Apariciones de Fátima

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Lucía (en el centro, a los diez años de edad) y sus dos primos: Francisco (nueve años) y Jacinta Marto (siete años) sosteniendo sus rosarios (fotografía sacada en la altura de las apariciones).

Las apariciones de Fátima, según quienes afirman haberlas presenciado, comenzaron el día 13 de mayo de 1917 cuando tres niños, Lucía dos Santos (10 años), Francisco Marto (9 años) y Jacinta Marto (7 años), afirmaron haber visto «...una señora más blanca que el Sol» sobre una encina de un metro o poco más de altura, cuando apacentaban un pequeño rebaño en la Cova da Iria, lugar de Aljustrel, perteneciente al municipio de Ourém, distrito de Santarém, Portugal.

Lucía veía y oía a la aparición y hablaba con ella, Jacinta la vía y la oía, y Francisco solo la veía, pero no la oía.

Las apariciones se repitieron en los cinco meses siguientes y serían portadoras de un mensaje al mundo. A 13 de octubre de 1917 la aparición les dijo ser nuestra Señora del Rosario.[1]

Los relatos de estos acontecimientos fueron redactados por la Hermana Lucía a partir de 1935, en cuatro manuscritos, normalmente designados por Memorias I, II, III y IV y transcritos con otras fuentes para este artículo.[2]

Apariciones del Ángel

Antes de las apariciones de la Virgen en Cova da Iria en 1917, Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron el año anterior tres visiones de un ángel. Estas visiones permanecieron inéditas hasta 1937, siendo entonces cuando Lucía las divulga por primera vez, en el designado Memoria II. La narración es más completa y el texto final de las oraciones del ángel se publicó en la Memoria IV, escrito en 1941. Las apariciones del Ángel en 1916, fueron precedidas por otras tres visiones, de abril a octubre de 1915, en las cuales Lucía y otras tres pastorcitos, María Rosa Matias, Teresa Matias y Maria Justino vieron, también en la loma do Cabeço, y en otros lugares, suspendida en el aire sobre el arbolado del valle «algo así como una nube más blanca que la nieve, algo transparente, con forma humana. Era una figura, como si fuera una estatua de nieve, que los rayos del sol hacían algo trasparente». La descripción es de su hermana Lucía.[3]

Primera aparición

El relato de la mayor de los videntes, Lucía, describe así los acontecimientos: "Andaba yo con mis primos Francisco y Jacinta a cuidar del rebaño y subimos la encosta en busca de un abrigo a que llamábamos la "Loca del Cabeço" (Loca del Cabezo). Tras de merendar y rezar ahí, en algún momentos jugábamos y he ahí que un viento sacude los árboles y nos hace levantar la vista para ver lo que se pasaba, pues el día estaba sereno. Entonces comenzamos a ver, a alguna distancia, sobre los árboles que se extendían en dirección al naciente, una luz más blanca que la nieve, con la forma de un joven, transparente, más brillante que un cristal atravesado por los rayos del Sol. A medida que se aproximaba, le íbamos distinguiendo las facciones. Estábamos sorprendidas y medias absortadas. No decíamos una palabra. Al llegar junto a nosotras, dijo: – No temáis. Soy el Ángel de la Paz. Orad conmigo. Y arrodillándose en tierra, curvó la frente hasta al suelo. Llevados por un movimiento sobrenatural, la imitamos y repetimos las palabras que le oímos pronunciar: – Mi Dios, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón para los que no creen, no adoran, no esperan y no Os aman. Tras repetir esto tres veces, se irguió y dijo: – Orad así. Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas. Y desapareció. La atmósfera de lo sobrenatural que nos envolvió era tan intensa, que casi no nos dábamos cuenta de la propia existencia, por un gran espacio de tiempo, permaneciendo en la posición en que nos había dejado, repitiendo siempre la misma oración. La presencia de Dios se sentía tan intensa y íntima que ni aún entre nosotras nos atrevíamos a hablar. El día siguiente, sentíamos el espíritu todavía envuelto por esa atmósfera que solo muy lentamente fue desapareciendo. En esta aparición, ninguno pensó en hablar ni en recomendar el secreto. Ella de sí lo impulso. Era tan íntima que no era fácil pronunciar sobre ella la más mínima palabra. Nos hizo, tal vez, también mayor impresión, por ser la primera así manifiesta."[4]

Monumento de la autoría de Maria Amélia Carvalheira de Silva erigido en la Loca del Cabeço, local de su 1.ª y 3.ª aparição a los tres pastorinhos (Valinhos, Fátima).

Segunda aparición

La segunda aparición se produjo en el verano de 1916, sobre el pozo de la casa de los padres de Lucía, junto al que los niños acostumbraban a jugar. Así narra Lucía: "Fuimos, pues a pasar las horas de la siesta a la sombra de los árboles que cercaban el pozo ya varias veces mencionado. De repente, venimos el mismo Ángel junto de nodos. - ¿Qué hacéis? ¡Orad! ¡Orad mucho! Los Corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreceré constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios. – ¿Cómo nos hemos de sacrificar? – pregunté. – De todo que podáis, ofreceré un sacrificio en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores. Atrae, así, sobre vuestra Patria, la paz. Yo soy el Ángel de su guardia, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptáis y soportáis con sometimiento el sufrimiento que el Señor enviaros. Y desapareció. Estas palabras del Ángel se grabaron en nuestro espíritu, como una luz que nos hacía comprender quién era Dios, como nos amaba y quería ser amado, el valor del sacrificio y como a Él le era agradable, como, por atención a Él, convertía a los pecadores. Por eso, desde ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor todo que nos mortificaba, pero sin explayarse a buscar otras mortificaciones o penitencias, excepto la de pasar horas seguidas prostrados en la tierra, repitiendo la oración que el Ángel nos había enseñado."

Tercera aparición

La tercera aparición ocurrió al fin del verano o principios del otoño de 1916, nuevamente en la "Loca del Cabeço", como describe Lucía: "Rezamos ahí el tercio y (la) oración que en la primera aparición nos había enseñado. Estando, pues, ahí, se nos apareció por la tercera vez, trayendo en la mano un cáliz y sobre él una hostia, de la cual caían, dentro del cáliz, algunas gotas de sangre. Dejando el cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se prostró en tierra y repitió tres veces la oración: Santísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, os adoro profundamente y os oferto el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él aún es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido a vosotros la conversión de los pobres pecadores. Después, levantándose, tomó de nuevo en la mano el cáliz y la Hostia y me la dio a mí y lo que contenía el cáliz lo dio a beber a la Jacinta y a Francisco, diciendo, a la vez: – Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparé sus crímenes y consolé vuestro Dios. De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros tres veces más la misma oración: – Santísima Trinidad... etc... Y desapareció. Llevados por la fuerza de lo sobrenatural que nos envolvía, imitábamos el Ángel en todo, es decir, postrándonos cómo Él y repitiendo las oraciones que Él decía. La fuerza de la presencia de Dios era tan intensa que nos absorbía y nos aniquilaba casi por completo. Parecía privarnos hasta del uso de los sentidos corporales por un gran espacio de tiempo. Esos días, hacíamos las acciones materiales como que llevados por ese mismo ser sobrenatural que a eso nos impelida. La paz y felicidad que sentíamos era grande, pero solo íntima, completamente concentrada el alma en Dios. El abatimiento físico, que los postraba, también era grande."[5]

