Jordi Tell i Novellas
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Jordi Tell Novellas (Barcelona, 1907 – Fredrikstadt, Noruega, 1991). Arquitecto catalán.
Jordi Tell i Novellas nace en Barcelona en 1907 y se titula arquitecto en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 1931, el año de la proclamación de la República y del nacimiento del GATCPAC. Tell no duda a la hora de escoger la arquitectura social, moderna y europea como vía de expresión de sus anhelos. Probablemente, su carácter indómito y refractario a las etiquetas no le permite asociarse al grupo, pero igualmente practica una arquitectura de raíz moderna desde sus primeras obras. El Chalet en Bella-Terra para Jacint Humedas (1931) y la piscina y campo de deportes para la Urbanización de Valldoreix (1933) son buenas muestras.[1] En paralelo, Jordi Tell inicia la militancia política en el Partit Nacionalista Català, del cual es nombrado se candidato en las elecciones al Parlamento Catalán de 1934. Su apoyo al gobierno de la Generalitat y su presidente Lluís Companys en la insurgencia catalana de 1934 contra la deriva totalitaria de la República española, conocida como a Hechos de Octubre, le supone el exilio. Se establece en Berlín donde amplía sus estudios y trabaja con el arquitecto alemán Hans Poelzing.[1] En esta ciudad, con el imparable ascenso del nazismo de fondo, le sorprende el golpe de estado del General Franco contra la República. Junto al periodista y agregado de la embajada española en Berlín, Eugeni Xammar, detienen el intento sedicioso de someter al fascismo español la embajada de la República y provocan el cambio de embajador. Este hecho no pasa desapercibido a la Gestapo, que lo detiene hasta ocho veces en siete meses. El acoso policial culmina en marzo de 1937 cuando es entregado a Franco y recluido por quince meses en la Prisión Provincial de A Coruña.[2] A la salida de la prisión se reencuentra con su compañero de estudios, el gallego José Caridad Mateo, que le ofrece la posibilidad de trabajar en su despacho. Juntos construyen la Casa Cervigón en Oleiros, una de las obras más significativas de la arquitectura racionalista en Galicia. Poco después ambos son obligados a enrolarse en el ejército franquista, del cual desertan. La madrugada del 20 de octubre de 1938, junto a Rogelio, hermano de José Caridad, y con la ayuda de cuatro marineros, abandonan España a bordo de un barco de pesca y desembarcan en el puerto de Brest (Francia). A continuación, reingresan en la España republicana por la frontera catalana y llegado a Barcelona Tell es nombrado Encargado de Negocios de la embajada española en Oslo. En la capital noruega, en estos meses finales de la guerra, trabaja en la organización de la ayuda humanitaria a la República y en tareas de espionaje militar informando al gobierno republicano de la ayuda militar que Hitler envía a Franco. En estas misiones colabora un joven alemán refugiado en Oslo con quien Tell ha trabado amistad: Herbert Ernst Karl Frahm, militante socialista fugitivo de los nazis que en aquella época ya era conocido en los círculos clandestinos con el nombre que le llevará a la fama como uno de los estadistas clave de su país: Willy Brandt.[1] Noruega reconoce el gobierno de Franco el 1 de mayo de 1939, con este acto quedaba desmantelada la representación diplomática que Jordi Tell ejercía en el país escandinavo. A pesar de esto, decide quedarse en Oslo y buscar trabajo; la mejor opción para alguien comprometido con la República y declarado en rebeldía por el General Franco tras la fuga protagonizada con los hermanos Caridad Mateo. Sin abandonar el Spania-Komite y por tanto la ayuda a los republicanos desplazados, retoma su carrera de arquitecto: inscribe a la Asociación Noruega de Arquitectos (MNLA) y comienza a trabajar como ayudante en el despacho del arquitecto noruego Hjalmar Severin Bakstad. Esta tranquila vida de arquitecto en Oslo se ve alterada el 9 de abril de 1940 cuando Noruega es ocupada por Hitler y Tell es de nuevo detenido.