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{{Ficha de militar
| nombre = Rafael Olvera Ledesma
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'''Rafael Olvera Ledesma''' o '''Rafael Olvera Madrigal''' ([[Jalpan de Serra]], [[Sierra Gorda (México)|Sierra Gorda]], [[24 de octubre]] de [[1823]] - [[Querétaro]]͵ [[Querétaro]] [[17 de septiembre]] de [[1898]]<ref>También se estima lo siguiente:{{cita|El día 15 de Septiembre falleció en Querétaro el Sr. General Rafael Olvera.</br>|''Noticia de la muerte de Rafael Olvera''}})</ref>. Fue un General/[[militar]] consevador [[México|mexicano]]. Comandante militar y hacendado que llegó a gobernar el Estado de Querétaro.

== Biografía ==
Nació en [[Jalpan de Serra]], [[Sierra Gorda (México)|Sierra Gorda]], [[Estado de Querétaro|Querétaro]] el 24 de octubre de 1823.
Fue el segundo general de [[Tomás Mejía Camacho|Tomás Mejía]]. Al triunfo de la República, el general Mejía fue hecho prisionero y fusilado en 1867 junto con el emperador Maximiliano de Habsburgo y el general Miramón en el Cerro de las Campanas. A la muerte del general Mejía, su segundo en jerarquía, Rafael Olvera, oriundo de Jalpan, se sometió junto con sus tropas al gobierno republicano de Don Benito Juárez García y fue comisionado para resguardar la Sierra Gorda. Años después fue nombrado gobernador del Estado de Querétaro; propiciando este hecho el resurgimiento de la paz en la región.

En una acción dada en la plaza de [[Jalpan]], [[Querétaro]] por el Gral. Joaquín Martínez contra el Gral. Olvera, muere el coronel y hermano de Rafael, [[Francisco Olvera Madrigal Ledesma]]. No obstante, Rafael Olvera escapó del acto mientras que Martínez no eliminó toda la fuerza militar de los imperialistas, pues aun no caía la [https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9xico,_D._F. Ciudad de México] ni el general Olvera en la [[Sierra Gorda (México)|Sierra Gorda]], manteniéndose como el único ya que podía dar dolores de cabeza al gobierno republicano. Sin embargo, Olvera y su gente sabían que su causa estaba perdida y se sometieron junto con sus tropas al gobierno republicano de [[Benito Juárez]], siendo comisionado para resguardar la [[Sierra Gorda (México)|Sierra Gorda]]. Años después fue nombrado gobernador de [[Querétaro]] durante el [[Porfiriato]]. Falleció el [[17 de septiembre]] de [[1898]] en [[Querétaro]], [[Querétaro]].
[[File:Rafael Olvera.png|thumb|Rafael Olvera]]

== Biografía completa ==
=== En las filas del Imperio ===
Nativo de la villa de Jalpan, donde nace el 24 de
octubre de 1823, Rafael Olvera fue hijo del matrimonio
formado por Antonio Olvera y Francisca
Ledesma.
Según un testigo de la época, hacia
1858 ya fungía como general de brigada y segundo
en jefe de Tomás Mejía, aunque por aquel
entonces se limitaba a “[…]mandar pequeñas
expediciones a los pueblos vecinos, aún de otros
estados, los que débiles y aún indefensos, no podían
oponer ninguna resistencia a los saqueos,
incendios y asesinatos que con frecuencia se cometían
en ellos al grito hipócrita de Religión […]”2
Las referencias documentales confirman que
bajo el mando de Tomás Mejía, Rafael Olvera defendió
en territorio de la Sierra Gorda la causa
conservadora enarbolando los principios de religión
y fueros. Se opuso sistemáticamente a la
Constitución de 1857, acompañó a su inmediato
superior en las acciones militares a favor del
Imperio de Maximiliano que tuvieron lugar en el
centro norte del país, y, a finales de 1864,participó
en la captura del puerto de Matamoros. Su
actuación en las filas del Imperio lo hizo merecer
el nombramiento de “Oficial de la Legión de Honor”,
expedido por el propio Napoleón III. 3
Llegó a
ocupar la jefatura superior militar de los departamentos
de Nuevo León y Coahuila en 1865 y, tras
la recaptura del puerto fronterizo por los ejércitos
republicanos, retornó a su refugio en la Sierra
en calidad de comandante de la Subdivisión
Militar del Departamento de Querétaro, 4
de donde
nunca “se descolgó”, como esperaba el propio
Maximiliano, para romper el sitio que Escobedo
le había impuesto en la ciudad de Querétaro. Una
vez triunfante la causa republicana, en agosto de
1867 Olvera ofreció al presidente Juárez su adhesión,
pero éste se negó a reconocerle garantía
alguna a cambio de su rendición. En consecuencia,
el militar conservador se atrincheró con sus
fuerzas en Jalpan, en espera de mejores tiempos.
Tras la muerte de Benito Juárez, su sucesor Sebastián
Lerdo de Tejada legitimó la presencia en la
Sierra de la “Brigada Olvera” y apoyó la construcción
del camino Querétaro – Tampico, del cual, en
opinión del diputado federal José María Romero,
Rafael Olvera era “[…]el primero y más constante
promovedor”. 5
Años más tarde, en el contexto de la
rebelión que estalló en contra de la reelección del
presidente y bajo la bandera del Plan de Tuxtepec,
Olvera concedió su apoyo a Lerdo y después a José
María Iglesias. Fue hasta diciembre de 1876, tras
la derrota de sus favoritos, cuando reconoció el
plan y el gobierno encabezado por Porfirio Díaz.