Apariciones de Nuestra Señora

13 de mayo de 1917

Jugueteaban los tres pastorcitos en la Cova da Iria, una pequeña propiedad perteneciente a los padres de Lucía, ubicada a 2,5 km de Fátima, cuando alrededor del mediodía y tras rezar el rosario, observaron dos resplandores como si fueran relámpagos. Temiendo que empezara a llover, reunieron el rebaño y decidieron irse, pero en el camino e inmediatamente abajo, otro resplandor habría iluminado el espacio. En ese instante, habrían visto encima de una pequeña encina (donde ahora se encuentra la Santuario de Fátima), "era una Señora vestida de blanco y más brillante que el Sol, "espolvoreando" luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente", describe Lucía. "Su faz, indescriptiblemente bella, no era ni triste ni alegre, pero seria, con aire de suave censura. Las manos juntas, como rezando, apoyadas en el pecho y vueltas para arriba. De la mano derecha pendía un rosario. Las vestiduras parecían hechas solo de luz. La túnica era blanca y blanco el manto, orlado de oro que cubría la cabeza de Virgen y le descendía hasta los pies. No se le veían ni los cabellos ni las orejas." Lucía nunca pudo describir los rasgos de la fisionomía, pues su hermosura no cabe en palabras humanas. Los videntes estaban tan cerca de Nuestra Señora - a un metro de distancia, más o menos - que quedaban dentro de la luz que la cercaba, o que Ella esparcía. El coloquio se inicia de la siguiente manera:
Nuestra Señora: - No tengáis miedo. Yo no os hago apenas. Lucía: - ¿De dónde eres, tu Gracia? - Soy del Cielo (y Nuestra Señora irguió las manos apuntando el Cielo). - ¿Y qué quieres de nosotros, tu Gracia? - Vine para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13, a esta misma hora. Después os diré quién soy y lo que quiero. Después volveré aquí incluso una séptima vez[nota 1] - ¿Y yo también voy al Cielo? - Sí, vas. - ¿Y Jacinta? - También. - ¿Y Francisco? - También, pero tiene que rezar muchos rosarios. - ¿Maria das Neves ya está en el Cielo? (Lucía se refería a una mujer que había muerto recientemente) - Sí, está. - ¿Y Amélia? - Estará en el Purgatorio hasta al fin del mundo. Queréis ofertaros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? - Sí, queremos. - Vais pues a tener mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo. "Fue al pronunciar estas últimas palabras que abrió por primera vez las manos comunicándonos una luz muy intensa, como que reflejó que de ellas expedía, que nos penetraba en el pecho y en lo más intimo del alma, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente del que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso íntimo también comunicado, caemos de rodillas y repetimos íntimamente 'Oh, Santísima Trinidad, yo Os adoro, mi Dios mi Dios yo Os amo en el Santísimo Sacramento. Pasados estos momentos, Nuestra Señora añadió: - Recen el tercio todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra (a esa altura se desarrollaba la Primera Guerra Mundial).
"Enseguida comenzó a elevarse serenamente en dirección al oriente hasta desaparecer en la inmensidad de la distancia. La luz que la circundaba iba como que abriendo un camino en el cerrado de los astros".[7]

13 de junio de 1917

En este día comparecieron en el local cerca de 50 personas curiosas por los hechos no obstante revelados por los pastorcitos. Alrededor del mediodía, las videntes notaron nuevamente un clarón, a que llamaban relámpago, pero que no era propiamente tal, pero sí el reflejo de una luz que se aproximaba. Algunos de los espectadores notaron que la luz del sol se obscureció durante los minutos que seguían al inicio del coloquio, otros afirmaron que en la parte superior de la encina, cubierta de brotes, pareció curvarse como bajo un peso, un momento antes de que Lucía hable. Durante el cambio de palabras entre Lucía y la aparición algunos oyeron un susurro como si fuera el zumbido de una abeja. Lucía: Su gracia, ¿me quieres? Nuestra Señora: - Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el tercio todos los días y que aprendan a leer. Después, diré lo que quiero. Lucía pidió la cura de un enfermo. -Si convirtieren, se curará durante el año. - Quería pedirle para que nos lleve para el Cielo. - Sí, a Jacinta y a Francisco los llevo en breve. Pero tú te quedarás acá algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para Hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quién lo abrace, le prometo la salvación y serán queridas de Dios estas almas, como flores puestas por Mí para adornar su trono. -¿Quedo aquí, sola? - No, hija. ¿Y tú, sufres mucho? No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios. "Fue en el momento que dijo estas últimas palabras que abrió las manos y nos comunicó, por la segunda vez, el reflejo de esa luz inmensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de esa luz que se elevaba hacia el cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra. Al frente de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora estaba un corazón cercado de espinos que parecía le estuvieran clavados. Comprendemos que era el Inmaculado Corazón de Maria ultrajado por los pecados de la humanidad que quería reparación. Cuando se desvaneció esta visión, la Señora, envuelta aún en la luz que Ella irradiaba, se elevó de la arboleda sin esfuerzo, suavemente en la dirección del Este hasta desaparecer de todo." Algunas personas más próximas notaron que los brotes del la parte superior de la encina estaban inclinados en la misma dirección, como se las vestiduras de la Señora los hubieran arrastrado. Solo algunas horas más tarde retomaron la posición natural.[8]

