Eduardo Luque Loyola "El Zorro" (Gobernador Interino de Querétaro)

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Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Eduardo Luque Loyola (Querétaro, Querétaro, 5 de septiembre de 1910 - 3 de abril de 1993) fue un gobernador interino del estado de Querétaro durante 5 meses y 3 semanas en 1949 tras el gobierno de Agapito Pozo Balbás. Gobernador interino del Estado de Querétaro en 1949 pues contaba con la amistad de Agapito Pozo Balbás. Es tío de la Sra. Carmelita Luque García quien se casó con el Sr. Salvador Alcocer Pozo formando la familia Alcocer Luque de Querétaro. También es tío de la familia Luque Feregrino.

Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129". Nació en la Ciudad de Querétaro el 5 de septiembre de 1910. Obtuvo la licenciatura en Derecho por la UNAM en 1935. Fue simultáneamente Procurador de Justicia en el estado y catedrático del Colegio Civil. Fue electo diputado federal en 1943 y senador en 1948. Tras la inesperada muerte de uno de los ministros de la Suprema Corte de Justicia, el presidente Miguel Alemán designó al gobernador Agapito Pozo para ocupar la vacante. Eduardo Luque fue seleccionado para terminar el periodo del gobernador Pozo. Ocupó el cargo del 9 de abril al 30 de septiembre de 1949. En este breve lapso fundó el Cuerpo de Bomberos y atendió las instituciones de beneficencia y todos los municipios. Concluido el interinato se reintegró el Senado, del cual fue presidente. Luego, fue abogado litigante y asesor jurídico de varias dependencias federales. En 1960 fue electo diputado federal por segunda ocasión y, en 1964, senador, también por segunda vez. Luego se retiró a la vida privada.

Su primo Francisco Ramírez Luque también fue gobernador de Querétaro en 1923, aunque por sólo 2 meses y medio.

Interinos y sustitutos (Competencias de horas)

Treinta y cuatro días serán los que Jorge López Portillo gobernará Querétaro, después de ser nombrado gobernador sustituto por la Legislatura Local. Su periodo, será similar al de Fernando Díaz Ramírez quien se desempeñó como gobernador interino en 1927; ambos etapas empatan en el séptimo lugar de los gobernadores que menos tiempo han ejercido el cargo público más importante en la entidad desde el año 1917. El 27 de octubre de 1927, fue nombrado como gobernador interino, Fernando Díaz Ramírez a la corta edad de 22 años. Esto ante la ausencia del entonces gobernador Constantino Llaca Nieto. Treinta y cinco días después, el primero de octubre de 1927, el también ex rector y fundador de la Universidad Autónoma de Querétaro dejó el cargo a Abraham Araujo, quien gobernó hasta 1929.

Exactamente 88 años después, el jueves pasado, José Eduardo Calzada Rovirosa solicitó licencia definitiva para dejar el cargo de Gobernador del estado. Dejando como sustituto, al secretario de Gobierno, Jorge López Portillo, quien, al igual que Fernando Díaz Ramírez, dejará el cargo el 1 de octubre. Para dar paso a la administración del panista, Francisco Domínguez Servién.

Para que en la entidad se presentara un gobierno interino o un gobernador sustituto, tuvieron que pasar 66 años. La última ocasión en la que se presentó un relevo en la gubernatura, fue en 1949 cuando Eduardo Luque Loyola sustituyó a Agapito Pozo Balbás. Eduardo Luque estuvo al frente de la gubernatura durante 75 días, del 1 de octubre al 15 de diciembre.

Los relevos en la gubernatura del estado fueron comunes en la primera mitad del siglo XX, después de que se proclamara la constitución política de 1917. Algunos de éstos fueron tan cortos como un viaje a la ciudad de México.

Quien ostenta el record de ser gobernador del estado por menos tiempo, de 1917 a la fecha, es Fernando de Ávalos, quien estuvo al frente de la gubernatura estatal durante cinco horas. El 15 de diciembre de 1923 sustituyó a Francisco Ramírez Luque, quien fue desaforado por la legislatura local, provocando que tuviera que nombrarse un Gobernador provisional. Se eligió a De Ávalos por ser presidente del Poder Judicial del estado.

En segundo lugar se encuentra Alfonso Ballesteros Ríos, quien fue gobernador durante un día en el año de 1925, cuando Constantino Llaca Nieto lo dejó al frente de la entidad. Un día después, la Legislatura nombró a Agustín Herrera Pérez como gobernador interino y su periodo como gobernador fue de tan sólo dos días; del 18 al 20 de junio. Herrera Pérez ocupa el cuarto lugar.