=== Los orígenes de un cacicazgo ===

Marta Eugenia García asienta que el personaje
es un claro ejemplo de cómo los militares se
hicieron dueños de vastas extensiones de terrenos
en la Sierra, y afirma que la concentración
de tierras de su propiedad data de 1847.7
Si bien Olvera sentó las bases de su fortuna en
fechas anteriores al triunfo de la República, resulta
evidente que su influencia en la región creció
a raíz de la muerte de Tomás Mejía y debido
a que conservó el mando de la tropa acampada
en la serranía. Lo anterior fue consecuencia del
respaldo que le concedió el gobierno federal,
necesitado de su apoyo para garantizar la estabilidad
en la Sierra y temeroso de que su poder
e influencia la sustrajeran del control del centro.
En repetidas ocasiones, sus detractores confirieron
a Olvera el calificativo de “cacique”. Las
denuncias no sólo provenían de los que en carne
propia habían sufrido los abusos y arbitrariedades
de quien, sin haber recibido nunca el
reconocimiento oficial, ostentaba el rango de
“general” y disponía a su arbitrio del patrimonio,
y muchas veces también de la integridad fí-
sica, de los habitantes de la región serrana. 8
El
corresponsal en Querétaro del periódico capitalino
La Patria, bajo la dirección de Irineo Paz, en
su ejemplar del 24 de octubre de 1879 asentaba
que Olvera trabajaba afanosamente por afianzar
su candidatura al gobierno del estado, y añadía:
Es en ese desgraciado territorio, un cacique
desnaturalizado, un señor de horca y cuchillo,
que expropia a los infelices habitantes
sus propiedades y los tiraniza de la manera
más cruel y bárbara.9
A partir de 1879, Olvera dio claras muestras de
que su influencia en la Sierra era definitiva y sin su
colaboración, la paz en el estado endeble. En
ro de 1880, haciendo uso de las facultades que le
concedía la Constitución local, el gobernador de
Querétaro, Antonio Gayón10 , nombró a Celso Rico
prefecto del distrito de Jalpan; pero los ayuntamientos
de las municipalidades que lo conformaban,
controlados por Rafael Olvera, se negaron a
aceptarlo. Además, el mismo Celso Rico aseguró
que Olvera había intentado sobornarlo con el propósito
de que se negara a desempeñar el cargo
conferido. Imposibilitado para cumplir con su encomienda,
Rico regresó a Querétaro y el 11 de febrero
el gobernador designó a Bernardo Vázquez
Mellado para que cubriera la vacante. Vázquez
Mellado, también fue rechazado (Meyer 2006).
Teniendo bajo su control los municipios del
distrito de Jalpan, Rafael Olvera decidió ampliar
su influencia al distrito de San Pedro Tolimán.
El pretexto fue apoyar a los habitantes de la antigua
colonia militar de Peñamiller en contra de
los dueños de la hacienda de San Antonio del Extoraz.
El prefecto de Tolimán intervino obligando
a los elementos olveristas a replegarse; lo que el
cacique consideró un “ataque” a las fuerzas federales.
Fue a partir de entonces cuando Antonio
Gayón trató de influir en el ánimo del presidente
para que le retirase a Olvera el mando de
la fuerza federal, haciéndole saber que éste se
encontraba repartiendo armas “entre los vecinos
de Pañamiller y otros pueblos de la Sierra”.11
Haciendo gala de diplomacia y de su estilo personalísimo
de dilatar los asuntos que no ameritaban
el enfrentamiento, Porfirio Díaz recomendó
a Gayón conservar la armonía. Para garantizar
dicha “armonía”, Olvera ordenó a sus subalternos
conducir al subprefecto de Peñamiller ante
su presencia, con la intención de “conferenciar”
con él, en Jalpan . La Industria Nacional, de fecha
26 de febrero de 1880, reproducía la siguiente
nota tomada de “un periódico queretano”:
[…] saben por fin [nuestros lectores] que
Olvera aplica la ley fuga, que permite y autoriza
la ocupación de la propiedad de
los particulares por los vecinos de Peñamiller.
Pero no saben, que ya se ocupa no
sólo de la propiedad, sino que se plagia a
las personas, a las mismas autoridades.13
Pese a la insistencia de Gayón respecto a la necesidad
de preservar la soberanía del estado
manteniendo a Olvera al margen de los asuntos
locales, Díaz continuó dispensándole su protección.
Sabía lo difícil que le resultaría terminar
por la vía de las armas con su cacicazgo, que él
aún no contaba con el poder suficiente para emprender
tan riesgosa encomienda y que la paz
a cualquier costo, era prioridad. Muy probablemente,
también consideraba a Olvera como un
factor de equilibrio en el estado ante el aumento
de poder del caudillo-gobernador Antonio Gayón.
Los datos que arroja el recuento de sus propiedades,
confirman que al triunfo de Tuxtepec Olvera
poseía varios terrenos en la región, y que su
fortuna le permitía actuar en calidad de prestamista
y fiador. Consta, por ejemplo, que en junio
de 1877 prestó 720 pesos a José María Silva quien
como garantía empeñó su casa ubicada en Rayón.
Dos años más tarde, José María Romero, socio e
incondicional de Olvera, estableció en Jalpan una
casa de empeño de nombre El Destino, negocio
al cual Olvera aportó, en calidad de fiador, la cantidad
de 1,600 pesos. En 1879, aparece también
como fiador en la apertura de una agencia tabacalera
en Jalpan.14 Respecto a la ya por entonces
muy considerable fortuna de Rafael Olvera, en la
biografía de doña Cayetana Grageda de Romero,
se asienta que a mediados de 1881, el ingeniero
Romero, su esposo, había solicitado a Olvera
un préstamo a fin de adquirir la hacienda de La
Escondida, situada a inmediaciones de San José
Iturbide, ya que al señor Romero “[…] le constaba
que el Gral. Rafael Olvera tenía guardados en su
casa más de un millón de pesos en oro y plata y
cerca de $300.000 en depósito en respetables casas
de comercio de San Luis Potosí y México […]
El Gral. Olvera contestó desde luego que no tenía
fondos para favorecer a su amigo”. 15Rafal Olvera
era sin duda para entonces, un poderoso cacique.

=== Gubernatura frustrada ===

En 1879 comenzaron a caldearse los ánimos
con motivo de la sucesión al gobierno de la entidad
y Antonio Gayón, dados los enfrentamientos
armados en la Sierra promovidos por
Olvera, acudió a la Ciudad de México a entrevistarse
con el presidente pero el resultado no le
fue favorable; Díaz le había retirado su apoyo.
Dos eran los candidatos visibles en la futura
contienda: Rafael Olvera y Francisco González de
Cosío; miembro este último de una acaudalada
familia queretana y quien contaba con el respaldo
de los prohombres del comercio, la industria
y la agricultura en la entidad. En las elecciones
celebradas durante el mes de abril de 1880, “el
pueblo”, como de costumbre, acudió a las urnas
a fin de “expresar su voluntad” con los siguientes
resultados: González de Cosío arrasó en el
Distrito del Centro, lo mismo que en San Juan del
Río, mientras en Amealco obtuvo unanimidad. En
Cadereyta se tuvo que convocar dos veces al colegio
electoral, ya que la primera sesión fue interrumpida
con pistola en mano por los partidarios
de Olvera y fue hasta las diez de la noche cuando
el colegio pudo instalarse de nuevo; los escasos
electores concedieron el triunfo a González.
En Tolimán, el colegio no se instaló por falta de
quórum, mientras que en Jalpan, los partidarios
de Olvera declararon el proceso como ilegal.16
No obstante los disturbios e irregularidades, el
Congreso local emitió el 25 de abril un decreto
declarando gobernador constitucional del estado
al ingeniero Francisco González de Cosío para el
periodo que había comenzado en octubre de 1879
y debía concluir en 1883. Pese a que el escándalo
generado con motivo de las elecciones llegó hasta
el Congreso de la Unión, y no obstante que los
periódicos de la Ciudad de México hicieron eco de
las denuncias presentadas por Olvera y sus seguidores,
González de Cosío se instaló en el palacio
de gobierno y se dispuso a gobernar la entidad