13 de julio de 1917

Al darse la tercera aparición, una nubecilla gris flotaba sobre la encina, el sol se ofuscó, una brisa fresca sopló sobre la sierra, aunque se estuviera en pleno verano. El Sr. Manuel Marto, padre de la Jacinta y de Francisco, dice que también oyó un susurro, como lo de moscas en una jarra vacía. Los videntes vieron el reflejo de la acostumbrada luz y, enseguida, Nuestra Señora sobre la encina.
Lucía: - ¿Qué quieres, tu Gracia? Nuestra Señora: - Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que continúen rezando el tercio todos los días, en honra de Nuestra Señora del Rosario para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque solo Ella les podrá valer. - Quería pedirle para que nos diga quién es; para hacer un milagro con que todos crean que su Gracia se nos aparece. - Continuad viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy, lo que quiero y haré un milagro que todos puedan ver para creer. Lucía presenta entonces una serie de pedidos de conversiones, curas y otras gracias. Nuestra Señora responde recomendando siempre la práctica del tercio, que así alcanzarían las gracias durante el año. Uno de los pedidos fue la cura del hijo paralítico de Maria Carrera (que sería desde el inicio una devota de Fátima). Nuestra Señora respondió que no lo curaría ni lo quitaría de su pobreza, pero que rezará el tercio todos los días en familia y le daría los medios de ganar la vida. Otro enfermo pedía ir en breve para el Cielo. Nuestra Señora respondió que no tuviera prisa, que bien sabía cuando lo había de venir buscar. Después prosiguió: - Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces y en especial cuando hagáis algún sacrificio: "Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María." "Al decir estas últimas palabras, abrió de nuevo las manos, como en los dos meses pasados. El reflejo de luz que brotaba de ellas pareció penetrar la tierra y (primera parte del secreto - "La Visión del Infierno") nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar bajo la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes, o canela en forma humana, que flotaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo, cayendo por todos lados, semejante a la caída de las pavesas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales asombrosos y desconocidos, pero transparentes y negros. Esta vista fue un momento, y gracias a nuestra buena Madre del Cielo que antes nos había prevenido con la promesa de llevarnos para el Cielo (en la primera aparición), si así no hubiera sido, creo que habríamos muerto de susto y pavor. Enseguida, levantamos los ojos para Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza: - Visteis el Infierno, para donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, (segunda parte del secreto - "El Inmaculado Corazón de Maria") Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Se hagan lo que yo diga se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejaran de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI[nota 2] comenzará otra peor. Cuando veáis una noche, iluminada por una luz desconocida[nota 3], sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para a impedir, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora los primeros sábados[nota 4]. Si atiendan a mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz, si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe." Entonces vimos (tercera parte del secreto - "El atentado al Papa") al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más alto un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; al centellear, soltaba llamas que parecían incendiar el mundo; pero se borraban con el contacto del brillo que de la mano derecha expedía Nuestra Señora a su encuentro. El Ángel apuntando con la mano derecha para la tierra, con voz fuerte decía: "¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!" Y vimos en una luz inmensa que es Dios: "algo semejante a cómo se ven las personas en un espejo cuando le pasan por delante" un Obispo vestido de blanco "tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre". Varios otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subían una escabrosa montaña, en la cima de la cual había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar allí, pasó a través de una gran ciudad media en ruinas y medio tembloroso con andar vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegó a la cima de la colina, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que disparaban tiros y flechas, y asimismo fueron muriendo unos tras otros los Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas seculares, caballeros y señoras de varias clases y posiciones. Sobre los dos brazos de la Cruz estaban dos Ángeles cada uno con un regador de cristal en la mano, en elles recogían la sangre de los Mártires y con estas regaban las almas que se aproximaban de Dios." Terminada esta visión, dijo Nuestra Señora: - Esto no lo digáis a nadie. A Francisco sí, podéis decirlo. Cuando recéis el tercio, dizei tras cada misterio: "¡Oh Jesús! Perdónanos y líbranos del fuego del Infierno, llevad todas las almas para el Cielo, principalmente aquellas que más necesiten. - ¿No quieres más nada, tu Gracia? - No. Hoy no te quiero más nada. "Y como de costumbre, comenzó a elevarse en dirección al nascente, hasta desaparecer en la inmensa distancia del firmamento." Se oyó entonces un trueno, indicando que la aparición había cesado.[9][10]

19 de agosto de 1917

El día 13 de agosto, cuando debería darse la cuarta aparición, los videntes no pudieron ir a la Cova da Iria, pues fueron raptados por el entonces administrador del municipio de Vila Nueva de Ourém, Artur de Oliveira Santos, un republicano anticlerical y masón, que a la fuerza quiso arrancarles el secreto.

En ese día, se unió a una gran multitud a la espera de la aparición. Alrededor del mediodía, se oyó un trueno, al cual siguió el relámpago, y los espectadores notaron una pequeña nube blanca que flotaba a pocos minutos de la encina. También se observaron fenómenos de coloración, de diversos colores, en los rostros de las personas, de las ropas, de los árboles y del suelo. Los niños continuaron en cautiverio y a pesar de las varias amenazas físicas de que fueron objeto, permanecieron callados y no revelaron nada.

En la mañana del día 15 de agosto y tras un interrogatorio final, fueron liberados y regresaron a Fátima.[11] El día 19 de agosto de 1917,[12], Lucía estaba con Francisco y su hermano Juan en el lugar de los Valinhos, una propiedad de uno de sus tíos y que dista unos 500 metros de Aljustrel.[13] Hacia las 4 horas de la tarde, comenzaron a producirse los cambios atmosféricos que habían precedido a las apariciones anteriores, una súbita disminución de la temperatura y el debilitamiento del Sol. Lucía, sintiendo que alguna cosa sobrenatural se aproximaba y los envolvía, le pidió al primo Juan para llamar rápidamente a la Jacinta, la cual llegó a tiempo de ver Nuestra Señora que - anunciada, como ocurrió en las otras veces, por un reflejo de luz - apareció sobre una encina, un poco mayor que la de la Cova da Iria.
Lucía: - ¿Qué es que quieres de mi, tu Gracia? Nuestra Señora: -Quiero que continuéis yendo a la Cova da Iria el día 13, que continuéis rezando el Rosario todos los días. El último mes haré el milagro para que todos crean. - ¿Qué es los quieres, tu Gracia, que se haga con el dinero que el pueblo deja en la Cova da Iria? - Hagan dos pasos, uno llévalo tú con la Jacinta y dos niñas más; el otro que lo lleve Francisco con tres niños más. El dinero de los pasos es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y lo que sobra es para la ayuda de una capilla que han de mandar hacer. -Quería pedirle la cura de algunos enfermos. -Sí, algunos los curaré durante el año. Y tomando un aspeto más triste, les recomendó nuevamente la práctica de la mortificación: - Rezad, rezad muy y haréis sacrificios por los pecadores, que van muchas almas para el infierno por no haber quién se sacrifique y peque por ellos. "Y, como de costumbre, comenzó a elevarse en dirección al naciente." Los videntes cortaron ramos del árbol sobre la cual Nuestra Señora les había aparecido y nos llevaron para casa. Los ramos exhalaban un perfume singularmente suave.[14]

13 de septiembre de 1917

Como de las otras veces, una serie de fenómenos atmosféricos fueron observados por los circundantes, cuyo número fue calculado entre 15 y 20 000 personas: el súbito refrescar de la atmósfera, el palideciendo del Sol hasta al punto de verse las estrellas, una especie de lluvia como de pétalos irisadas o copos de nieve que desaparecían antes de pousarem en la tierra. En particular, esta vez se notó un globo luminoso que se movía lenta y majestuosamente por el cielo, del nascente para el poniente y, en el fin de la aparición, en sentido contrario. Los videntes notaron, como de costumbre, el reflejo de una luz y, a continuación, Nuestra Señora sobre la encina.
Nuestra Señora: - Continuad rezando el tercio para alcanzar el fin de la guerra. En Octubre, vendrá también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y de Carmo, Son José con el Niño Jesus, para bendecir el Mundo. Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmaís con la cuerda. Traedla solo durante el día.[nota 5] Lucía: - Me han pedido para Pedirle muchas cosas, la cura de algunos enfermos, de un sordo-cambio. - Sí, algunos curaré. Otros no. En Octubre haré el milagro para que todos crean. "Y comenzando a elevarse, desapareció como de costumbre."[15]

13 de octubre de 1917

De acuerdo con los relatos de la época, miles de personas asistieron a un Milagro del Sol, en Fátima, el día 13 de octubre de 1917.

Debido al hecho de que los pastores han revelado que la Virgen María haría un milagro en este día para que todos creyeran, que estaban presentes en la Cova da Iria, cerca de 50 mil personas, según los relatos de la época. Llovía con abundancia y la multitud aguardaba los tres niños en los terrenos embarrados de la sierra. Lucía describe así estos acontecimientos en la Memoria IV: "Salimos de casa bastante temprano, contando con las tardanzas del camino. El pueblo era masivo. La lluvia, torrencial. Mi madre, temiendo que fuera aquel el último día de mi vida, con el corazón destrozado por la incertidumbre de lo que sucedería, quiso acompañarme. Por el camino, las escenas del mes pasado, más numerosas y comovedoras. Ni el lodo de los caminos le impedía a esa gente arrodillarse en la actitud más humilde y suplicante. Al llegar a la Cova da Iria, junto de la encina, llevada por un impulso interior, le pedí al pueblo que cerrase sus paraguas para rezar el Rosario. Poco después, vimos el destello de luz, en seguida, Nuestra Señora sobre la encina.
Lucía: - ¿Qué es lo que quieres, mi Gracia? Nuestra Señora: – Quiero decirte que hagan aquí una capilla en Mi honra, que soy la Señora del Rosario, que continúen siempre rezando el Rosario todos los días. La guerra va a terminar y los militares volverán en breve para sus casas. - Yo tenía muchas cosas para pedirle: si sana a unos enfermos y convierte a unos pecadores, etc. - Unos, sí; otros, no. ES preciso que se enmienden, que pidan perdón de sus pecados. Y tomando un aspecto más triste: – No ofendan más a Dios Nuestro Señor que ya está muy ofendido. Y abriendo las manos, las hizo reflejar en el Sol. Y mientras que se elevaba, continuaba el reflejo de su propia luz proyectándose en el Sol."

