maximiliano regía los destinos de México a modo de un monarca de la Europa ilustrada de fines del s. XVIII.

Consejero del II Imperio

Traslación de Maximiliano, los de su familia, Miramón y Mejía al ex convento de Capuchinas y principio del proceso. Se les puso incomunicados. Se organizó e instaló el Consejo de Guerra compuesto de los siguientes, elegidos por Escobedo: presidente, coronel Rafael Platón Sánchez; vocales, capitanes José Vicente Ramírez, Emilio Lojero, Ignacio Jurado, Juan Rueda y Auza, José Verástegui y Lucas Villagrán; asesor, abogado Joaquín María Escoto; fiscal, abogado coronel Manuel Aspíroz y escribano, soldado Jacinto Meléndez. Procedióse luego a la inquisitiva, que fue la siguiente:

Trasladado el ciudadano fiscal, conmigo el escribano, a la prisión militar establecida en el ex convento de Capuchinas, hizo comparecer ante sí y el escribano que subscribe a uno de los presos, quien: Preguntado por su nombre, origen, edad y demás generales de la ley, respondió: que está pronto a contestar a todo con franqueza y lealtad; pero que le parece de su deber observar, que en el caso de un proceso, cree deber tener, conforme a la ley, el derecho de pedir se le presente la acusación por escrito que se ha hecho de él, y el término de tres días para estudiarla y elegir abogado que le defendiese; y en segundo lugar, que no cree competente al Consejo de Guerra para juzgarle, porque los cargos que podían hacérsele, son del orden político, y que por la posición que ha tenido en el país, desde hace tres años, le pone, según cree, fuera de la competencia de un tribunal militar. Añadió y pidió: que no se tomasen sus palabras, ni el no haber contestado categóricamente a la pregunta que acaba de hacérsele, como efecto de falta de calma o de ideas pequeñas, sino de derechos que juzga tener y usa en su defensa legal. El ciudadano fiscal dijo entonces al preso, que tiene delante: que acepta el ofrecimiento que acaba de hacérsele de responder a todo con franqueza y lealtad y en tal virtud, por segunda vez, le pregunta por su nombre, origen, edad y demás circunstancias de ley, a lo que respondió el preso: que se llama Fernando Maximiliano José, nacido en el palacio de Schoenbrun, cerca de Viena, el seis de julio de mil ochocientos treinta y dos, como archiduque de Austria, príncipe de Hungría y Bohemia, conde de Habsburgo y príncipe de Lorena, y que llevó desde hace tres años ha, hasta la publicación de su abdicación, el título de emperador de México, con el nombre de Maximiliano. Preguntado por el motivo y circunstancias de su prisión, respondió: que está preso por haber sido emperador de México, y que las circunstancias del acto de su prisión, fueron las siguientes: que en el Cerro de las Campanas, considerando que la prolongación del combate habría sido causa de que se derramase más sangre (6), inútilmente, hice enarbolar bandera blanca y tocar parlamento; en cuya consecuencia vino un general, cuyo nombre no recuerda, a quien se entregó para que lo condujese a la presencia del general en jefe de los sitiadores, el cual lo excitó a que rindiera la espada, como lo hizo en sus manos el declarante. Preguntado por qué motivos vino al país, respondió: que siendo ya ésta una cuestión política, cree no poder contestar sin consultar previamente documentos relativos que tiene en su poder. Interpelado para que diga lo que recuerda con exactitud, respecto de los motivos de su venida a México, respondió reproduciendo el dicho anterior. Vuelto a interpelar para que responda categóricamente sobre los motivos de su venida al país hasta donde se lo permita la memoria, respondió: que siendo ésta una cuestión política, cree que su conciencia no le permite responder a ella ante un juez militar ni antes de consultar los papeles que ha dicho. Preguntado dónde existen los documentos o papeles a que se refiere, respondió: que según las órdenes que dio, deben estar hoy en las manos del ministro de Prusia, acreditado cerca de él y residente en México. Preguntado con qué título se ha llamado emperador de México, respondió en los mismos términos que antes, por ser esta también cuestión política. El ciudadano fiscal, en vista de su negativa, le formuló por otras dos veces la pregunta anterior, y en ambas Maximiliano dio una respuesta idéntica a la que precede. Entonces pasó el fiscal a preguntarle: por qué motivo había hecho la guerra a la República Mexicana. A lo que respondió: que siendo esta pregunta también política, no podía contestar a ella por las mismas razones antes expuestas. El fiscal repitió otras dos veces la misma pregunta, y las dos Maximiliano reprodujo su respuesta. En seguida el fiscal lo excitó de nuevo a que contestara a las preguntas hechas y a otras del mismo carácter que deben hacérsele, advirtiéndole que su contumacia no le daría más resultado que renunciar él mismo a su defensa, y poner al juez en el caso duro, pero inevitable, de juzgarle en rebeldía, conforme a las leyes generales de México y a las particulares que deben gobernar la formación de este proceso: esto es, tanto las del fuero común como las militares; a lo que Maximiliano respondió: repitiendo, que la conciencia y la falta completa de documentos, no le permite contestar a preguntas meramente políticas, por ahora; tanto menos, cuanto que no cree poder atribuir competencia para juzgarlo a un tribunal militar. Y no pudiendo adelantar más el fiscal en la averiguación presente, la dio en este punto por suspensa, y concedió a Maximiliano un término que se vencerá mañana a las diez del día, para volverle a interrogar después del tiempo necesario para la meditación. Y para que conste lo firmó con Maximiliano y el escribano que subscribe.

Tiempo posterior

José Linares se quedó en San Luis Potosí —en contradicción con su postura anterior— reconoció al Imperio e incluso llegó a ser consejero del Emperador.

Fallecimiento

José LINARES,-.Distinguido jurisconsulto y político mexicano, que fue Gobernador del Estado de Querétaro, murió en México, D. F., el 13 de agosto de 1886, y cuya esposa legó los bienes.

Jurisconsulto y político mexicano del siglo XIX. Gobernador del estado de Querétaro. Heredó su fortuna a su esposa Loreto Casanova quien, al morir, ordenó que sus bienes se aplicaran a obras de beneficencia pública, naciendo así el Asilo de mendigos y el Asilo de las Madres Salesianas.