=== De aliado incómodo a socio conveniente ===
En el plano nacional, al acercarse las elecciones
federales de 1880, y una vez establecido el principio
de “no reelección”, ante la conformación de
los distintos círculos políticos que se organizaron
para postular a sus candidatos, Díaz, sabedor de
que no contaba aún con fuerza suficiente para
imponer a su favorito, convocó a una reunión de
mandatarios estatales que se llevó a cabo el 15 de
octubre de 1879. En síntesis lo que el presidente
pretendía, era que su candidato, el general Manuel
González, contara con el visto bueno de la coalición
de caudillos y caciques regionales que junto
con él habían hecho posible el triunfo de Tuxtepec.
Aceptada la postulación por Manuel González,
fue apoyada por el presidente y publicada en la
prensa. Los militares fueron parte activa e indispensable
en la contienda electoral, tanto por su autoridad
como por la influencia que ejercían sobre
los elementos bajo su mando. Entre los anteriores
se encontraba Rafael Olvera, quien a decir de María
Eugenia Ponce (Ponce, 2000), gracias a su influencia
sobre los electores de la Sierra, logró que
en la región triunfara la candidatura de González.
Las elecciones se celebraron de manera pacífica
y el resultado favoreció, naturalmente, al general
González. Las alianzas con las élites regionales y
sus representantes, habían arrojado el resultado
deseado que legitimaba al grupo porfirista en el
poder y demostraba que la vía “legal” y pacífica,
había desplazado al empleo de las armas. El
primero de diciembre de 1880, Manuel González
tomó posesión de la Presidencia de la República.
Tal parece que a partir de entonces y hasta finales
de 1882, Olvera se concentró en “mantener
la paz” al interior de su feudo, aumentar su ya
considerable patrimonio y granjearse la confian
za del presidente, aprovechándose de una de sus
más grandes debilidades: su amor por el dinero.
En marzo de 1882, Rafael Olvera se ocupaba de
informar a González acerca de las condiciones en
que se encontraba la hacienda de San Juan Amoladeras.
Le advertía que ya se habían presentado
varios posibles compradores a causa del trazo del
ferrocarril entre San Luis Potosí y Tampico, mismo
que pasaría ocho leguas al sur de dicha hacienda,
y le hacía saber, además, que había ofrecido
al propietario 35 mil pesos “para Ud. o para mí
en caso de que Ud. no la quiera”. González decidió
que fuera para él, y en agosto de 1882, envió cuatro
mil pesos plata a Olvera para su adquisición.17
Dos meses más tarde Olvera escribía a Manuel
González desde San Dieguito, Ciudad Valles,
donde organizaba los trabajos del tramo
contratado para la construcción del ferrocarril
San Luis Potosí –Tampico. Asimismo, le comentaba
la conveniencia de adquirir la hacienda de
El Sabinal, ya que tanto ésta, como la de Tambaca,
se encontraban my cerca del trazo de la vía,
y añadía: “He pasado por su hacienda de trigo
la que he hallado en buen estado, y las operaciones
de campo continúan perfectamente”.18
Un mes más tarde, Rafael Olvera se preparaba
para concluir la contratación de la vía férrea de San
Luis Potosí a Tampico. Respecto a la Hacienda de
Huichihuayán, comentaba al presidente González
que una vez realizados los trabajos de reconocimiento,
llevados a cabo por él y Luis Rivas, se disponía
a hacer lo propio en relación a El Sabinal.19
Probablemente no al mismo ritmo, pero sí
al mismo tiempo que las de Manuel González,
crecían las propiedades de Rafael Olvera. En
agosto de 1880 Olvera adquirió un rancho que
originalmente había sido parte de la hacienda
de Amoladeras, municipalidad de Rayón, en
la cantidad de cinco mil pesos20. Un mes más
tarde hacía constar ante el juez de letras de Jalpan,
que había comprado a Camilo Canseco el
rancho conocido como Concá, en 3,120 pesos.21
Además de los pingües negocios que Olvera
realizó gracias a la complicidad de su nuevo y
poderoso protector, Manuel González instruyó
al Ministerio de Guerra a fin de que se le pagaran
los montos que correspondían a las fuerzas
federales bajo su mando acampadas en la Sierra
Gorda, incluidos aquellos vencidos. De julio
de 1880 a julio de 1882, consta que la “fuerza
de la Sierra Gorda” recibió puntualmente el
pago de haberes por parte del gobierno federal.
Las cantidades que se le ministraron a Rafael
Olvera para tal fin fueron en aumento: de doscientos
pesos en 1880 a los tres mil en 1882.22
En 1883, Olvera se lanzó de nuevo a la captura
de su más preciado botín: la gubernatura del estado.
Corría el mes de mayo cuando atento a las
preferencias del centro, González de Cosío autorizó
a José de Jesús Domínguez para que propagara
la candidatura de Olvera a la gubernatura.23
Poco después, el presidente escribía al gobernador
queretano para reiterarle que estaba de
acuerdo con la candidatura de Rafael Olvera, y
pedía le enviara la lista de candidatos a la Legislatura
del estado, la cual, aseguraba, debía integrarse
con buenos y leales “amigos nuestros”. 24
Para el mes de septiembre, González escribía
a Olvera celebrando el que su candidatura
hubiese sido aceptada en todos los distritos.
Así mismo, le informaba que trasmitía al
aún gobernador, “sus propósitos nobles de
rodearse, cuando llegue, al gobierno, de todas
las inteligencias y aptitudes que se encuentren
en el estado sin distinción alguna […]”.25
Las elecciones se llevaron a cabo con la mayor
tranquilidad. El 21 de septiembre se emitió el
decreto que proclamaba a Rafael Olvera gobernador
constitucional para el periodo comprendido
del 1º de octubre de 1883 al 1º de octubre
de 1887. Y por si alguna duda cabía en relación
a quién había dispuesto que Olvera se ocupara
del gobierno del estado de Querétaro, Manuel
González respondía a la inquietud que en ese
sentido asaltaba a Ramón Corona, ministro de
México en España, en los siguientes términos:
No es exacto que el señor General Rafael Olvera
haya sido electo gobernador del estado
de Querétaro por influencia del Dr. Fernández:
persuádase Ud. que este asunto,
como en otros de igual naturaleza, no hay
más influencia que la mía en consonancia
con la voluntad y los intereses del pueblo.26