En tercer lugar se encuentra José B. Alcocer, quien suma 27 horas como gobernador del estado en dos ocasiones. La primera de ellas fue en 1929 cuando la Legislatura lo eligió como sustituto al ser Presidente del Tribunal de justicia del estado. Sustituyó como gobernador interino a Abran Araujo, tras ser desaforado por la Legislatura estatal; en esa primera ocasión duró sólo tres horas en el cargo.

La segunda ocasión se presentó un año después, cuando el entonces gobernador Ángel Vázquez Mellado también fue desaforado por la Legislatura y nuevamente nombraron a Alcocer como gobernador interino. En esta ocasión, Alcocer fue gobernador durante 24 horas.

En quinto lugar se encuentra la gubernatura de Antonio Pérez Alcocer, quien en 1931 estuvo en el cargo durante 5 días, del 26 de septiembre al 1 de octubre. Seguido Fernando N. Villarreal González, que duró 10 días en 1920, del 18 al 28 de mayo.

El séptimo lugar lo ocupan Jorge López Portillo, actual gobernador, y Fernando Díaz Ramírez, con 35 días, ambos del 27 de agosto al 1 de octubre pero con 88 años de diferencia. López Portillo Tostado en 2015 y Fernando Díaz Ramírez en 1927.

Biografía

EL PRIMER CONTACTO CON LA POLÍTICA

Eduardo Luque Loyola nació en la ciudad de Querétaro el 5 de septiembre de 1910, siendo hijo de Rafael Luque y Lourdes Loyola.

Realizó sus estudios primarios en el Centro Educativo y en el Colegio Anaya, donde tuvo de compañero de banca a Octavio Mondragón, que al paso del tiempo vendría a ser su mayor contrincante político.

Cursó el bachillerato en Ciencias Sociales en el Colegio Civil, con la idea de estudiar la licenciatura en Derecho en la Universidad de México.

En su juventud destacó como deportista, perteneciendo a equipos de fútbol y básquetbol que fueron campeones estatales e, individualmente, obtuvo primeros lugares en disciplinas tan singulares como bala, disco y martillo y un tercer lugar en el lanzamiento de jabalina.

Su primer contacto con la política y su primo Francisco Ramírez Luque

"Desde muy chico me gustaron los retos", decía. Su primer contacto con la política se dio en su infancia, cuando un primo hermano suyo, el diputado Francisco Ramírez Luque triunfó en las elecciones, abanderado por el Gran Partido Liberal.

Con nula experiencia política y con apenas 25 años de edad, asumió la gubernatura en los tiempos difíciles de la Revolución. El 15 de diciembre de 1923, dos meses y medio después de su protesta y una vez que se declaró partidario de don Adolfo de la Huerta, el presidente Álvaro Obregón ordenó al comandante militar de Querétaro que lo aprehendiera y lo condujera a la Zona Militar, en tanto que los diputados tramitaban su desafuero.

Huyó a la capital del país, donde se integró al equipo del general Ángel Flores, que peleaba la presidencia de la República al general Plutarco Elías Calles.

Y lo acompañó durante su recorrido proselitista por Querétaro.

Seducido por primera vez por la política, Eduardo Luque acudió a la vieja estación de ferrocarriles de 'la otra banda', acompañado de varios compañeros de la secundaria.

En la mente del pequeño, quedaron grabadas las sangrientas escenas que se sucedieron una vez que su primo y todo el contingente que acompañaba al candidato cruzaron el puente de La Revolución con destino al centro de la ciudad.

Platicaba Luque Loyola: "El jefe de la policía, enviado por el gobernador Joaquín de la Peña, se acercó en un caballo y ordenó a unos gendarmes que abrieran fuego contra Ramírez Luque y sus acompañantes.

Desconcertados, los policías se quedaron inmóviles, lo que provocó la ira de su superior.

"¡Así se dispara, cabrones!", les gritó, al momento que descargaba tres balazos sobre mi primo".

La manifestación se dispersó y pronto la fiesta se convirtió en una tragedia.

Ramírez Luque quedó gravemente herido en el estómago, muriendo en el trayecto a la ciudad de México.

"Este trágico acontecimiento sería mi primer contacto con la política", escribiría Luque Loyola en sus memorias.

HUYENDO DEL 'SALVAJE' SATURNINO

Siendo estudiante del Colegio Civil, Luque fue electo por sus compañeros como su representante.

Con facilidad de palabra y un gran carisma, ocupó varios cargos de representación.

Fue presidente de la Federación Estudiantil, presidente del Comité Vasconcelista en Querétaro y delegado de la Confederación Nacional de Estudiantes.

