Iscurso de Franklin D. Roosevelt sobre la Segunda Carta de Derechos
Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". El Discurso de Franklin D. Roosevelt sobre la Segunda Carta de Derechos es un famoso discurso elaborado por el entonces Presidente de los E.E.U.U. Franklin D. Roosevelt el 11 de enero de 1944. En el que se establecerían los siguientes derechos económicos y sociales:
- Derechos económicos contra los monopolios
- Derechos contra las operaciones fraudulentas
- Salarios dignos
- Seguridad social
- Cuidados médicos
- Vivienda
Antecedentes
Debido a la crisis económica-financiera que se enfrentaba EE.UU. en la década de 1930, y la necesidad de una paz duradera previendo la victoria de la Segunda Guerra Mundial, llevó al Presidente Franklin D. Roosevelt a proponer la Segunda Carta de Derechos.
El discurso
Es nuestro deber ahora empezar a planear y determinar la estrategia para lograr una larga paz y lograr una América con un nivel de vida más alto de lo antes nunca conocido. No podemos estar satisfechos, no importa cuan alto sea el nivel general de la vida de los ciudadanos pueda ser, si hay una fracción del pueblo, aunque sea -un tercio, o un quinto, o un décimo -, sería un dilema alimentario, de vestimenta, de vivienda, y de seguridad. Esta República tuvo su comienzo, y creció hasta su presente grandeza, ante la protección de ciertos inalienables derechos políticos, entre ellos la libertad de hablar, de prensa, de trabajo, juicio por jurados, libertad, y también libertades irracionales por la búsqueda de incautaciones. Estos fueron nuestros derechos de vida y libertad. A modo que nuestra nación ha crecido en tamaño y estatura, así como nuestra industria económica se expandió, estos derechos políticos se mostraron inadecuados para asegurarnos igualdad en la prosecución de la felicidad. Debemos llegar a una clara realización en el hecho de que una verdadera libertad individual no puede existir sin una seguridad económica e independiente los “Hombres necesitados no son hombres libres”. La gente que está hambrienta y sin trabajo, es la materia de la que se hacen las dictaduras. En nuestros días estas verdades han sido aceptadas por su misma evidencia. Hemos aceptado hablar, sobre una segunda Carta de los Derechos, por la cual la seguridad y prosperidad se pueda establecer para todos –sin tener en cuenta el tiempo, la raza o el credo. Entre estos derechos estarían: El derecho a un trabajo útil y bien remunerado en: industrias, granjas, o minas de la nación; De ganar lo suficiente para proveer adecuadamente comida, vestido y recreación; El derecho de todo granjero de cultivar y vender sus productos, por los que obtendrá lo suficiente y decente vida para él y su familia; El derecho de los empresarios y hombres de negocios, grandes o pequeños, de comerciar en una atmósfera de libertad a una desleal competición y dominación por monopolios de dentro o de fuera; El derecho de toda familia a una vivienda decente; El derecho a una adecuada seguridad médica, con la oportunidad de gozar de una buena salud; El derecho a una vejez sin penurias, con protecciones ante la enfermedad, los accidentes, y el desempleo; El derecho a una buena educación; Todos estos derechos desprenden seguridad. Y después que ganemos esta guerra debemos estar preparados para movernos adelante, en la implementación de estos derechos, la nueva meta de la felicidad humana y el buen vivir. América tiene un lugar para todos estos derechos, y el mundo depende en gran medida sobre que estos derechos y otros similares se realicen en la práctica, para todos nuestros ciudadanos. Sin esta seguridad en nuestro país, no habrá una paz duradera en el mundo.
Véase también
Referencias
http://en.wikipedia.org/wiki/Second_Bill_of_Rights
Enlaces externos
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