=== Al fin gobernador ===

Una vez en el poder, Olvera tuvo que enfrentar las
reacciones que provocó la puesta en circulación,
por disposición federal, de moneda fraccionaria
de níquel. A pesar de estar vigente desde el mes de
diciembre de 1881, la medida no había sido aplicada
en Querétaro y Olvera se encargó con prontitud
de que así fuera. Confiado, había asegurado
al presidente González que no tendría ninguna
dificultad en imponerla en los pueblos del estado.
No obstante, el grueso de la población rechazó de
manera contundente las nuevas monedas de uno,
dos y cinco centavos, y los comerciantes en particular
se negaron a recibirla.27 Pese a los esfuerzos
de Olvera por convencer a los propietarios de los
comercios de las bondades de la reforma monetaria,
los precios de las mercancías de primera necesidad
se elevaron, y el malestar de la población
creció a tal punto que el gobierno se vio obligado
a establecer expendios municipales para proveer
a la gente de productos básicos. Finalmente, al gobernador
no le quedó más remedio que retirar la
moneda de níquel de la circulación. La violencia
con la que la población reaccionó no fue exclusiva
de Querétaro; a nivel nacional la moneda fraccionaria
de níquel fue rechazada con tal fuerza que
el gobierno federal tuvo que dar marcha atrás.
Pese a los adelantos que en el plano de las mejoras
materiales se alcanzaron durante las administraciones
de Gayón y González de Cosío,
la modernidad en el estado era aún un ideal lejano.
Con su estela de humo, en febrero de 1882
la primera locomotora del Ferrocarril Central
Mexicano arribó a Querétaro, pero una vez pasada
la algarabía que el símbolo inequívoco del
progreso produjo entre la población, la realidad
se impuso: el comercio local registró pérdidas
importantes al tener que competir con productos
provenientes de otros puntos del país o del
extranjero. El impacto positivo del ferrocarril
para la industria y el comercio queretanos, tardaría
algunos años en convertirse en realidad.
A propósito del Ferrocarril Central, en mayo de
1885 Ramón Fernández se quejaba amargamente
ante el presidente; del “malhadado” negocio del
contrato de obras relativo al camino San Luis Potosí
– Tampico, en el tramo Tambaca al Abra. Le
informaba que para entonces Olvera había recibido
el saldo de su cuenta por las obras contratadas,
sin que a la fecha ellos hubieran obtenido
“un peso” de los 15,000 invertidos.28 Respecto a
los negocios realizados por González en materia
de construcción de vías férreas, cabe señalar
que Olvera, había intervenido en 1882 como
prestanombres del entonces presidente en la
compra del tendido La Esperanza-Tehuacán.29
A la llegada de Olvera al gobierno, los distritos
de Cadereyta y Jalpan se disputaban el primer
lugar en producción minera. Rafael Olvera, tenía
buena parte de su capital invertido en este sector
y las ganancias que le redituaba no eran nada
despreciables. Asociado a capital inglés, Olvera
se había convertido en uno de los más prósperos
empresarios mineros. Durante su gobierno
se encargó de privilegiar al sector y en noviembre
de 1883 exentó de todo impuesto, por un
plazo de cinco años, tanto a las haciendas dedicadas
al beneficio de metales como a todos los
insumos que para tal efecto fueran introducidas
a la entidad. En julio de 1884, gracias a las gestiones
de José María Romero, Rafael Olvera negoció
la venta de las minas de plata de Pinal de
Amoles a la Asociación Trasatlántica de Londres.
En el plano educativo y en consonancia con los
preceptos de la Constitución federal de 1857 que
establecían la libertad de enseñanza, su obligatoriedad
y carácter gratuito, en Querétaro, a partir
de 1879, se consideró como obligación de toda
persona el procurar recibir instrucción en las escuelas
establecidas por el gobierno del estado o
en colegios particulares.30 En 1884, Olvera hizo
hincapié en que la enseñanza era “libre” en todo
el territorio estatal y que los directores de los colegios
de instrucción secundaria y profesional tenían
la facultad de elegir los textos y contratar a
los profesores que consideraran más a propósito.
El carácter “libre” de la educación fue aprovechado
por las escuelas privadas para difundir, y defender,
la religión católica. En octubre de 1883 se
anunció la apertura del Liceo Católico, cuyas autoridades
se ufanaban de tener por principal objetivo
la férrea defensa de la enseñanza católica, declarándose
enemigas “del ateísmo y la anarquía”.31
La libertad de cultos representó un serio problema
para la administración olverista. Pese a
estar consignada en la Constitución federal como
parte irrenunciable de los derechos del hombre,
no era bien vista por la inmensa mayoría de los
queretanos, quienes profesaban la religión cató-
lica. Lo anterior provocaría el rechazo inmediato
de los protestantes que decidieron establecerse
en la ciudad de Querétaro con la intención de
propagar el culto metodista. En abril de 1881
la animadversión de los habitantes de la capital
desembocó en violencia; una multitud congregada
en las inmediaciones de la casa habitada
por los ministros lanzó injurias y piedras contra
los protestantes. En consecuencia, el presidente
Manuel González destinó elementos policiacos
a fin de que se hicieran cargo de la seguridad
de los agredidos y mandó un comunicado al gobernador
Olvera haciéndole saber su desacuerdo
con el obispo de la Diócesis, quien se oponía
a la presencia de los protestantes, y añadía:
Es ineludible de las autoridades garantizar
las vidas y los intereses de los ciudadanos,
y los protestantes, no por serlo, dejan
de tener derecho de la protección de las leyes
que son la salvaguarda de todos. Si a los
miembros de la secta religiosa de que se trata
[…] se les ha dado un servicio especial de
policía, destinando a ese objeto agentes de
seguridad, ha sido [porque] se pretendía asesinar
a los protestantes y esto no podía consentirlo
la autoridad, bajo ningún título.32
La prensa nacional criticó duramente la protección
que el gobernador dispensaba a la
Iglesia católica. A mediados de 1887, la rivalidad
existente entre el diario católico El Tiempo
y el liberal El Siglo XIX, nos deja ver claramente
el cúmulo de acusaciones que pesaba
sobre la administración del cacique serrano:
[…] el Siglo XIX que su actual redactor es el tristemente
célebre Frías y Soto […] se desata en injurias
personales contra el actual gobernador de
Querétaro a quien llama ignorante hasta el cretinismo,
enemigo de la Constitución y la Reforma,
etc, etc, [… afirma] que en Querétaro, más que
en ninguna parte, no se escucha más que el sonido
de las campanas […] los clérigos usan trajes
talares […que] allí no hay más que funciones
religiosas y ejercicios devotos […] se entierra
dentro de los templos […] ¡Vaya cargos ridículos!
En lo que sí concedemos la razón al Siglo es en
el cargo que hace al gobierno de Querétaro sobre
la miseria que hay en aquel estado, [...] hay
ahí un desbarajuste administrativo escandaloso:
no se paga a los empleados, se extorsiona a
todo mundo, se persigue a los periodistas, se
abandona la instrucción pública, etc, etc […]33
En resumidas cuentas, los redactores de El
Tiempo consideraban que las acusaciones del
Siglo XIX, sólo servían para demostrar que Olvera
no era un mandatario intolerante; ¡flaco
favor le hacían al gobernador queretano!
A propósito de campanas, en febrero de 1884
la señora Victoria Llaca de Rivas, dueña de la
hacienda La Capilla, dentro de cuyos límites
se ubicaba el llamado Cerro de las Campanas,
firmó un acuerdo notarial con el entonces go-
bernador en el cual autorizaba la construcción
de un monumento en el lugar exacto del fusilamiento
de Maximiliano, Miramón y Mejía “para
conservar la memoria de aquel acontecimiento
histórico”. El convenio fue celebrado a título
meramente personal, concediéndole al general
Olvera el uso de un terreno de cinco metros de
largo por dos y medio de ancho, sin que con ello
se perjudicaran los derechos de la propietaria. 34