[1] Pocos meses después, escapa de la prisión de Oslo y se refugia en Suecia. De allí continúa su fuga hacia la URSS, Japón y Estados Unidos, hasta llegar a México el 16 de junio de 1941. Establecido en Ciudad de México, comienza a trabajar como arquitecto en la empresa constructora Bertran Cusiné SA, de los catalanes José y Jerónimo Bertran Cusiné. El año siguiente, sin abandonar los Bertran Cusiné, abre su propio despacho de arquitecto y, poco después, se asocia con Josep Maria Xammar y Sala para crear Curvomex, empresa de decoración y fabricación de muebles. Tres años después comienza un nuevo negocio, como administrador de Indomex, una firma dedicada a la importación y venta de confección. Aparte de su carrera profesional de arquitecto, en México Jordi Tell puede retomar el contacto con los viejos amigos del antiguo Partit Nacionalista Català y de Estat Català y retorna al combate político.[3] Una vida más o menos apacible que da un nuevo giro de ciento ochenta grados cuando en 1946, finalizada la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de la República Española en el Exilio se reorganiza y lo nombra representante en los países nórdicos y vuelve a Noruega. En 1948 actúa como delegado oficial del Gobierno de la República en la reunión de la ONU en París, donde se impide la entrada de la España de Franco en el organismo internacional. Dos años después, España es aceptada. Se desvanece el sueño del restablecimiento de la democracia y, de paso, desaparecen las posibilidades para el Exilio de un retorno a corto plazo. El desencanto es total y absoluto en las comunidades republicanas esparcidas por el mundo. Jordi Tell, derrotado en su lucha para detener el franquismo desde el terreno internacional, canaliza el desencanto por medio de un cambio personal radical. Abandona las tareas diplomáticas, la familia y la seguridad económica de la ciudad de Sarpsborg donde vive, y se recluye en un pequeño islote (Hvaler) en el estrecho de Skagerakk, al sur de Noruega, donde vivirá sin luz eléctrica ensayando una vida naturista. En 1961 vuelve al continente y una vida más convencional. Instalado en Dilling, trabaja en la oficina del arquitecto provincial de Østfold. A principios de los 1970 vuelve a la política activa y preside la agrupación del condado de Østfold del Sosialistisk Folkeparti, escisión del partido socialista noruego. Todo ello, con un ojo en Cataluña: está suscrito a prensa catalana y mantiene una intensa actividad epistolar, entre otros, con Manuel Serra i Moret, Josep Pallach, o Josep Tarradellas, destacados dirigentes políticos en el exilio. Desde su jubilación en 1974, alterna su residencia entre Cataluña y Noruega, y sigue de cerca, y de primera mano, con un correspondencia frecuente, el retorno del Presidente Tarradellas del exilio y la recuperación de las instituciones de autogobierno catalán. Jordi Tell muere el 24 de octubre de 1991 en la localidad noruega de Fredrikstadt.[1] .
BIBLIOGRAFIA
- CUETO RUIZ-FUNES, Juan Ignacio del. Arquitectos españoles exiliados en México. Ciudad de México, Bonilla Artigas Editores - UNAM Facultad de Arquitectura, 2014.
- DOMÈNECH CASADEVALL, Gemma. El llop solitari de l’exili català (1907-1991). Girona: ICRPC-Duxelm, 2015.
- DOMÈNECH CASADEVALL, Gemma. “Els catalans de la cel·la 17”. Sàpiens, núm. 182, juny-2017, pp.40-46. ISSN:1695-2014.
- DOMÈNECH CASADEVALL, Gemma.“Arquitectes catalans exiliats a Mèxic”, GALÍ, Montserrat; ZAIDENWERG, Cielo Rosa; LUCCI, Marcela; DALLA-CORTE, Gabriela (cord. Ed.), Catalunya e Iberomáerica, Investigaciones recientes y nuevos enfoques. Barcelona, Asociación de Catalanistas de América Latina – Fundació Casa Amèrica Catalunya, 2017. ISBN 9788485736676, pp. 25-34. http://www.americat.barcelona/es/catalunya-e-iberoamerica-investigaciones-recientes-y-nuevos-enfoques
- VICENTE GARRIDO, Henry. Arquitecturas desplazadas. Arquitectura del exilio español. Madrid, Ministerio de la Vivienda, 2007.