Foto quitada en la Cova da Iria y publicada en un periódico portugués en 29 de octubre de 1917.

En este momento, Lucía le dice para la multitud que mire hacia el Sol, llevada por un movimiento interior que la impulsó. "Desaparecida Nuestra Señora, en la inmensa distancia del firmamento, venimos, al lado del Sol, S. José con el Niño y Nuestra Señora vestida de blanco, con un manto azul." Era la Sagrada Familia.

Página de la edición del 29 de octubre de 1917 de la Ilustración Portuguesa con un reportaje sobre el milagro.

"S. José con el Niño parecían bendecir el Mundo con unos gestos que hacían con la mano en forma de cruz. Poco después, se desvaneció esta aparición, nuestro Señor aquejado de dolor en el camino al Calvario y Nuestra Señora me daba la idea de ser la Nuestra Señora de los Dolores". Lucía veía solo la parte superior del cuerpo de Nuestro Señor y Nuestra Señora no tenía la espada en el pecho "Nuestro Señor parecía bendecir el Mundo de la misma forma que S. José. Se desvaneció esta aparición y me pareció ver incluso a Nuestra Señora, de manera similar a la nuestra Señora de Carmo, con el Niño Jesús en sus brazos."

Mientras que los tres niños fueron bendecidos con estas visiones (Lucía vio a los tres cuadros, Jacinta y Francisco solo vieron el primero), la mayor parte de esta multitud observaba el llamado Milagro del Sol. La lluvia que caía cesó, las nubes se abrieron dejando ver el sol, asemejándose a un disco de plata mate, podría contemplarse sin dificultad y sin cegamiento. La inmensa bola empezó a girar vertiginosamente sobre sí misma como una rueda de fuego. Después, sus bordos se hicieron escarlata y se deslizó en el cielo, como un remolino, esparciendo llamas rojas de fuego. Esa luz se reflejaba en el suelo, en los árboles, en las propias faces de las personas y en las ropas, tomando tonalidades brillantes y diferentes colores. Animado tres veces por un movimiento loco, el globo de fuego pareció temblar, sacudirse y precipitarse en zigzag sobre la multitud aterrada. Todo duró unos diez minutos. Finalmente, el Sol volvió en zigzag para su lugar y quedó nuevamente tranquilo y brillante. Muchas personas notaron que sus ropas, ensopadas por la lluvia, se habían secado súbitamente. Tal fenómeno fue testificado por miles de personas, incluso por otras que estaban a kilómetros del lugar de las apariciones. El relato fue publicado en la prensa por diversos periodistas que allí se movían y que fueron también ellos, testigos del milagro.[16]

Apariciones particulares a Jacinta

Jacinta Marto, en 1917.
  • Jacinta ve al Santo Padre - Lucía así lo relata en su Tercera Memoria: "Un día, fuimos a pasar las horas de la sesta junto al pozo de mis padres. Jacinta se sentó en las placas del pozo; Francisco fue a buscar conmigo la miel silvestre en las silbas de un silbado de un matorral que ahí había. Pasado un podo de tiempo, Jacinta me llamó: - ¿No viste al Santo Padre? - ¡No! - ¡No sé cómo fue! Vi al Santo Padre en una casa muy grande, de rodillas delante de una mesa con las manos en la cara, llorando. Fuera de la casa había un montón de gente y unos le tiraban piedras, otros le pidieron plagas y le decían muchas palabras feas. ¡Pobre Santo Padre! Tenemos que pedir mucho por él. En otra ocasión fuimos a Lapa do Cabeço. Llegamos allí, nos prostramos al suelo, haciendo las oraciones del Ángel. Después de un tiempo, Jacinta se para y me llama: - ¿No ves mucho camino, ya que muchos caminos y campos llenos de gente, llorando de hambre y no tienen qué comer? Y el Santo Padre en una iglesia antes del Inmaculado Corazón de María, ¿reza? ¿Y muchas personas rezan con él?
  • Visiones de la guerra - "Un día fui su casa, para estar un poco con ella. La encontré sentada en la cama, muy pensativa. – Jacinta, ¿qué estás pensando? – En la guerra que está por venir. ¡Y va casi toda para el infierno! Serán arrasadas muchas casas y muertos muchos Padres (se trataba de la Segunda Guerra Mundial). Mira: Yo voy para el cielo. Y tu, cuando veas, de noche, esa luz que aquella Señora dice que viene antes, ¡huye de allí también! – ¿No ves que para el Cielo no se puede huir? – ¡Es verdad! No puedes. ¡Pero no tengais miedo! Yo, en el Cielo, he de pedir mucho por ti, por el Santo Padre, por Portugal, para que la guerra no venga para aquí, y por todos los Sacerdotes.
  • Visitas de Nuestra Señora - El 23 de diciembre de 1918, Francisco y Jacinta enfermaron al mismo tiempo. Yendo a visitarlos, Lucía encontró a Jacinta en la cima de la alegría.

En su Primera Memoria, Lucía cuenta: "Un día me mandó llamar: que fuera junto a ella deprisa. Allí fui, corriendo. – Nuestra Señora nos vino a ver y dice que va a venir a buscar a Francisco muy pronto para el Cielo. Y a mí me preguntó si quería convertir más pecadores. Le dice que si. Me dijo que iba para un hospital, que no habría de sufrir mucho; que sufriese la conversión de los pecadores, en reparación por los pecados contra el Inmaculado Corazón de María y por amor de Jesús. Le pregunté si tu ibas conmigo. Ella dijo que no. Esto es lo que me cuesta más. Le dije a mi madre me llevaría, entonces ¡estoy allí sola! A finales de diciembre de 1919, de nuevo la Virgen se dignó a visitar a Jacinta, para anunciarle nuevas cruces y sacrificios. Ella me dio la noticia y me dijo: - Me dijo que voy a Lisboa, a otro hospital; que no están para hacer, no a mis padres; que, después de haber sufrido mucho, muero sola, pero que no tenga miedo; que Ella me va a ir a buscar para ir al cielo. Durante su permanencia de 18 días en el hospital en Lisboa, Jacinta fue favorecida con nuevas visitas de Nuestra Señora, que le anunció el día y la hora en que habría de morir. Cuatro días antes de a llevarla para el Cielo, a Santísima Virgen le quitó todas las dolores. En las vísperas de su muerte, alguien le preguntó se quería ver a su madre, a lo que ella respondió: - Mi familia durará poco tiempo y en breve se encontrarán en el Cielo… Nuestra Señora aparecerá otra vez, pero no a mí, porque con convicción voy a morir, como Ella me dijo".[17]