=== Mucha administración y no poca política ===

La relación entre el gobernador queretano y el
presidente de la República combinó hábilmente
la política y los negocios particulares. En el ámbito
de la política, la estrecha relación con el presidente
le garantizó a Olvera el respaldo del primero
durante el periodo en que coincidieron ambas
administraciones. Así por ejemplo, y aún antes de
que Olvera asumiera la gubernatura, en septiembre
de 1883 González hacía de su conocimiento la
terna aprobada por la Suprema Corte en relación
al primer suplente del tribunal de circuito de Querétaro
y pedía le informara quien era el candidato
“de su entera confianza”, a fin de expedir el nombramiento
respectivo.35 En relación con las elecciones
federales de 1883, Rafael Olvera se quejó
de que el licenciado Carlos Rivas insistía en que
saliera diputado federal por Querétaro, uno de sus
peores enemigos: el licenciado José Linares. Ante
la queja, el presidente ofreció arreglar las cosas
para que Linares saliera electo “por otro estado”. 36
Pero al término de su periodo y con el retorno
de Porfirio Díaz a la presidencia, las cosas cambiaron,
y para bien, para el cacique serrano. Las
quejas de los ciudadanos en contra de los abusos
de Olvera comenzaron a ser recibidas en Palacio
Nacional. Pablo Martínez de los Ríos, vecino
de la villa de Jalpan, en febrero de 1885 solicitaba
la protección de Díaz ya que el gobernador
Rafael Olvera le impedía explotar una veta ubicada
en San Pedro Escanela, mandando incluso
derrumbar las construcciones de su finca de
fundición.37 Un año más tarde, Díaz recibía una
carta de quien, bajo el seudónimo de “Ángel”, denunciaba
que Querétaro se encontraba “gobernado
por cuatro o seis mochos dominados por el
fraile mayor […]”, mientras los jueces, especialmente
los de distrito, actuaban a su arbitrio.38
Otra de las acusaciones que pesaban en contra
de Olvera, consistía en su desmedido apoyo a la
Casa Rubio. Más de una fueron las denuncias en
el sentido de que dicha casa comercial cometía
abusos gracias a la complicidad del gobernador.
En ese sentido, Juan Caldera, quien se firmaba
como “comerciante poquitero; pero apasionado y
constante amigo […]” afirmaba que la Casa Rubio,
la cual había sido “santanista, reaccionaria, luego
liberal, después imperialista, y más tarde juarista,
iglesista, porfirista, benitista y vallartista, gonzalista,
y, últimamente, otra vez porfirista y siempre
sinverguencista”, tenía dominado al estado dada
la impericia e irregular conducta de Rafael Olvera.
Así mismo, denunciaba irregularidades en el
pago de contribuciones al erario por parte de la
fábrica El Hércules, además de acusarla de prácticas
monopólicas. Finalmente y en relación a Olvera,
afirmaba que todo el pilón que se introducía
a la ciudad de Querétaro provenía de la Sierra, y
que, tratándose de un negocio particular del gobernador,
no pagaba ninguna clase de derechos,
afectando seriamente al comercio de buena fe. 39
Así las cosas y contrariamente a la buena disposición
de Manuel González para con las recomendaciones
de Olvera, Porfirio Díaz al parecer
no dudó en rechazarlas. En septiembre
de 1886 el gobernador le recomendaba para
juzgado de distrito al señor Lorenzo Quiñones;
como respuesta el presidente escuetamente
le hacía saber que se le dificultaba cumplir con
sus deseos.40 Evidentemente, Díaz no estaba
dispuesto a permitir la intervención de Olvera
en la designación de autoridades federales.
En vísperas de las elecciones generales de junio
y julio de 1886, Porfirio Díaz continuó con
la práctica impuesta por González de intervenir
directamente en la elaboración de las listas de
candidatos a diputados y senadores por cada uno
de los estados. En ese sentido, y aparentemente
sin tomar opinión a Olvera, Porfirio Díaz le instruyó
que en lugar de Ángel María Padilla, quien
estaba considerado como diputado propietario,
“se sirva poner al señor general Eulalio Vela”. 41
Rafael Olvera recurrió a sus adeptos para encargarles,
en siete ocasiones, el gobierno interino del
estado. Las frecuentes licencias solicitadas por Olvera
para ausentarse del gobierno de la entidad,
sin duda se debieron a la necesidad de atender
sus negocios particulares. Esto parece no haber
tenido a Díaz demasiado preocupado; el estado se
encontraba en paz y la ambición desmedida del
gobernador, aunada a las denuncias de corrupción,
podía ser un factor, susceptible de ser utilizado
para segar sus futuras aspiraciones políticas.42