En 1932, durante la 'osorniada', cuando se produjo la clausura del Colegio Civil, Eduardo Luque fue comisionado por la Confederación Nacional de estudiantes para hablar con el gobernador Saturnino Osornio y solicitarle, a nombre de la comunidad estudiantil, que reabriera el plantel.

Con un oficio firmado por la directiva de la Confederación, Luque acudió al Palacio de Gobierno (entonces ubicado en la Casa Mota) y solicitó una audiencia con el mandatario para exponerle la encomienda.

Nunca recibió respuesta.

Con la temeridad que da la juventud y haciendo caso omiso a las historias de autoritarismo que se contaban del gobernante, decidió esperar en las escaleras para abordarlo una vez que saliera de sus oficinas para ir a comer.

En sus memorias, Luque narra con lujo de detalles este encuentro que causó revuelo nacional: "En cuanto lo ví bajar, me acerqué y le entregué el oficio.

Él lo tomó y lo veía una y otra vez sin decir palabra, hasta que el delegado de Salubridad, el doctor Antonio Flores Hernández, un amigo de su confianza, le quitó la hoja y la leyó.

–El compañero viene a solicitarle que reabra el Colegio Civil, le dijo.

Osornio, volviéndose hacia mí, me preguntó: -Y a usted, ¿quién lo envía?...

"Vengo en nombre de al Confederación Nacional de Estudiantes, gobernador", le respondí titubeando.

–Los estudiantes no sirven para nada, me replicó.

Y, entonces, refutándolo, le di los nombres de tres o cuatro egresados del Colegio Civil que en esos momentos ocupaban importantes cargos en la capital del país.

–Lo siendo jovencito, yo nunca he estado en la escuela y sin embargo soy gobernador de Querétaro, me comentó sarcástico.

Y, dicho esto, me devolvió mi papel y con él todas las esperanzas que habíamos puesto en ver reabierto nuestro centro de estudios".

Cabizbajo, Luque Loyola se dirigió a la Confederación y les platicó, palabra por palabra, su encuentro con el mandatario.

Al día siguiente, con gran asombro, Querétaro leyó a ocho columnas el siguiente encabezado en un periódico de circulación nacional: "Yo nunca he ido a la escuela y sin embargo soy gobernador de Querétaro: Saturnino Osornio".

Esta publicación marcaría el exilio de Eduardo Luque de su tierra natal.

Al menos durante lo que restaba del gobierno de Saturnino Osornio… REGRESO CON RODRÍGUEZ FAMILIAR Casado en 1934 con Rebeca Feregrino, Luque Loyola comenzó a ver la vida con una óptica diferente.

Obtuvo su primer trabajo como pasante de Leyes con el mayor José Pérez Tejeda, jefe de las Comisiones de Seguridad, gracias a la intervención de su paisano, el coronel Ramón Rodríguez Familiar.

Una mañana de ese 1934, Luque recibió la inesperada visita de su amigo y compadre, Jesús Veraza.

De manera apresurada le dijo que lo invitaba a integrarse a la campaña de Rodríguez Familiar.

Luque declinó, argumentando que se encontraba preparando su tesis.

–Tú tienes muchos amigos entre los jóvenes y nos puedes ayudar mucho.

Después te regresas, insistió.

Luque recordaba: "Eran como las siete de la mañana y en esos momentos llegaba a mi casa el lechero, quien me venía a cobrar que le pagara diez días atrasados.

De modo que ante la urgencia de Jesús por resolverle y la cobranza del lechero, apenas atiné a contestarle a mi compadre: -Pues, págale al lechero y nos vamos a Querétaro.

Enseguida le pagó e hice mis maletas para regresar a mi tierra natal.

Jamás imaginé que esta decisión tan espontánea, vendría a cambiar diametralmente mi vida".

En octubre de 1935, al asumir el gobierno de Querétaro Rodríguez Familiar, Luque desechó los planes de integrarse al despacho de su maestro, el licenciado Gabriel García Rojas y se incorporó a la administración local como presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, participando activamente en la fundación de la Federación de Ligas del Sector Popular (de la que fue electo dos veces secretario general) y en la organización del sector obrero, que quedó integrado en dos fuertes grupos: la Federación de Trabajadores de Querétaro y la Confederación de Trabajadores de México.

Urgido por el gobernador para que se titulara, regresó a la ciudad de México para presentar su examen profesional el 7 de diciembre de ese 1935, recibiendo su título doce días más tarde.

De regreso en Querétaro, el flamante abogado fue nombrado por Rodríguez Familiar como procurador de Justicia del Estado.

Tenía 25 años de edad.

"Las vacas flacas habían quedado atrás.