Apariciones particulares a Lucía

  • 16 de junio de 1921 - Según lo escrito en la "Cuarta Memoria de la Hermana Lucía" (pág. 173), esta fue la séptima aparición prometida el 13 de mayo de 1917. Sucedió en las vísperas de la partida de Lucía para el Colegio de Vilar en Oporto, cuando ella se despedía de las ubicaciones de las apariciones. Fue una aparición con un mensaje personal para la vidente que, por eso, no se reveló.[6]Página oficial del Santuario de Fátima.[6]
  • 10 de diciembre de 1925 - Encontrándose Lucía en su celda, en la Casa de las Religiosas Doroteias en Pontevedra, se le apareció la SS. Virgen y, al lado, suspendido en una nube luminosa, un Niño. La SS.ª Virgen, poniéndole en el hombro la mano y mostrando, al mismo tiempo, un corazón que tenía en la otra mano, cercado de espinos. Al mismo tiempo, dijo el Niño: – Ten pena del Corazón de tu SS. Madre que está cubierto de espinos que los hombres ingratos le clavan en todo momento sin haber quién haga un acto de reparación para quitarlos. Enseguida, dice la SS. Virgen: – Mira, mi hija, mi Corazón cercado de espinos que los hombres ingratos me clavan en todo momento, con blasfemias y ingratitudes. Tú, al menos, busca consolarme y di que todos aquellos que durante 5 meses, al 1.° sábado, si se confiesan, recibiendo la Sagrada Comunión, recen un Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario, con el fin de reivindicarse, yo prometo asistirles, en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación de esas almas.
  • 15 de febrero de 1926 - En este día se encontraba Lucía en el patio que da para la calle de la misma Casa de las Religiosas Doroteas. Se le apareció, de nuevo, el Niño Jesús. Preguntó si ya había esparcido a devoción de su SS. Madre. La vidente le expuso las dificultades presentadas por su confesor y que la Madre Superiora estaba lista a propagarla, pero que el confesor había dicho que ella, sola, no podía nada. Jesús respondió: – Es cierto que tu Superiora, sola, no puedes nada; pero, con mi gracia, lo puede todo. Lucía expuso a Jesús la dificultad que tenían algunas personas para confesarse el sábado y le pidió que fuese válida la confesión de ocho días. Jesús respondió: – Sí, puede ser de muchos más aún, con tal de que, cuando Me reciban, estén en gracia y que tengan la intención de hacer reparación al Inmaculado Corazón de María. Ella preguntó: – Mi Jesús, ¿las que se olviden de formar tal intención?. Jesús respondió: – Pueden formarla en la otra confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tengan de confesarse.
  • 13 de junio de 1929 - Lucía relata así esta aparición: "Yo había pedido y obtenido licencia de mis superioras y de mi confesor para hacer la Hora Santa de las 11 a la medianoche, del jueves al viernes. Estando una noche sola, me arrodillé el en carril, en medio de la capilla, rezando, postrada, las Oraciones del Ángel. Sintiéndome cansada, me erguí y continué rezándolas con los brazos en cruz. La única luz era la de la lámpara. De repente se iluminó toda la Capilla con una luz sobrenatural y sobre el Altar apareció una Cruz de luz que llegaba hasta el techo. En una luz más clara se veía, en la parte superior de la cruz, una faz de hombre con cuerpo hasta a la cinta, sobre el pecho una paloma también de luz y, clavado en la cruz, el cuerpo de otro hombre. Un poco abajo de la cinta, suspendido en el aire, se veía un cáliz y una hostia grande, sobre la cual caían algunas gotas de sangre que fluían por la cara del Crucificado y de una herida del pecho. Resbalando por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz. Bajo el brazo derecho de la cruz estaba Nuestra Señora (era Nuestra Señora de Fátima con su Inmaculado Corazón en la mano izquierda, sin espada ni rosas, pero con una Corona de espinos y llamas). Bajo el brazo izquierdo, unas letras grandes, como se fueran de agua cristalina que corría para arriba del Altar, formaban estas palabras: «Gracia y Misericordia». Comprendí que me era mostrado el misterio de la Santísima Trinidad y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar. Después Nuestra Señora me dijo: – Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre, en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio. Hay tantas almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí que vengo a pedir reparación: sacrifícate por esta intención y reza. Di cuenta de esto al confesar que me mandó escribir lo que Nuestra Señora quería hacer. Más tarde, a través de una comunicación íntima, la Virgen me dijo, quejándose: – No quisieron atender a mi pedido!… Como el rey de Francia[nota 6], se arrepentirán y hablarán, pero será tarde. Rusia ya habrá esparcido sus errores por el mundo, provocando guerras, persecuciones a la Iglesia: El Santo Padre tendrá mucho que sufrir.

Eventos históricos

Plantilla:En obras Plantilla:Mala traducción A continuación se presenta una cronología de algunos acontecimientos históricos relacionados con el mensaje y las apariciones de Fátima:

  • 28 de marzo de 1907 - Nació Lucía de Jesus Rosa dos Santos, en Aljustrel, Fátima.
  • 11 de junio de 1908 - Nació Francisco de Jesus Marto, en Aljustrel, Fátima.
  • 11 de marzo de 1910 - Nació Jacinta de Jesus Marto, en Aljustrel, Fátima.
  • 28 de julio de 1914 - Inicio de la Primera Guerra Mundial.
  • 23 de febrero de 1917 - Se inicia la Revolución rusa. El Zar fue derrocado y se implanta un Gobierno Provisional. El 25 de octubre los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, asumieron el poder.
  • 13 de mayo de 1917 - El futuro papa Pío XII fue ordenado solemnemente obispo por su antecesor, el papa Benedicto XV, exactamente el día de la primera aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos.
  • 11 de noviembre de 1918 - Fin de la Primera Guerra Mundial.
  • 23 de diciembre de 1918 - Francisco y Jacinta Marto se enferman, víctimas de la Pandemia de gripe de 1918.
  • 4 de abril de 1919 - Murió Francisco en la casa de su familia, en Aljustrel, y fue sepultado en el cementerio de Fátima.
  • 28 de abril a 15 de junio de 1919 - Construcción de la Capilla de las Apariciones, en respuesta a la petición de Nuestra Señora "quiero que aquí hagan una capilla en mi honor."[18]
  • 21 de enero de 1920 - Jacinta Marto fue llevada a Lisboa, donde queda internada en el Orfanato de Nossa Senhora dos Milagres (Nuestra Señora de los Milagros, en la Rua da Estrela -Calle de la Estrella-, el n.º 17. El día 2 de febrero de 1920 es trasladó al Hospital de Dona Estefânia, en Lisboa.
  • 20 de febrero de 1920 - Murió Jacinta Marto en el Hospital de Dona Estefânia. Fue sepultada en el cementerio de Vila Nova de Ourém, en el panteón familiar de Barón de Alvaiázere.
  • 13 de mayo de 1920 - Una imagen de Nuestra Señora de Fátima, ofrecida por Gilberto Fernandes dos Santos y obra del escultor José Ferreira Thedim, es bendecida en la Iglesia Parroquial de Fátima. Hecha en cedro de Brasil, mide 1,10 m. El 13 de junio fue entronizada en la Capelilla.[19]
  • 17 de junio de 1921 - Lucía entra como pupila en el colegio de las Hermanas Doroteas en Vilar, Porto.[20]
  • 13 de octubre de 1921 - Se permitió celebrar una misa, por primera vez, junto a la Capilla de las Apariciones.[18]
  • 6 de marzo de 1922 - La Capilla de las Apariciones fue parcialmente destruida por una bomba, siendo reconstruida en ese mismo año.[18]
  • 3 de mayo de 1922 - Una providencia del obispo de Leiria manda instaurar un proceso canónico sobre los acontecimientos de Fátima.[20]
  • 25 de octubre de 1925 - Lucía viajó para España donde fue admitida como postulante al noviciado en el Convento de las Doroteas, en Tuy. Al recibir el hábito adoptó el nombre de Maria (Lucía) da Dores (de Dolores).[20]
  • 10 de diciembre de 1925 - Nuestra Señora pide a Lucía, en una visión en Tuy, una divulgación de la práctica y de la comunión reparadora los primeros sábados.
  • 15 de febrero de 1926 - Lucía tuvo una visión de Jesús donde Él le pregunta si ha extendido a devoción de los primeros sábados.
  • 26 de junio de 1927 - El obispo de Leiria presidió, por primera vez, una ceremonia oficial en la Cova da Iria.
  • 13 de mayo de 1928 - Fue colocada la primera piedra para la construcción de una basílica.
  • 14 de abril de 1929 - Concluyó el proceso canónico sobre las Apariciones iniciado en mayo de 1922. La comisión responsable entrega un informe final al obispo de Leiria.[20]
  • 13 de junio de 1929 - Nuestra Señora le pidió a Lucía, en otra visión en Tuy, la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón.
  • 13 de octubre de 1930 - El obispo de Leiria, José Alves Correia da Silva, hizo público oficialmente que las apariciones de Fátima son consideradas dignas de fe por la Iglesia Católica y que se da permiso para el culto público a Nuestra Señora de Fátima.[21]
  • 13 de mayo de 1931 - Primera Consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el episcopado portugués en acatamiento al Mensaje de Fátima.
  • 12 de setiembre de 1935 - Los restos mortales de Jacinta Marto fueron trasladados al cementerio de Fátima, fecha en que fue abierta una urna y revelado su cuerpo incorrupto.
  • Diciembre de 1935 - Lucía escribió un texto sobre la vida de Jacinta que será conocido como "Primera Memoria de Hermana Lucía".[22]
  • 21 de noviembre de 1937 - Lucía concluye el manuscrito sobre su vida y las apariciones que será conocido como "Segunda Memoria de la Hermana Lucía". Allí reveló por primera vez las visiones del Ángel.[22]
  • 25 de enero de 1938 - Extraordinaria aurora boreal, registrada por astrónomos la noche del 25 al 26 de enero. (Lucía siempre insistió en que se trataría de una señal de Dios para el comienzo de la guerra, tal como había comunicado Nuestra Señora a los pastorcitos en la tercera aparición.[23]
  • 12 de marzo de 1938 - Tropas nazis entraron en Austria para anexionarla a la Alemania del Tercer Reich: según el testimonio de la Hermana Lucía (carta de 8 de noviembre de 1989 al Santo Padre), este acontecimiento habría sido el verdadero inicio de la Segunda Guerra Mundial, teniendo lugar durante el pontificado del Papa Pío XI (1922-1939) y confirmando así un mensaje de Nuestra Señora de 13 de julio de 1917).
  • 31 de agosto de 1941: Atendiendo al pedido hecho por el obispo de Leiria, Lucía redacta nuevos hechos sobre Jacinta y revela una Primera y una Segunda parte del Secreto, dejando claro que existiría también una Tercera parte por divulgar. Este manuscrito fue publicado posteriormente, siendo conocido como "Tercera Memoria de la Hermana Lucía".[24]
  • 8 de diciembre de 1941 - Lucía escribió lo que fue conocido como una "Cuarta Memoria de la Hermana Lucía". Una vidente redactó el texto definitivo de las Oraciones del Ángel y agrega al texto del secreto la frase «En Portugal se conservará siempre el dogma de fe etc.».[25]
  • 13 de mayo de 1942 - Una gran peregrinación conmemoró el 25.º aniversario de las Apariciones.
  • 13 de octubre de 1942 - Un grupo de mujeres portuguesas ofreció una corona de oro a la imagen de la Capilla en acción de gracias por no haber entrado a Portugal en la Segunda Guerra Mundial. Pesa 1200 gramos y está realzada con 313 perlas y 2679 piedras preciosas.[19]
  • 31 de octubre de 1942 - En ocasión de la finalización del año jubilar de las apariciones, el papa Pío XII a través de un mensaje de radio a Portugal, hizo la Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.
  • 3 de enero de 1944 - Por orden del obispo de Leiria, Lucía escribió una Tercera parte del Secreto. El sobre es sellado y guardado por el obispo.[24]
  • 15 de agosto de 1945 - Fin de la Segunda Guerra Mundial.
  • 13 de mayo de 1946 - El cardenal Bento Aloisi Masella, un legado pontifício, coronó solemnemente una imagen de Nuestra Señora de Fátima.[19]
  • 20 de mayo de 1946 - La vidente Lucía se desplazó a Fátima y llevó a cabo una identificación local de los diversos lugares históricos de las apariciones.
  • 25 de marzo de 1948 - Lucía regresó a Portugal para ingresar en el Carmelo de Santa Teresa, en Coimbra, con el nombre de la Herman María Lucía do Corazón Inmaculado.
  • 30 de octubre de 1950 - A las 16 horas, el Papa Pio XII presenció el Milagro del Sol en los jardines vaticanos y cuenta después cómo vio un globo opaco girando en torno del mismo, desplazándose ligeramente hacia la derecha y hacia la izquierda, repetidamente. El fenómeno se repitió para el Pontífice incluso los días 31 de octubre, 1 de noviembre y 8 de noviembre. El Pontífice afirmó que se trataba de una confirmación celestial, una proclamación solemne del dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos.
  • 1 de mayo de 1951 - Los restos mortales de Jacinta fueron trasladados a la Basílica de Fátima.
  • 13 de marzo de 1952 - Los restos mortales de Francisco fueron trasladados a la Basílica de Fátima. Fue sepultado junto a su hermana Jacinta.
  • 7 de julio de 1952 - El Papa Pio XII, por medio de una Carta Apostólica, consagró los pueblos de Rusia al Purísimo Corazón de María.
  • 7 de octubre de 1953 - Consagración de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario. En noviembre de 1954, Pío XII concedió el título de Basílica.[26]
  • 12 de agosto de 1956 - Fue inaugurado en Valinhos, Aljustrel, el monumento conmemorativo en el lugar donde tuvo lugar la 4ª aparición, ocurrida el 19 de agosto de 1917. Fue construido con aportaciones de católicos húngaros y la imagen de Nuestra Señora de Fátima es obra de la escultora Maria Amélia Carvalheira da Silva.[27]