=== La sucesión ===

Las elecciones locales para el nuevo periodo
de gobierno, y para renovar el Congreso y el Tribunal
de Justicia del estado, debían realizarse
en julio (las primarias) y en agosto de 1887 (las
secundarias). Un año antes de entregar el poder,
tres eran los candidatos más mencionados:
Ángel Domínguez, Antonio Gayón y González
de Cosío. Al respecto, Blanca Gutiérrez señala:
Los liberales moderados apoyaban a Domínguez;
los miembros del partido conservador,
algunos hacendados y sectores
de la Iglesia católica brindaron su apoyo
al guanajuatense Antonio Gayón; mientras
que otro grupo de hacendados trabajaba
a favor del retorno de González de Cosío.43
En noviembre de 1886, el general Mariano Ruiz
escribía a Díaz para comunicarle que “por casualidad”
había llegado a sus manos una carta que
Manuel Rivas Mercado le dirigió a su hermano,
el coronel Luis Rivas Mercado. Le anexaba una
copia para que se enterara de las intenciones de
Manuel Rivas, quien se inclinaba a favor del diputado
Ángel Domínguez para suceder a Olvera.44
En la carta en cuestión, Manuel Rivas Mercado
afirmaba que quien tenía más elementos
para ser candidato era el diputado al Congreso
de la Unión, Ángel M. Domínguez. Afirmaba que
además de su experiencia de gobierno como diputado
federal y local, era “liberal tolerante” y
garantía tanto para los porfiristas como para los
gonzalistas. Aseguraba también que el secretario
de Gobernación, Manuel Romero Rubio, estaba
de acuerdo con la candidatura de Domínguez, lo
mismo que el general Manuel González. No obstante,
dudaba que Olvera apoyara su candidatura,
pues el clero no lo veía bien y la influencia de la
Iglesia sobre Olvera era “grandísima”. Finalizaba
asumiéndose gonzalista y concluía: “Sabemos,
Luis, que no habrá elecciones y que todo el trabajo
debe emprenderse con el presidente y por
eso es que procuramos triunfar en su ánimo”.45
Aunque Domínguez había sido colaborador de
Olvera, inspector de Instrucción y diputado, el entonces
gobernador combatió desde un principio
su candidatura; y cualquier otra posible, ya que
su propósito era reelegirse. En cuanto a la posible
candidatura de Antonio Gayón, el principal obstáculo
radicaba en el requisito de nacimiento y
vecindad consignado en el artículo 72 de la Constitución
local; de tal suerte, sólo un queretano
podía hacerse cargo del gobierno de la entidad.
Ante el apoyo que recibía la candidatura de Domínguez
por parte de reconocidos gonzalistas,
aunado a la oposición del clero, y el hecho de que
el ascenso de Gayón implicaba reformar la constitución
local y una afrenta a la capacidad administrativa
de los queretanos, el retorno de González
de Cosío como candidato oficial, cobró fuerza.
Fue a mediados de junio de 1887 cuando Porfirio
Díaz se decidió abiertamente por la candidatura
de González de Cosío. Así lo demuestra la correspondencia
sostenida entre Díaz y este último, en
el sentido de dar a conocer a Olvera la lista de “los
amigos” con quienes el candidato oficial integraría
la nueva administración. Díaz recomendaba
a González de Cosío acercarse a “dicho señor”
(Olvera) a fin de que entre los dos convinieran la
mejor manera de “localizar” a los candidatos.46
González de Cosío, acatando las instrucciones
del presidente, se entrevistó con Olvera pero éste
se negó a aceptar la lista que le presentaba.47 De
Cosío se decía convencido de que el entonces gobernador
“no cumplirá ningún acuerdo”.48 A Díaz
la reacción de Rafael Olvera no le causó extrañeza
y consideraba que terminaría cediendo. Aseguraba
a González de Cosío que en su opinión:
[…] tanto la Legislatura como el Tribunal
deben estar a todo trance con el nuevo gobernador
que por urbanidad, y para que el
saliente no se retire alarmado, se le puedan
conceder algunas plazas en una y otra corporación
pero dejando siempre una fuerte
mayoría en ambas al nuevo gobernador, aunque
esto no deba ser por mi indicación sino
por deferencia espontánea del nuevo […]
Además, le informaba que había advertido a
Gayón que lo mejor era que renunciara a sus aspiraciones.49

Francisco González de Cosío siguió intentando
llegar a un arreglo con Olvera, pese a estar convencido
de que a éste lo único que le interesaba, era seguir
gobernando al estado “[…] ya sea por manos
secundarias o por sí mismo si pudiera reelegirse
[…]. Sabía de cierto que lo único que realmente le
preocupaba a Rafael Olvera, era el expediente que
se le había iniciado por elementos de las fuerzas
federales que tenía acampadas en Jalpan, y el que
Díaz, molesto por su conducta, le retirase el mando
de dichas fuerzas y no le volviese a prestar su
protección en el contrato de los terrenos baldíos.
La administración de los recursos destinados al
sostenimiento de fuerzas federales, había pendido
siempre sobre Olvera cual espada de Damocles.
En relación al contrato de apeo y deslinde
de terrenos baldíos, la documentación localizada
respalda su participación en la empresa “Rafael
García Martínez y socios para el fraccionamiento,
medida, deslinde y explotación de terrenos baldíos
en Durango, Sinaloa, Zacatecas y Jalisco”.51
En el mismo mes de junio, los diputados locales
Juan y Manuel Rivas Mercado, Rivera Mac Gregor,
Manuel María Rubio, e Ignacio García Rebollo, le
hacían saber a Díaz que si bien el gobernador había
aceptado como “medio conciliatorio” la candidatura
de Cosío, tenían elementos para asegurar
que el anterior estaba empeñado en conformar
una próxima Legislatura compuesta por individuos
hostiles al nuevo gobernador. Sus intenciones
eran que los diputados finalmente obligaran
a Cosío a renunciar, quedando en su lugar el general
Gayón, y una vez consumadas las reformas
a los artículos 78 y 109 de la constitución federal,
la nueva Legislatura allanara el camino para
la reelección de Olvera. Además, añadían, las
cuentas del Ejecutivo correspondientes al año fiscal
que estaba próximo a concluir, no podían ser
aprobadas por la comisión respectiva, compuesta
por quienes suscribían, lo cual constituía motivo
suficiente para formular una acusación en su
contra. No obstante, ese paso tan trascendente no
lo darían a menos de contar con su autorización.
Por lo pronto estaban dispuestos a no convocar
a sesiones extraordinarias, negar su apoyo a las
pretensiones del gobernador, e incluso a renunciar
a sus funciones públicas.52 Díaz, respondió:
[…] la acusación que ustedes se proponen
formular contra el señor general Olvera es
buen expediente y debe ponerse en práctica
pero como último recurso: esto es que con
lealtad y franqueza se le manifieste que va en
mal camino y que su conducta obligará a ustedes
a proceder en la forma enunciada […] 53
No hubo necesidad de emplear ese “último recurso”.
El 8 de julio de 1887, Rafael Olvera comisionó
a su secretario José María Esquivel para definir
ante Porfirio Díaz, su postura. Como resultado de
la entrevista entre Díaz y Esquivel, Olvera aceptó
las indicaciones del presidente en el sentido de
conformar la próxima Legislatura con cinco diputados
leales a Cosío y cuatro partidarios suyos. 54