Ahora comenzaban los tiempos de bonanza", recordaba.

Nunca supo de dónde y por qué lo bautizaron como "El Zorro", pero a partir de esta época lo adoptó con agrado.

"Creo que me bautizaron así por ser, precisamente, muy Zorro", bromeaba.

OTROS CARGOS DE ELECCIÓN POPULAR

En el año de 1936 contendió por primera vez para un cargo de elección popular: diputado local por Amealco.

Durante su primer campaña política -la primera de una larga lista que encabezó- se desarrolló un curioso incidente que, con el paso de los años, se convirtió en una graciosa anécdota que el gustaba revivir.

"Estábamos en la plaza central -contaba-, cuando uno de los integrantes de la comitiva invitó a los amealcenses para que a mi paso gritaran: "¡Viva Luque!, ¡Viva Luque!".

Ellos, con un escaso dominio del español, accedieron con gusto.

Y de este modo, cuando pasé junto a ellos, este grupo de personas gritó con todo su entusiasmo: "¡Viva el Pulque!, ¡Viva el Pulque!".

Y, naturalmente, salí triunfante en esas elecciones".

En 1943 resultó electo, por primera vez, diputado federal por el primer distrito.

Y tres años más tarde, también por primera vez, obtuvo su primer escaño como senador por Querétaro.

En el Senado, aquella ocasión, tuvo como compañeros a los licenciados Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, así como al dirigente obrero, Fidel Velásquez Sánchez y al futuro regente del Distrito Federal, Ernesto P.

Uruchurtu, con quienes cultivó una cercana amistad.

CON LA GUBERNATURA CASI EN LA BOLSA

Una de las más grandes aspiraciones políticas de Eduardo Luque fue llegar a gobernar Querétaro.

Y en 1949, con el apoyo del presidente Miguel Alemán y del gobernador Agapito Pozo, estuvo a un paso de lograrlo.

Sin embargo, una deuda política que habían acordado el licenciado Pozo, entonces aspirante al gobierno estatal y el doctor Octavio Mondragón, secretario de Asistencia y médico personal del presidente Ávila Camacho, en el sentido de que lo apoyaría para sucederle, evitaría que este anhelo de Luque se consumara.

Al menos de la manera en que lo deseaba… Con la aprobación del presidente Alemán, el gobernador Pozo olvidó su compromiso y comenzó a operar políticamente a favor de la candidatura de Luque Loyola.

Enterado de la traición, Mondragón Guerra acudió al ex presidente Ávila Camacho para ponerlo al tanto de la situación.

Don Manuel, contrariado por la acción, le reiteró su apoyo.

Aún cuando tuviera que acudir directamente al presidente Alemán para solicitárselo.

Comprometido con aceptar la imposición de Octavio Mondragón -no podía negarle el favor a quien lo había llevado a la presidencia-, Miguel Alemán buscó dar al conflicto una salida en la que quedara claro que su candidato era Luque Loyola y, así fuera por unos meses, él llegaría a ser gobernador.

Aún contra su voluntad…

GOBERNADOR INTERINO: UN CARGO NO DESEADO

Invitado por el presidente nacional del PRI, el general Rodolfo Sánchez Taboada, Luque Loyola asistió al hotel El Jacal de Querétaro a un acto en apoyo a la candidatura del doctor Octavio S.

Mondragón Guerra.

Su presencia, se le había insistido, era primordial, ya que sería interpretada como un acto de disciplina y solidaridad.

Acompañado por sus amigos Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, Luque 'tragó polvo' hizo acto de presencia, sumando puntos a su favor.

La inminente salida de Agapito Pozo, para ocupar el cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, era ya un secreto a voces y, por consiguiente, fue la comidilla de todos los asistentes.

Concluida la reunión, Sánchez Taboada mandó llamar a Luque y, a bocajarro, le dijo: -Senador, el presidente Alemán quiere que usted quede como gobernador interino de Querétaro.

La noticia, cayó como balde de agua fría al político queretano.

"Lo siento, no quiero, no me conviene –le dijo.

Ya lo he platicado con el licenciado Pozo e, inclusive, le he sugerido que nombre a su secretario de Gobierno, el licenciado Cosme Vázquez Mellado".

Contrariado por la reacción, Sánchez Tabeada repuso con tono enérgico: "Lo siento Luque, la decisión ya está tomada.

El presidente así quiere que sea, pues sólo usted le garantiza unas elecciones pacíficas y la buena conclusión del gobierno del licenciado Pozo".

Desesperado y resistiéndose hasta el último momento a aceptar semejante 'distinción', Eduardo Luque acudió al secretario de Gobernación, don Adolfo Ruiz Cortines, para externarle su preocupación.