  • 4 de abril de 1957 - El sobre cerrado con la tercera parte del Secreto es entregado al Archivo Secreto del Santo Oficio. Incluso de esto la Hermana Lucia es asesorada por el Obispo de Leiria. Pío XII no la llega a abrir.[24]
  • 17 de agosto de 1959 - El Papa Juan XXIII tomó conocimiento de la Tercera parte del Secreto. Tras ciertas vacilaciones, pidió esperar y decidió no hacerlo público.[25]
  • 13 de agosto de 1961 - Se inició la construcción del Muro de Berlín.[18]
  • 21 de noviembre de 1964 - El Pablo VI, al concluir la IIIª Sesión del Concilio Vaticano II, confió el género humano al Inmaculado Corazón de María y proclama a Nuestra Señora Matter Ecclesiae. Concedió al Santuario de Fátima la Rosa de Oro, que fue entregada el 13 de mayo del año siguiente por el Cardenal Fernando Cento, legado Pontifício.
  • 27 de marzo de 1965 - Pablo VI tomó conocimiento de la Tercera parte del Secreto y decide no publicarlo, remitiendo de nuevo un sobre al Archivo Secreto Vaticano.[25]
  • 13 de mayo de 1967 - El Papa Pablo VI viajó a Fátima, en el cincuentenario de la 1ª Aparición de Nuestra Señora, para pedir la paz en el mundo y la unidad de la Iglesia.
  • 13 de mayo de 1977 - El Cardenal Humberto Medeiros, Arzobispo de Boston, legado Pontificio, presidió una peregrinación del 60º aniversario de la 1ª Aparición.
  • 13 de mayo de 1981 - El Papa Juan Pablo II sufrió un atentado en la plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. Mientras se recuperaba en el hospital, pidió que le entreguen un sobre con la Tercera parte del Secreto.[24]
  • 12 de mayo de 1982 - La hermana Lucía, en una carta dirigida al Santo Padre, dió una orientación para una interpretación de la Tercera parte del Secreto.[24]
  • 13 de mayo de 1982 - El Papa Juan Pablo II visita por primera vez el Santuario de Nuestra Señora de Fátima para agradecer a la Virgen haber salido con vida del atentado que había sufrido un año antes. Regocijándose, consagró a la Iglesia, a los Hombres y a los Pueblos, con una velada mención a Rusia, al Inmaculado Corazón de María.
  • 25 de marzo de 1984 - El Papa Juan Pablo II, junto a los obispos del mundo entero, llevó a cabo en la plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, la Consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María, ante la imagen de la Virgen de Fátima, que fue traída expresamente desde la Capilla de las Apariciones. Más tarde, la hermana Lucía confirmó, en una carta fechada el 8 de noviembre de 1989 dirigida al Santo Padre, que este acto solemne y universal de consagración, correspondía a lo que quería Nuestra Señora.[24] Juan Pablo II le entregó al entonces obispo de Leiria-Fátima, Alberto Cosme do Amaral, una bala que le había alcanzado en el atentado de que había sido víctima el 13 de mayo de 1981. Posteriormente esta bala fue colocada en la corona de la Virgen, donde permanece hasta la fecha octubre 2016.[19]
  • 13 de mayo de 1989 - El Papa Juan Paulo II publicó el decreto que proclama la heroicidad de las virtudes de los videntes Francisco y Jacinta Marto.
  • 9 de noviembre de 1989 - Cae el Muro de Berlín, acto inicial de la reunificación de las dos Alemanias, (RFA y RDA), acabando también como el Telón Cortina de Acero. Muchos señalan este momento también como el fin de la Guerra Fría. Un trozo del Muro fue ofrecido más posteriormente al Santuario de Fátima por el portugués emigrado a Alemania Virgilio Casimiro Ferreira.[18]
  • 13 de mayo de 1991 - El Papa Juan Pablo II visita Fátima por segunda vez, en el 10º aniversario de su atentado en la Plaza de San Pedro. Nuevamente, lleva a cabo una consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.
  • 25 de diciembre de 1991 - Gorbachev anuncia el fin de la URSS, renunciando al cargo de Presidente Ejecutivo de la Unión Soviética. Posteriormente muchas iglesias fueron devueltas a los ortodoxos, incluyendo el Monasterio de San Daniel, donde está hoy una sede del patriarcado de la Iglesia Ortodoxa rusa. Actualmente, la Federación Rusa permite el multiconfesionalismo religioso.
  • Octubre de 1992 - Una estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima visita Rusia y es expuesta en la Plaza Roja de Moscú.[28]
  • 13 de agosto de 1994 - Es inaugurado el monumento que contiene el trozo del Muro de Berlín ofrecido a Fátima. Pesa 2600 quilos, y mide 3,60 metros de alto por 1,20 de largo. El diseño del monumento es obra del arquitecto J. Carlos Loureiro.[18]
  • 12 y 13 de octubre de 1996 - El Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y futuro Papa Benedicto XVI, visita el Santuario de Fátima, donde preside una Peregrinación Internacional Aniversario de Octubre.[29]
  • 27 de abril de 2000 - Cumpliendo la petición formulada por el Papa Juan Pablo II en una carta personal enviada a Irmã Lucía el 19 de abril de 2000, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el obispo de Leiria-Fátima Serafim de Sousa Ferreira e Silva se reúnen con Lucía en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra para abrir su interpretación de la Tercera parte del Secreto.[24]
  • 13 de mayo de 2000 - El Papa Juan Pablo II visita Fátima por última vez para la beatificación de los pastorcillos Francisco y Jacinta Marto. Allí se encuentra por última vez con Irmã Lucía. El Cardenal Ângelo Sodano, al final de la solemne Concelebración Eucarística presidida por Juan Pablo II, anuncia o Tercer Secreto de Fátima.
  • 26 de junio de 2000 - El Vaticano publica el texto integro del Tercero Secreto, acompañado por un comentario teológico obra del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.[24]
  • 8 de octubre de 2000 - Una imagen de Nuestra Señora de Fátima viaja nuevamente a la Ciudad del Vaticano y en la plaza de San Pedro, en presencia de 1500 obispos de todo el mundo y de millares de fieles y peregrinos, Juan Paulo II consagra ante ella y junto con todo el episcopado del mundo, un nuevo milenio a la Santísima Virgen.[19]
  • 13 de febrero de 2005 - Muere en Carmelo de Coimbra Irmã Lucía do Coração Imaculado, de la Orden de las Carmelitas Descalzas.
  • 2 de abril de 2005 - Muere Juan Pablo II.
  • 13 de mayo de 2005 - El Papa Benedicto XVI hace una excepción a la regla del Código de Derecho Canónico y da instrucciones para el inicio del proceso de beatificación de Juan Panlo II. El Patriarca de Lisboa José da Cruz Policarpo cumple la petición que le fue hecha personalmente por Benedicto XVI y pone el pontificado de Joseph Ratzinger a los pies de Nuestra Señora de Fátima.[30]
  • 19 de febrero de 2006 - Los restos mortales de Lucía son trasladados a la Basílica de Fátima, donde es sepultada junto a sus primos Francisco y Jacinta.
  • 12 de octubre de 2007 - Celebrando el 90º aniversario de las Apariciones, es inaugurada la Iglesia de la Santísima Trinidad por el secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone, asistiendo al acto el Presidente da República, Cavaco Silva y el Presidente de la Asamblea de la República, Jaime Gama.[31]
  • 14 de febrero de 2008 - El Cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, con ocasión del aniversario de la muerte de Lucía, hace público en Coimbra que el Papa Benedicto XVI ha autorizado, haciendo una excepción a las normas del Derecho Canónico, el inicio de la fase diocesana de la causa de beatificación de Lucía, transcurridos apenas tres anos de su muerte.
  • 12 y 13 de mayo de 2010 - El Papa Benedicto XVI visita el Santuario de Fátima en el 10º aniversario de la beatificación de los pastorcillos Jacinta y Francisco. Concede una 2ª Rosa de Oro al Santuario, poniéndola a los pies de la imagen de la Virgen en la Capelinha de las Apariciones.[32][33]
  • 1 de mayo de 2011 - Juan Pablo II es beatificado en la Plaza de San Pedro por Benedicto XVI.[34]
  • 13 de mayo de 2011 - Miles de personas presentes en el santuario de Fátima observan un halo solar cuando se estaba proyectando una película que relataba momentos de la vida de Juan Pablo II y su estrecha relación con Fátima. Muchos peregrinos dicen ver un "milagro" en tanto que otros dirigen sus móviles para el Sol para registrar el momento en imagen.[35]
  • 13 de mayo de 2013 - El Cardenal-patriarca de Lisboa D. José Policarpo da cumplimiento al deseo claramente expresado por el Papa Francisco y consagra su pontificado a la Virgen de Fátima.[36]
  • 12 y 13 de octubre de 2013 - Una imagen de Nuestra Señora de Fátima vuelve nuevamente a la Ciudad del Vaticano, atendiendo al expreso deseo del Papa Francisco. El día 12 es acogida en la plaza de San Pedro por el Santo Padre, y el día 13 el Papa lleva a cabo ante de la imagen una Consagración del Mundo al Inmaculado Corazón de María.[37][38][39]