Así, finalmente se alcanzó el tan anhelado
“acuerdo”, en el que se cumplían al pie de la
letra las indicaciones del presidente, concediéndole
“por urbanidad” al gobernador saliente,
“algunas plazas”, pero otorgándole a
González de Cosío la mayoría indiscutible y, por
adelantado, el control político de la entidad.
Por instrucciones de Díaz, fuerzas federales
fueron destacadas en la capital del estado con
la encomienda de garantizar el retiro “pacífico”
de Olvera.55 Finalmente, en agosto de 1887
José Vázquez Marroquín sustituyó interinamente
a Rafael Olvera y, en su representación,
entregó el gobierno de la entidad a Francisco
González de Cosío el 1º de octubre de 1887.56
El tiempo del cacique serrano había concluido.
La paz estaba asegurada y si bien la política de
conciliación del presidente le había permitido a
Olvera conservar, de momento, algunas posiciones
en la nueva administración, Porfirio Díaz estaba
más que convencido de que en su proyecto
nacional no había cabida para los caciques; como
tampoco la había para los caudillos independientes.
El siguiente paso era asegurarse de que las
gubernaturas de los estados fueran ocupadas
por elementos, civiles de preferencia, probadamente
leales y dispuestos a seguir, a pie juntillas,
las consignas emanadas del poder central.
Tal fue el caso de Francisco González de Cosío.
Rafael Olvera retornó a su refugio serrano, donde,
como tiro de gracia, diez años más tarde hubo de
enfrentar un nuevo y último proceso en su contra.
En 1897 el jefe de la zona militar a la que correspondía
el estado de Querétaro, mandó procesar
a los oficiales de la fuerza federal que guarecía la
plaza de Jalpan, acusando a Olvera del mal manejo
de los fondos destinados al pago de dicha fuerza y
de haber suprimido algunas plazas en la misma.57
Viejo y ya muy enfermo, en el otoño de 1898
sus allegados trataron de conducirlo a la Ciudad
de México en busca de remedio para sus
males. El esfuerzo fue en vano; Olvera falleció
a su paso por Querétaro y sus restos trasladados
de regreso a Jalpan. Fue así como el cacique
de la Sierra Gorda y ex gobernador de
Querétaro, volvió a la tierra que lo vio nacer,
para que esa misma tierra abrigara sus restos
y le permitiera, finalmente, descansar en paz.

=== Reflexiones Finales ===

La consecución del Estado nacional que se habían
propuesto los liberales, requería concentrar
en el Ejecutivo y en la capital del país, tanto el poder
político como el militar. No obstante, los gobiernos
de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada,
carecieron de las herramientas suficientes
para terminar con el cacicazgo de Rafael Olvera
y optaron por tolerar su permanencia en la Sierra
Gorda queretana, donde su poder y su influencia
se acrecentaron. Lo mismo ocurrió durante la
primera presidencia de Porfirio Díaz, cuando la
necesidad de asegurar la paz en el territorio nacional
y garantizar su permanencia en el poder,
fueron los objetivos primordiales del caudillo de
Tuxtepec. Con el arribo de Manuel González a la
primera magistratura del país, la política de conciliación
fue el instrumento que permitió atraer
a todos aquellos elementos quienes, si bien le
habían apostado al proyecto conservador, se encontraban
dispuestos a colaborar con el régimen
a cambio de su respectiva cuota de poder. En el
caso particular de Olvera, éste, además, estableció
una sólida alianza con el presidente gracias
a su clientela política y su indiscutible habilidad
para los negocios; lo anterior garantizó su ascenso
al gobierno de la entidad. Si bien Manuel González
echó mano de la política de centralización
al hacer evidente la supremacía del poder de la
federación, fue durante el segundo periodo presidencial
de Porfirio Díaz cuando el proceso de aniquilamiento
de las viejas estructuras de carácter
regional y la verticalidad en la toma de decisiones,
garantizó la consolidación del proyecto nacional
y el definitivo desplazamiento del cacique
serrano, siendo reemplazado por el gobernador
porfirista por antonomasia; Francisco González de Cosío. Como bien apunta Merino (1988),
la creciente debilidad de las autoridades locales
cerró el ciclo en la construcción del primer Estado
nacional que conoció la historia mexicana.

==== Chucho el Roto ====
Chucho el Roto era un bandolero
revolucionario que les robaba a los ricos
para repartir el botín entre los pobres.
Nació en una familia humilde del pueblo
de Saldarriaga, municipio de El Marqués,
Querétaro. En ese pueblo aún se encuentra
la casa que habitó.
Siendo joven conoció a Matilde Frizac,
sobrina de don Diego de Frizac, un hombre
con mucho poder y dinero.
Jesús y Matilde se enamoraron. Sin embargo,
su amor no fue bien visto por la familia de
Matilde, ya que Jesús no pertenecía a la clase
alta como ella. Para separarlos, don Diego
mandó encarcelar a Jesús durante 14 años.
Las personas que vestían trajes elegantes
eran conocidas como “rotos”. Jesús Arriaga
se vestía como si fuera rico para convivir con
gente adinerada, así que lo llamaban El Roto
por su atuendo.
Al salir de la cárcel, Chucho el Roto se dedicó
a engañar y estafar a la clase alta de la
sociedad porfiriana hasta que fue atrapado
por la policía de Querétaro en el año de
1884, y fue trasladado a la prisión de San
Juan de Ulúa, Veracruz, la más temida del
siglo XIX.