"No se preocupe por su futuro -trató de calmarlo el hombre que años después sería presidente de México- legalmente, de acuerdo con la Constitución local, un gobernador interino no está impedido para aspirar a la gubernatura constitucional, siempre y cuando no sea en el periodo inmediato.

Acepte, usted puede aspirar más adelante, con todas las garantías constitucionales, a volver a gobernar a su estado".

Con estos argumentos, aparentemente convincentes, Luque aceptó.

La mañana del 9 de abril de 1949, el senador Eduardo Luque Loyola rindió protesta como gobernador interino de Querétaro, en una sencilla ceremonia realizada en la sede del Congreso del Estado, ante su amigo, el gobernador con licencia Agapito Pozo Balbás, y de los diputados integrantes de la XXXV Legislatura local.

En su primer mensaje, el flamante ejecutivo queretano hizo un llamado a las fuerzas vivas de la entidad y a sus colaboradores para trabajar honestamente, tratando de cumplir la elevada misión que le había sido encomendada.

Con la idea de ser solo -según su propias palabras- "el cuidador de Palacio" y con el deseo de concluir la obra progresista iniciada por su antecesor, sin pretender realizar obras extraordinarias ni contraer deuda pública, Luque Loyola encaró al tiempo ("mi peor enemigo", aseguraba) y gobernó a los queretanos durante 174 días.

Hasta el 30 de septiembre de 1949.

Fallecimiento y su casa

El licenciado Eduardo Luque Loyola falleció en la ciudad de Querétaro, el sábado 3 de abril de 1993, a la edad de 83 años. Sus restos reposan en el Panteón Municipal de la ciudad de Querétaro.

Casa

En su casa de la avenida Ezequiel Montes, esquina con la calle Balvanera, en el lugar que sus amigos bautizaron con el nombre de La Cueva del Zorro, Eduardo Luque Loyola comentaba con un dejo de amargura: "Mi mayor anhelo político siempre fue llegar a ser gobernador constitucional de Querétaro.

Por lo menos dos ocasiones lo intenté, apoyado en nuestra Constitución que no impide que los gobernadores interinos puedan asumir la primera magistratura local durante un periodo completo, una vez que el pueblo lo haya elegido en las urnas.

La única condición era esperar a que transcurriera el periodo inmediato. Pero el argumento en mi partido, siempre fue el mismo: -¿Luque Loyola?, ¡pero si él ya fue gobernador! Y aún cuando no tuviera validez esta afirmación, políticamente mis enemigos lo explotaron para descalificarme de las contiendas en las que participé".

Con una larga y brillante carrera política, que sumaba una diputación local, dos diputaciones federales, dos senadurías, una gubernatura interina, varios cargos administrativos dentro del gobierno federal y la cercana amistad con tres presidentes de la República -Miguel Alemán Valdés, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz-, Luque Loyola jamás pudo alcanzar la máxima posición política por la que siempre luchó.

Sin embargo, el 3 de abril de 1993, cuando falleció en la ciudad de Querétaro, se le rindieron honores póstumos como ex gobernador, aún cuando estuvo al frente de esta responsabilidad únicamente seis meses.

Hoy, a ventidós años de su muerte, su casa se ha convertido en un restaurante.

Su cueva fue desmantelada y los cientos de recuerdos y trofeos políticos, así como las miles de fotografías que daban testimonio de una prolífica carrera política se encuentran en la bodega.

Y hoy hemos querido desempolvar esos recuerdos para recordar la vida de un hombre que, haciendo gala de su afectuoso apodo, se definía a sí mismo como 'un auténtico animal político'.

Una especie política en extinción de la que hoy quedan muy pocos representantes.

Una especie política que nación y se modeló bajo el sol abrazador de las contiendas políticas, con la disciplina institucional y la pertenencia a un partido político que durante siete décadas en el pasado siglo XX tuvo en sus manos todas las candidaturas y puestos políticos en el país: El Partido Revolucionario institucional.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

  • . Querétaro en la memoria de sus gobernantes. 1935- 1985. Por David Rafael Estrada Correa. Memorias de Eduardo Luque Loyola. Editorial ESCO. Noviembre de 1997.
  • . Los Gobernantes de Querétaro. Historia (1823-1987). David Rafael Estrada Correa (biografías de Saturnino Osornio a Mariano Palacios). J.R. Fortson y Cía Editores. México, 1987.
  • . Querétaro Inédito. Volumen I.David Rafael Estrada Correa. Editorial ESCO. Querétaro, 1996.

Plantilla:Sucesión

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