Notas

  1. Como señala la "Cuarta Memoria de la Hermana Lucía" (p. 173), esta séptima vez ocurrió el 16 de junio de 1921, en la víspera de la partida de Lucía a Vilar College no Porto. Fue una aparición con un mensaje personal a la vidente, por lo tanto, no lo reveló.[6]
  2. Lucía siempre confirmó que el Papa Pio XI considerando que la anexión de Austria en 1938 habría sido el verdadero inicio de la guerra (carta del 8 de noviembre de 1989 para el Santo Padre).
  3. Los astrónomos registraron una aurora boreal que iluminó los cielo da Europa en la noche del 25 para el 26 de enero de 1938. Lucía siempre insistió que esta sería la señal de Dios para el comienzo de la guerra.
  4. Estos pedidos se cumplieron el 10 de diciembre de 1925 y el 13 de junio de 1929, con las apariciones de Pontevedra y capilla de la casa Tuy respectivamente
  5. Los niños habían llegado a utilizar como cilicio una gruesa cuerda que se sacaban ni siquiera para dormir; eso les impedía muchas veces dormir y pasaban noches enteras en blanco, de ahí el elogio y la recomendación de Nuestra Señora.
  6. En 1689, un año antes de morir, Santa Margarita María intentó, por distintos medios, llegar al Rey Sol Luis XIV de Francia un mensaje del corazón sagrado de Jesús con cuatro aplicaciones: grabar el Sagrado corazón de Jesús en las banderas reales; construir un templo en su honor, donde iba a recibir el homenaje de la Corte; el rey debe hacer de su consagración al Sagrado Corazón; y deberán entablar su autoridad a la Santa Sede para obtener una misa en honor del Sagrado Corazón de Jesús. Sin embargo, no se consiguió nada, teniendo en cuenta incluso si este mensaje nunca llegará a la atención del Rey. Solo un siglo más tarde, la familia real respondería, en la medida de lo posible, a este mensaje. En 1792, Luis XVI concibe la idea de su voto al Corazón de Jesús, pero ahora solo se llevó a cabo en el templo de la prisión, con la promesa de reunirse, después de su liberación, todas las solicitudes comunicadas por Santa Margarita María. Esta promesa ya había sido tarde, pues fue guillotinado el 21 de enero de 1793.

Referencias

  1. António Augusto Borelli Machado, As aparições e a mensagem de Fátima nos manuscritos da Irmã Lucía [Las apariciones y el mensaje de Fátima en los manuscritos de la hermana Lucía], 23ª edición, Mayo de 1998, Depósito Legal nº123 914, ISBN 972-95919-0-3 (página 35) Plantilla:Pt
  2. Ídem
  3. Idem (páginas 29 y 33)
  4. Ídem
  5. Ídem
  6. 6,0 6,1 6,2 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  7. Idem (páginas 35 a 38)
  8. Ídem
  9. Ídem
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  13. Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  14. António Augusto Borelli Machado, As aparições e a mensagem de Fátima nos manuscritos da Irmã Lúcia [Las apariciones y el mensaje de Fátima en los manuscritos de la Hermana Lucía], 23ª edición, Mayo de 1998, Depósito Legal nº123 914, ISBN 972-95919-0-3 (páginas 49-50)
  15. Ídem
  16. Idem (páginas 53 a 55)
  17. Ídem
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  22. 22,0 22,1 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
  23. Lúcia consideró que la aurora boreal vista en la Europa en la noche del 25 al 26 de enero de 1938 era o señal de Dios para o comienzo de la guerra. Memorias da Hermana Lucía, p. 122, nota 1. Plantilla:Pt
  24. 24,0 24,1 24,2 24,3 24,4 24,5 24,6 24,7 Error de Lua: Error interno: El intérprete ha finalizado con la señal "-129".
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Bibliografía

  • Memorias y cartas de la Hermana Lucía - Introducción y notas por el Padre Dr. António Maria Martins, S.J. Composición e impresión de Simão Guimarães, Hijos, Lda. Depositários L. Y.- Puerto, Portugal, 1973.
  • Era una Señora más brillante que el Sol - Padre João M. de Marchi, I.M.C.. Seminario de las misiones de Nª Srª de Fátima, Cova de la Iria, Portugal, 3ª edición, 1948.
  • Nuestra Señora de Fátima - William Thomas Walsh. Ediciones Melhoramentos, São Paulo, 2ª edición, 1949.
  • Nuestra Señora de Fátima - Padre Luis Gonzaga Ayres de Fonseca, S.J.. Editora Voces, Petrópolis, Brasil, 5ª edición, 1954.
  • Historia de las Aparições - Cónego José Galamba de Olivo. Occidental Editora, Puerto, Portugal, 1954, in Fátima, altar del mundo Vol. II, pp. 21–160
  • La consagração por la Iglesia del culto de Nuestra Señora de Fátima - D. Frei Francisco Rendeiro, Lo. P.. Occidental Editora, Puerto, Portugal, 1954, in Fátima, altar del mundo Vol. II, pp. 163–198.
  • Las grandes jornadas de Fátima - Padre Moreira de las Nieves. Occidental Editora, Puerto, Portugal, 1954, in Fátima, altar del mundo Vol. II, pp. 205–303.
  • Meditações de los primeros Sábados - Padre António de Almeida Hacienda, S.J.. Mensajero del Corazón de Jesus, Braga, Portugal, 2ª edición, 1953.
  • Fátima, donde el cielo tocó la tierra - Padre Luiz Gonzaga Mariz, S.J.. Editora Mensajero de la Fe, Lda., Salvador, Brasil, 2ª edición, 1954.
  • Síntesis crítica de Fátima-Incidencias y repercusiones - Cónego Sebastião Martins de los Reyes. Edición del Autor, Évora, Portugal, 1967.
  • A vidente de Fátima dialoga y responde por las Aparições - Cónego Sebastião Martins de los Reyes. Tipografia Editorial Franciscana, Braga, Portugal, 1970.
  • Memorias - Hermana Maria Lucía de Jesus y del Corazón Inmaculado, 13ª edición, Secretariado de los Pastorinhos, Octubre de 2007 - ISBN 978 972 8524 18 0.

Véase también

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