*Puedes ver más información sobre ''Chucho el Roto'' oficial de wikipedia <ref>Artículo "[[Chucho el Roto]]".</ref> (El 2 es mejor)
*o bien con la página de Ayuda URL <ref>https://es.wikipedia.org/wiki/Chucho_el_Roto</ref>.

== Hermanos y parientes lejanos o cercanos ==
*[[Feliciano Olvera Madrigal]]
*[[Francisco Olvera Madrigal Ledesma]]
*Profa. Regina Olvera Ledesma
*Policarpo Olvera.
*Lucio Olvera.

== Descripción, trayectoria y datos ==
Personaje clave para la comprensión de la resistencia conservadora tras el triunfo de laRevolución de Ayutla, destacado militar imperialista, cacique de la Sierra Gorda queretana y gobernador del estado, pese a la indiscutible importancia de Rafael Olvera Ledesma en el ámbito de la historia nacional, regional y local, las referencias acerca de sus orígenes ytrayectoria son escasas y aparecen fragmentadas. Con base en fuentes primarias, resultado de la consulta decuatro repositorios nacionales y dos estatales, éste es un acercamiento a la trascendencia del personaje, a su carácter de cacique, y a las relaciones de poder en el marco del enfrentamiento entre la federación y las regiones durante la segunda mitad del siglo XIX. Finalmente se trata de una aproximación al proceso de consolidación del Estado nacionalmexicano.

== General ==
El General Rafael Overa, cacique de la Sierra Gorda y Gobernador de Querétaro Los orígenes, trayectoria militar, como cacique y Gobernador del General de Querétaro Rafael Olvera Ledesma.''"Lo que trate fue de cubrir una serie de lagunas que existían en la historia nacional o en histografía nacional, regional y local acerca de la personalidad de Rafael Olvera, siempre se comentaba como un personaje oscuro, como un cacique despiadado de la Sierra Gorda, que había alcanzado la gubernatura del Estado y había recibido varias acusaciones en el sentido de abuso de poder, pero realmente no había un seguimiento", explicó. La historiadora consultó para ésta investigación el archivo histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), donde se encuentra el expediente del Gral. Rafael Olvera y otros archivos relacionados con levantamientos de la época. El cacique Rafael Olvera, nació en Jalpan en 1823 y falleció en 1898 en Querétaro cuando era trasladado a la ciudad de México para tratarle una afección "de orina", que es una de los datos 'curiosos' detectados con la investigación. "Bien a bien no sabemos pero el acta dice que estaba enfermo 'de la orina', a lo mejor era un problema de próstata o algo así, ya no llegó, lo trataron de llevar a México, en Querétaro muere y lo regresan a la Sierra a enterrar allá".La participación del Gral. Olvera envarias acciones militares a lado deTomás Mejía a favor del imperio de Maximiliano, y después de la muerte del General Mejía fue que aprovechó para tomar el control de la sierra queretana. "Se puede decir que hereda un cacicazgo que anteriormente le pertenecía a Mejía y varios documentos que se localizaron aquí en el archivo histórico del Estado, demuestran todos estos negocios que Olvera pudo hacer en la Sierra, de donde proviene su capital económico y su capital humano, por que al ser dueño de ranchos, haciendas, eso también le daba un control directo sobre la población, sobre los empleados".''

== Gobernador ==
Años después fue nombrado gobernador de Querétaro durante el Porfiriato del 1° de octubre de 1883 al 30 de septiembre de 1887.Le siguió en el gobierno [[Francisco González de Cosío]] quien duró del 1 de octubre de 1887 hasta el 31 de marzo de 1911 cuando ante el derrumbe del gobierno porfirista presentó su renuncia.

== Sucesión ==
{{en desarrollo}}
{{sucesión
|título = [[Gobernantes de Querétaro |Gobernador de Querétaro]]
|predecesor = [[Francisco González de Cosío]]
|período = [[1883-1887]]
|sucesor = [[Francisco González de Cosío]]
|título2 = [[Gobernantes de Querétaro |Gobernador de Querétaro]]
|predecesor2 = [[Timoteo Fernández de Jáuregui]]
|período2 = [[1884]]
|sucesor2 = [[José Vázquez Marroquín]]
|título3 = [[Gobernantes de Querétaro |Gobernador de Querétaro]]
|predecesor3 = [[Alfonso María Veraza Domínguez]]
|período3 = [[1886]]
|sucesor3 = [[José Vázquez Marroquín]]
}}
[[File:General Rafael Olvera Madrigal Ledesma.png|thumb|General Rafael Olvera Madrigal Ledesma]]

== Últimos años y muerte ==
El resto de su vida transcurrió en paz hasta que enfermó gravemente. Su familia intentó llevarlo a la Ciudad de México para que recibiera toda la atención médica necesaria, pero Rafael Olvera murió en Querétaro el 17 de septiembre de 1898. Sus cuerpo fue trasladado a Jalpan.

Falleció en 1898 en Querétaro cuando era trasladado a la ciudad de México para tratarle una afección "de orina",es uno de los datos 'curiosos' detectados en su biografía.No se sabe pero se dice que estaba enfermo 'de la orina', a lo mejor era un problema de próstata o algo así, ya no llegó, lo trataron de llevar a México, en Querétaro muere y lo regresan a la Sierra a enterrar allá. Fue enterrado en su pueblo natal Jalpan de Serra.

== Referencias (recomendadas) ==

*Rivera Cambas, Manuel: ''Historia de la Intervención Europea y Norteamericana en México y del Imperio de Maximiliano de Habsburgo''
*http://gw.geneanet.org/sanchiz?lang=es&m=S&n=Olvera&p=Rafael+

=== Notas ===
<references/>
{{listaref}}

*Imagen 2 o Imagen 1: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Rafael_Olvera.png

== Enlaces externos ==
*[http://www.queretaro.gob.mx/EMM_queretaro/09_jalpan/02_historia.html Rafael Olvera en la Enciclopedia de los Municipios]
*[http://noticias.uaq.mx/index.php/arte-cultura/237-uaq-publica-obra-el-general-rafael-olvera-cacique-de-la-sierra-gorda-y-gobernador-de-queretaro UAQ publica obra: "El general Rafael Olvera"]
*[http://mensajerodelasierra.com/ck38-municipios/ck11-queretaro-capital/67publican-obra-el-general-rafael-olvera-cacique-de-la-sierra-gorda-y-gobernador-de-queretaro/ Rafael Olvera cacique de la Sierra Gorda y Gobernador de Querétaro]

{{ORDENAR:Olvera, Rafael}}

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